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Antiguo 30-08-2010, 21:23
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aquellos años del "cuentame"


Fue en los últimos años del Franquismo, la gente ya preveía un final cercano de la dictadura y unos con miedo, y otros con la esperanza de una transición tranquila, todos esperaban el cambio y la sociedad estaba receptiva a todas las señales de ese cambio. La universidad ardía, la policía había entrado en los sagrados recintos, y la lucha se generalizaba. Yo estaba metido hasta les trancas en todo ese tinglado. Ya lo estaba desde mi época de bachillerato, creía que lo tenia que hacer y punto, solo que dada mi absoluta falta de visión para ver lo más conveniente, me había metido en un grupo, clandestino, perseguido por la policía, pero que tampoco producía muchas simpatías en el partido comunista, que era el que más bacalao cortaba.
Aquel día habíamos estado panfletando en Derecho y Biológicas, y teníamos que lamentar una “baja”. Estaban los ánimos caldeados, y al salir de Biológicas , yo tiré los panfletos y en ese momento un individuo, con gabardina pelo engominado y gafas oscuras se bajó de un coche y se lanzó a mi. Mi “protección” se interpuso. ¿“porque me empujas ¿ le espeto mientras lo retenía y los demás echábamos a correr. Fue golpeado con unas esposas en la cabeza y detenido. Al menos el iba limpio, y podría alegar que no sabia que aquel señor tan amable, engominado, y con gafas oscuras era un policía.
El pequeño comando panfletador se disolvió y yo decidí irme a mi facultad, había una asamblea, y quería ver que podía pillar. Cuando llegue , la cosa estaba que ardía, el vestíbulo de la facultad hervía de gente. Yo llevaba en una gran cartera de cuero, unos cientos de panfletos que habían sobrado y con los que pensaba “ regar” el metro, y una “ defensa” fabricada con una goma de un sinenblock de una linotipia , creo, y que para darle forma cilíndrica , había envuelto en cuerda de cáñamo, La fabrique a raíz de que los “guerrilleros de Cristo rey” comenzasen a mostrar cierto interés por mi, y que un día de verano , me encontré acosado por tres de estos simpáticos jóvenes, en el autobús que iba de Moncloa a la facultad. En esa ocasión tuve que bajarme del autobús en marcha, con un trozo de mi camisa en la mano de uno de ellos, y previa patada en la entrepierna a otro. No sé porque, pero estaba convencido de que no estaban muy contentos conmigo, como luego, en otra ocasión pude comprobar, pero bueno esa es otra historia.
El hecho es que yo iba cargadito, de cosas comprometidas y tantos coches de policia fuera de la facultad hacían prever un mal resultado. Me acerque a uno de mis escondites dentro de la facultad para esconder la cartera, y me lo encontré cerrado. (era una dependencia de una de las cátedras).
En ese momento exploto la cosa, y yo bajé de su tranquilo pedestal a todos los santos del cielo. La policia habia entrado en la facultad, repartiendo canela en rama. El largo pasillo se lleno de gente que corria, y yo allí, intentando abrir una puta puerta que se resistia. Mire para el otro extremo y ví los uniformes grises que se acercaban , parecia que sin prisa, Yentonces le ví a ella,.
Estaba caida apoyada en la pared, abrazada a sus libros, el bolso en bandolera. La conocia de vista, no era ninguna belleza, menudita, media melena, se ponia unas gafas enormes para tomar apuntes, gafas que solo se las ponía para ese menester en clase. En alguna ocasión se nos habia acercado en la cafeteria, cuando discutiamos con los comunistas, mostrando bastante interes, pero ese era todo nuestro contacto.
Ponderé las opciones, podia intentar encontrar otra salida lateral de la facultad, y entraba dentro de lo posible que fuese cacheado. Lo mejor, ya lo habia hecho más veces, era aprovecharme de mi aspecto de empollón,( solia llevar una indumentaria muy seria, que incluia hasta la corbata, lo unico que rechinaba era un calzado con zapatones con suela de tacos de goma,) e ir andando hacia la policia con paso tranquilo, como si fuese un pobre estudiante, asustado de la algarabía que habian montado mis compañeros.
Corria el peligro de que algún “gris” con la excitación de la estopa que habia estado sacudiendo quisiese seguir practicando dicho deporte, pero oye, algun riesgo hay que correr ¿no?. Me acerque a la chica y le ayude a levantarse, pensé que mi papel se veria reforzado con una pobre chica asustada bajo el ala. La rodee con mi brazo y comencé a caminar hacia la mancha gris. Entonces ella, al principio muy quedo pero con intensidad en aumento comenzó a decir: ASESINOS, HAN MATADO A PEDRO!, frase que repetía machaconamente. Bueno, pues no era cosa de pasar entre esos señores llamándoles asesinos, no fuera que se lo tomaran a mal, por lo que dí media vuelta y apreté el dos. En un extremo del pasillo, los grises, en el otro se estaban agrupando los estudiantes, y en el centro un gilipollas con una chica obsesionada con Pedro.
Al parecer este Pedro recibió a la fuerza publica cuando entró en el vestíbulo de la facultad, a “ puerta gayola “ y cantando eso de ¡ FUERA PO- LI- CIA DE LAUNIVERSIDAD ¡! le escribieron la partitura en los lomos y se lo llevaron a la comisaría, donde continuó el concierto. Como el mismo contaba después, canto “El anillo de los Nibelungos” de Wagner en versión original y sin pausas, lo que tiene mucho merito, dicho sea de paso, porque además de no tener ninguna aptitud para el bell, canto, Pedro nunca había tomado clases de alemán.
Pero a lo que voy, reculamos hasta la escalera lateral, por donde habían comenzado a bajar muchos estudiantes , y vi. la ensalada de bofetadas que se estaba produciendo abajo. Pues hala, para arriba, tirando de la pobre chica que escondía su cara en mi pecho. Llegamos hasta dos pisos más arriba, planta que estaba en obras , y que ya habíamos utilizado antes para hacer carteles. Allí detrás de la barandilla de la escalera y entre un andamio, nos sentamos sobre unos cartones, mi espalda apoyada en la pared, ella de medio lado con su cabeza todavía apoyada en mi pecho, y gimoteando. Comencé a acariciarle la cabeza suave, como le gustaba a mi gata que le hiciese, y ella pareció tranquilizarse poco a poco. Su respiración se hizo más pausada, pasó sus manos por debajo de mi chaqueta y comenzó a pasar sus dedos suavemente por encima de mi camisa. Carajo, yo solo tenia 20 años así que empecé a notar una erección, ella también la notó y se desplazo hasta que su cabeza estaba encima de mi miembro, que latía preso dentro del calzoncillo. Sus libros se escurrieron hasta el suelo, se puso de pie, y allí, yo sentado me pareció como una diosa pagana. Se quitó las braguitas, volviendo a ponerse de cuclillas. Con las manos comenzó a liberar mi falo, La cremallera se resistía y yo le ayudé, nervioso. Una vez liberado mi pene, lo sujetó con una mano mientras que con la otra guiaba mi mano hasta su sexo. Estaba calido y tan húmedo que yo en aquel momento creí que con los sustos se había meado, sentía los rizos del inicio del túnel de la felicidad entre mis dedos (en aquella época Brasil, solo, era el país donde nació Pelé). Sentir su mano en mí hizo que mi espalda se pusiese tensa como un arco, en esto ella se agachó poniéndose de rodillas a mi lado, y al tiempo que movía rítmicamente sus caderas atrapando entre sus piernas mi mano, vi como su cabeza se interponía entre mi poya y yo. Algo suave y húmedo envolvió mi miembro y yo, en mi primera felación, noté que no iba a resistir mucho más. Espera, es-pe-raaa, le supliqué y con toda la fuerza de mis veinte años explote, derramándome en su boca y en mis pantalones. Ella continuaba jadeando al tiempo que no retiraba su boca de mi sexo, y comenzó a apretarme con más fuerza la mano que tenía alojada entre sus muslos. El jadeo se hizo más intenso y comenzó a murmurar algo, que no pude entender. Comenzó a dejar escapar, tenues gemidos, yo todavía con la erección mantenida pero más tranquilo estaba atento a los ruidos del follón, que de manera intermitente llegaban hasta nosotros. De repente, se arqueo, apretó más fuerte la mano que todavía me sujetaba el pene, y noté en la mano que me tenía raptada unas pequeñas convulsiones, al tiempo que se mojaba aún más.
Poco a poco su respiración se normalizó me miró y observé que tenia la cara manchada por mi efluvio. Con dificultad saque un pañuelo, aceptablemente limpio, e intente limpiarle, ella me quito el pañuelo y me limpió primero a mi y luego ella sonriéndome mientras lo hacia.
Volvió a recostarse sobre mi abdomen, esta vez con su cabeza vuelta hacia mí. ¿Qué tal el examen del martes pasado? Nunca he entendido como los hombres podemos hacer la pregunta más estúpida en el momento más inadecuado pero es un hecho absolutamente contrastado. Ella se rió, con una risa franca, abierta, dejando ver unos dientes pequeños, blancos, aunque algo descolocados. Acerco su mano a mi cara y me tapó suavemente la boca, mientras yo agradecía a mi incapacidad congénita para ruborizarme, el que no estuviese en ese momento del color del gazpacho. Ella me acariciaba la cabeza y yo le correspondí jugando con su pelo. Fue cerrando los ojos, su mano abandono mi cabeza, y su respiración se hizo pausada. Yo también me quedé dormido, no sé cuanto tiempo, pero cuando desperté, ella seguía en la misma postura. Y a mi me dolía la espalda y el cuello. Miré el reloj, la hora de comer ya había pasado, y ya no se oían ruidos en los pisos inferiores. La desperté y nos bajamos con cuidado a los servicios. Ya no parecía haber policías por los pasillos. Se veían a algunos estudiantes de cursos superiores ir a algún seminario, y las cátedras habían vuelto a abrir. Nos adecentamos como pudimos y luego salimos de la facultad. Fuimos hasta la parada del bus que va a la Moncloa viendo retenes de policía a caballo y varios coches celulares. Ya en el autobús, nos encontramos con un compañero de clase que se acerco a nosotros. Era un tipo alto grande y desgarbado, con una melena lacia rubia, blanquito y blandito. A mí siempre me pareció un tipo bastante desagradable, pero ella parecía conocerle más que yo y hablaba animadamente con él, cosa que yo no había conseguido en ningún momento. Yo sospechaba, sin ningún fundamento, todo hay que decirlo, que era confidente de la policía, porque aquel melifluo personaje, ¡que coño! me caía bastante mal. Al cabo de los años me lo encontré en la prensa ocupando un importante cargo en uno de los últimos gobiernos de Felipe González. Nos contó que se había montado una muy gorda. Unos policías de la secreta habían sido descubiertos en un coche, al lado de Biológicas y un niñato con gabardina marrón, pelo engominado, y gafas Ray- Ban de metal, se había puesto nervioso y había disparado hiriendo en el pulmón a un estudiante. El venia de enterase de la situación del chico que estaba ingresado en El Clinico.
Y ¿vosotros?, me pregunto arrastrando el vosotros, ¿que respuesta vais a dar a esto?. Me sorprendió que diese por hecho mi militancia y conteste con evasivas, que si yo solo era un simpatizante, etc. Bueno ya la veremos, me dijo sonriente, y yo pensé que definitivamente el tipo me caía francamente mal.
Estaba claro que los próximos días iban a ser moviditos y la chica expreso su intención de no aparecer por la facultad.
Llegamos a la Moncloa y nos despedimos del asqueroso, ella iba a tomar otro bus y yo el metro. Aunque me ofrecí a acompañarla a casa ella no me lo permitió. Cuando llego su autobús , antes de que subiera a el, se me acerco y me beso en los labios. Yo le dije: Oye ¿te das cuenta que no sabemos ni nuestros nombres? Entonces ella con un pie en el estribo del bus, me miró, sonrió y vocalizando teatralmente, me respondió: Adiós.. y pronunció mi nombre y mi primer apellido.
Los altercados en la Universidad duraron lo que tardaron en convocarse exámenes finales, yo me enteré de su nombre más tarde por medio de amigos comunes. La vi muy poco, y cuando eso sucedía ella parecía evitarme. El curso siguiente por motivo de la organización de mi facultad, nos separamos y no la volví a ver.
Hoy no sé que fue de su vida, pero yo recuerdo su ternura y pienso que tuve la mayor suerte del mundo de que mi primera felación fuese , como fue simplemente dulce.

PD perdonarme por la longitud y el tostón AVICENA
Dedicado a Laura "amigaintima"

Última edición por avicena; 30-08-2010 a las 21:27 Razón: dedicatoria
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  #2  
Antiguo 30-08-2010, 22:43
 Avatar de Laura Intima
Baneada
 
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Ubicación: ¿En tu casa o en la mía?
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Predeterminado

Gracias. Apasionante experiencia en tan agitado y emocionante entorno, con las sensaciones a flor de piel.
Espero que sea el primero de muchos, gracias, muchas gracias.
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  #3  
Antiguo 07-09-2010, 08:47
 Avatar de juanperez
Aprendiz de Lumis de Secundaria
 
Fecha de Ingreso: Aug 2008
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Gracias: 0
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Predeterminado

Me encanta ese tipo de aventura de un momento que luego ya nunca más vuelve a suceder con esa persona, como le ha sucedido a algunas personas que conozco en una noche en un tren, autobús o cualquier encuentro fortuito que termina en algo tan sexual.
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  #4  
Antiguo 14-09-2010, 09:24
 Avatar de Gala
Amiga del Foro
 
Fecha de Ingreso: Jun 2009
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Mensajes: 1,086
Gracias: 0
Agradecido 0 Veces en 0 Posts
Predeterminado

Contado con sencillez, cada frase transmite la sensación de realidad histórica del momento, no hay rodeos ni florituras literarias, no "pegarían" en esta ocasión... cómo diría aquel... "Así fueron las cosas y así nos las has contado"

¿Para cuándo el siguiente?

Seguro que hay más historias que tus dedos pueden desgranar en un teclado...

Saludos
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