Asunto Pendiente
A los 17 años colgué mi virginidad en la percha de un motel en la calle Valverde, desde entonces he recorrido caminos, carreteras, y autopistas, he pernoctado en hoteles, en hostales y pensiones, siempre de paso, nunca me quede en medio de ningún camino, ni pedí pensión completa, pero ahora estoy a medias, no he llegado al final de este camino, ni he pasado una noche entera con ella.
Ella, ahora es ella, ¿su nombre? ¿Acaso importa? Importa como es ella, es joven, de piel suave, pelo negro como una noche de invierno, ojos oscuros como su historia, con una belleza explosiva y exótica mezcla de dos razas, de dos culturas, de dos continentes, pura sangre árabe-española, labios grandes, jugosos, tentadores , me gusta besarlos sin tiempo, es tan dulce su sabor como la fresa de marzo, reciente pero madura, no hay minutos en las horas que nos besamos, sabe besar con tempo, adagio: lento pausado, andante: rápido apasionado ,Allegro: animado y divertido. Con los besos se inicia el camino por su cuerpo, me acerco a su oído, y me descuelgo por su cuello con suaves mordiscos y besos. En sus hombros tomo aliento para bajar a su pecho, dos poderosas razones que me entretienen un tiempo, los toco, los acaricio, los estrujo y me responden con la erección del pezón, invitándome a chuparlo, lo saboreo y lo degusto como la cata de un vino, color, sabor, textura, añada joven de exquisito sabor afrutado. Mientras me distraigo en ello, sus manos ya me han buscado, abriendo mi pantalón, que cae caduco de inercia, tiene unas manos pequeñas, suaves y frágiles como hechas de cristal en la isla de Murano, me acaricia, me masturba con mimo y dedicación, retrocede, me mira, sabe lo que deseo , cierro los ojos rezando, por favor hazlo ya! Abro los ojos y ya no está, pero la siento, siento su aliento, su besos, miro hacia abajo y como el mejor de los magos me hace desaparecer dentro de su boca, siento el calor interior, la suavidad de su saliva, es como flotar sin despegarte del suelo, nunca jamás me la chuparon igual, toco fondo en su garganta, pienso en Linda Lovelace, en Gerad Damiano, en todo aquello que me impida derretirme entre sus labios, follarme su boca con ganas, pero es demasiado pronto. Aun deseo más de ella.
Desnudos en la cama somos iguales, no hay edad, ni religión, solo sexo, ella es sexo, puro y salvaje sexo acechándome entre sabanas de alquiler. De sus pechos voy recorriendo el camino de lunares que me guían hacia el hogar, como los rastros que Pulgarcito dejo para no perderse al volver, llego hasta su vientre y me duermo, es una siesta despierto, sobre el incipiente césped de su feminidad, escucho su respiración, también quiere la magia que ella me regalo, y me entrego a darle gusto, tanto gusto y placer como mis besos y boca sean capaces de ofrecer, beso sus labios mayores, los chupo, los acaricio con círculos despistados, mi lengua quiere escapar y esconderse en sus adentros, y dejo que así sea, exploro sus rincones con intriga ¿Qué le dará más placer?, mientras se deja hacer, sujeta mi cabeza con firmeza entre sus muslos, levanto los ojos y veo como que duerme, los ojos cerrados, la boca abierta, , un espasmo, lo encontré! . El botón que dispara su deseo, sus pezones ahora son dos bandearas en las dunas de un desierto, continuo sin descanso, quiero que se estremezca, que disfrute como nunca, que me ruegue, que me implore que la folle, no escucho su petición, un dedo se me adelanta se hace hueco en su húmedo sexo, lo manejo con cautela. con precisión relojera, después otro dedo ,dos dedos dándole con más fuerza y mi lengua marcando el ritmo, continuo y sus uñas se clavan en mi cabeza, sus uñas de cristal de Murano me dicen que no me pare, que inevitablemente se corre, regalándome un gemido cuando afloja la presión de sus manos sobre mí. Saboreo su miel de abeja reina, sabe a néctar, a mezcla de polen y milflores.
Me incorporo, sonríe, está contenta y yo ardiendo como una tea, no tengo paz, no hay tregua, le doy media vuelta para mirar su espalda, mis manos relajan las contracturas, dan calor en sus lumbares, y me distraigo en sus nalgas, en ese culo redondo, firme, provocador, que deseo como el aire, mi boca baja a ese infierno, salivo desde el purgatorio donde luce un tribal, hasta la entrada del averno o tal vez sea el cielo del ángel caído servidor que lo relata, la noto ya lubricada, esperando que me acerque, mi polla golpea sus sonrosados cachetes, llamando ,pidiendo permiso para entrar y antes de esperar respuesta me clavo como un Cristo en su madero, mi penitencia, su grito mezcla dulce de dolor y placer, quiero oírselo decir, dame ,dame más fuerte, rómpeme en dos, clávamela más adentro no la saques que me muero, no lo imagino, lo escucho, de su boca salen frases como las que tuve en mis sueños, no lo puede imaginar, esa cara angelical, esos ojos transparentes, esa boca dulce como el algodón de la feria donde me crie, pidiéndome a gritos córrete conmigo ahora , déjate llevar y dámelo por favor!, me deshago , me hago agua y leche caliente derramándome en su culo , me corro como un novio quinceañero antes de abrir los ojos, me desplomo sobre su desnuda espalda respiramos a la vez, fuerte y profundo , como el sexo que nos dimos, fuerte, profundo.
Hasta aquí, mi relato de hoy, para los que sientan curiosidad si es real o ficticio diré que ambas cosas, hasta el segundo párrafo es rigurosa narrativa histórica reciente, desde el segundo punto y aparte es un ASUNTO PENDIENTE.
NOTA: Creo en el amor eterno, amo a mi madre a pesar de sus castigos, la amare siempre, eternamente, y creo en el amor efímero, eventual de unos años compartidos, de unos meses, de unas horas, e incluso de medias horas con suplemento si hay griego.
(Dedicado a ella) (Perdón para los que aburrí).
Saludos
POPE
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