"Diagnóstico Diferencial" (2ª Parte)
Pues sí, entre tanta Virginia43 y tanta Vita Levke, empecé a notar como un cierto vacío en mi estómago, así que desconecté un momento mientras mi amigo seguía hablando y cogí la carta de tapas y raciones para pedir algo que me diera fuerzas para continuar escuchando.
Volví a conectar y me estaba contando que después de un mes de muchos mensajes y llamadas, mi amigo volvió a coincidir con su amor idealizado. ¿Qué tendría esta tal Virginia43 que la hacía tan atractiva?
A los ojos de mi amigo, todo, porque él no le veía defecto alguno, que es lo que suele ocurrir en las primeras fases de enamoramiento.
Por lo visto viajó exclusivamente para pasar unas horas con ella, pero ya no como pseudo-cliente, sino como amigos/colegas con ganas de pasar un buen rato juntos.
Sin un plan pre-establecido, improvisaron por varios sitios cercanos al hotel: hubo cervezas con patatas fritas saladísimas a precio de gamba blanca, cena en restaurante italiano, los mejores mojitos de todo Madrid y hasta un par de copas. También hubo risas y muy buen rollo.
Yo estaba espectante, esperando que terminara la última copa y me contara qué pasó después, pues me imagino que pasaría lo que tenía que pasar. Pues nada, este muchacho además de sincero es tonto, pues no va y me dice que lo mejor de la noche fue el dormir junto a ella, ¡dormir! y el beso tan maravilloso que se dieron justo antes de caer fritos.
Bueno, por lo menos estaba cenando a costa de él, ya que luego me dijo que después de desayunar y dejar el hotel la acompañó a comprar unos zapatos. Sí, de shopping a comprar zapatos. Ahora estaba empezando a sospechar si me había tenido engañanado 30 años y toda esta historia y sus ganas de hablar conmigo era para confesarme que era GAY.
De lo contrario, ¿alguien puede entender que se haga un viaje a la capital porque queda con una chica maravillosa y termina saliendo de tiendas buscando unos zapatos?
Cada vez tenía más claro que era "rarito" y me estaba dando miedo si lo que estaba haciendo es dar vueltas para incluirme a mí en el final feliz de la historia.
En fin, continuó reiterando lo bien que se lo pasó, que no recordaba haberse sentido tan a gusto con una chica, lo especial del abrazo de despedida en el coche, con pico incluido, y que el viaje de vuelta se le hizo bastante largo, aunque en todo momento estuvo pensando en ella. En ese momento me enseñó una foto de la chica en cuestión que guardaba en su móvil.
Ahora no sólo pensaba que era sincero, tonto y gay, además era muy cortito, porque a quién se le ocurre tener una foto de una chica en el móvil personal, cuyo número también le había dado. Es decir, se estaba jugando no sólo que le descubrieran la foto, sino que en cualquier momento podía recibir un mensaje o llamada de su "nueva amada".
Definitivamente, cortito y rarito, aunque me iba disipando las sospechas de su orientación sexual y cada vez me parecía más claro que el problema es que estaba enamorado como un tonto de una chica que conocía de unas horas y que era mucho más joven que él.
Así que, como buen amigo, le dije que...
Continuará
|