A SUS PIES

Una vez más llego al departamento de El corte inglés donde trabaja esa dependienta de formas exuberantes que ronda la cuarentena, que tanto me gusta.

Sí. Como cualquiera puede observar es una morena muy guapa. Con ésa media melena rizadita castaño oscuro. Lleva gafas
a través de cuyas lentes asoman unos muy bellos y penetrantes ojos marrones. También se percatará de ése culazo rotundo que se adivina bien duro tras la tela de su falda azul y asimismo admirará sus buenas tetas, de tamaño y forma perfectas tensando su blusa color crema. Todo éso me encanta, como a todo admirador de una hermosa mujer madura; pero...¡Ay! Yo pertenezco a una casta especial, a una raza de homínidos perturbados por una parte de la anatomía femenina que nos vuelve locos, que nos convierte en depredadores de cuatro patas, en esclavos arrodillados, en rendidos admiradores de unos apéndices de sublime belleza, en adoradores de sus libidinosas formas.

Hoy mi Diosa lleva, como acostumbra, unas sandalias azules oscuras sobre las que cabalgan sus hermosos pies enfundados en unas finísimas medias color beige (las anuncian como invisibles, para quien no se fíje, no para la afilada mirada de un fetichista como yo, en su continua búsqueda de detalles semejantes) por tanto, de las que no tienen refuerzo en la puntera, sólo un minúsculo cordoncito interior de tela que normalmente se procura que quede justo por delante de los dedos o un poco más abajo del borde de éstos, pero a veces, con el movimiento al andar, acaba asomando alguno de sus extremos por el meñique o el dedo gordo,(juego a descubrirlo afinando la mirada); la transparencia de la media deja ver perfectamente sus lindos deditos realzados por unas uñas pintadas de granate brillante.

Mientras atiende distraída de mí a una cliente, me pongo en cuclillas a su lado simulando consultar unos productos y procedo al "ritual" de deslizar mi lujuriosa mirada hacia uno de sus pies, hacia la oquedad de su puente, el carnoso talón, la curva del empeine, el arco que éste describe hacia su fino tobillo embellecido por una fina cadenita dorada, rematando mi examen en la escalada hacia su firme y bonita pantorrilla de un brillo sutil debido a la lycra de la media.

Mi excitación aumenta; bullo de deseo. Me imagino tirándome al suelo; abrazándome a sus pantorrillas, deleitándome como un loco pervertido en el tacto casi etéreo de sus medias recubriendo sus preciosas piernas, avanzando por debajo de la falda, acariciando fuertemente con mis dedos como gusanos enloquecidos su brutal culazo, despojándola luego de sus sandalias para absorber toda la esencia de sus maravillosos pies, inundando mis fosas nasales del glorioso aroma de su planta y sus deditos, lamiendo y chupando como un poseído la delgadísima textura que los envuelve, empapándola de mi caliente saliva; abriendo mis fauces con salvajismo animal para engullir ahora un pie, ahora el otro...ahora un pie, ahora el otro...

¡SEGURIDAD! ¡SEGURIDAD! ¡SOCOOORROOO! ¡¡¡QUÍTENME DE ENCIMA A ÉSTE LOOOCOOO!!!

¿Dije antes "me imagino"? Me temo que ésta vez no me conformé con ello...

VERDI

Iniciado por juanperez Es increible el morbo que nos dan a algunos las dependientas de El Corte Inglés. ¿Porque será? Ya que en otras cadenas tambien hay chicas guapas.