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Antiguo 02-02-2008, 02:59
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El contrato


Me sentía ridículo, humillado y hasta aterrorizado. Ignoro el tiempo que pude estar así, con los ojos vendados, completamente desnudo y atado a aquella especie de sofá de tortura. Pero me resultaba eterno. Mi excitación y pavor se incrementaban por segundos. Y ella, ¿qué estaba haciendo ella?, ¿qué podría haber maquinado aquella mente retorcida, fría y calculadora?.


Llegaba tarde y esto alteró aún más mi estado de nervios. No había pegado ojo en toda la noche preocupado y aún así, llegaba tarde. Como siempre. Para colmo, el tráfico esa mañana fue infernal y en el parking, el mando del automóvil hacia caso omiso a mis deseos de apertura y cierre. Malditos inhibidores…

La oigo, se mueve alrededor mío y la oigo trastear y el ruido es metálico. Aún así, mi erección continúa. Siento vergüenza.

Por fin llego. Edificio BBVA en el Paseo de la Castellana. Una torre de 120m de altura con un espectacular tratamiento de la luz conseguido gracias a una serie de parasoles. Mis colegas me esperan impacientes. Me ponen al día medio en clave, por señas y muy bajito. Cambio de planes de última hora. Parece que debo entrar solo yo. La tensión se masca en el ambiente. Debía darme prisa, me estaban esperando ya.

El papel de dominado nunca me gustó. El de humillado lo estaba experimentando en este momento por primera vez. De no ser por las circunstancias hubiera gritado, hubiera intentado escapar de alguna manera, hubiera incluso agredido de ser menester. Pero heme aquí sin ser capaz de articular palabra ni sonido alguno. La sensación era insólita e inenarrable.

Mientras subía en el ascensor a la última planta, completamente solo, ocurrió algo extraño. Una maldita aunque dulce voz femenina un tanto metalizada, me instaba a apagar mi cigarrillo y me recordaba que estaba prohibido fumar en todo el edificio. Que más quisiera yo, que estar fumando en esos momentos para paliar mi ansiedad. Joder con los “edificios inteligentes”. Temí que el ascensor se parara o incluso que un chorro de agua bien dirigido me empapara el traje de cerca de tres mil euros que portaba. Pero no sucedió nada. Excepto que mis ganas de fumar se incrementaban progresivamente haciéndome más vulnerable.

Algo comenzó a recorrer todo mi cuerpo, algo muy suave pero que a la vez tomaba pellizquitos causando una sensación si no dolorosa, si inquietante. A la vez noté su cuerpo muy cerca del mío, sentí su aliento y su respiración acelerada pero sin llegar al contacto. Mi reacción impulsiva fue tocarla pero volví a tomar conciencia de la situación cuando mis muñecas se resistieron dolorosamente. Mi maniobrabilidad era nula.

Las puertas del ascensor se abrieron y dos gallifantes y una secretaria me esperaban. Me saludaron y me acompañaron a un gran despacho el cual cerraron dejándome solo. Grandes ventanales. Maravillosas vistas. Preciosa y cuidada decoración. No sabía si sentarme o quedarme de pie. Joder. YO. Un tío curtido. Experimentado. ¿Qué me estaba pasando?. Vale que fuera uno de los contratos más importantes de mi vida. Vale que mi situación financiera necesitara ese golpe de efecto en estos momentos. Pero nunca me había sentido así. Si hasta me había preparado la reunión!. ¿Por qué esa inseguridad?. Necesitaba un cigarrillo. La verdad, la intuición a veces no es precisamente un aliado. Y esta vez mi intuición me decía que algo raro sucedería.

Me desata una mano. Por fin. Esta locura termina. Intento hablar pero sigo sin poder articular palabra. Un cigarrillo por favor. La estiro, pero… solo tengo un metro de alcance. He sido desatado parcialmente. La muevo en todas direcciones. Nada. Entonces la noto aún más cerca. Creo que está encima de mi pero sin tocarme. Sus labios rozan los míos. Me toma la mano me da algo y me la dirige hacia algún sitio de su anatomía. Realiza una serie de movimientos. Yo los repito. Suelta mi mano. Oigo un ruido de un motor. Hago lo que me pide sin saber el motivo…

Alguien entra. Me giro. El Sr. García García. Me saluda efusivamente con un apretón de manos y unas palmaditas simultáneas en mi espalda. Me explica brevemente que han contratado a una nueva persona exclusivamente para llevar este tema y que le excuse que los últimos retoques del contrato que llevamos negociando seis meses los llevará directamente esa persona. Que es alguien experto, un gran fichaje y en quien confía plenamente además de estar en rango por encima de todos y responsable directo en la Junta de Accionistas. Se despide diciéndome que de aquí no salgo hasta que se firme o se rompan completamente las negociaciones haciendo énfasis en que “lo lamentaría mucho” y excusándose por permitirse la atribución de dejar a todos los demás fuera, con la seguridad de que “así será todo más sencillo y rentable para todos.”

La meto caña, mucha caña con lo que fuera que me dio, pero solo siento su aliento. Los pellizquitos pasan a ser más fuertes y noto una gran presión en mis testículos a la vez que mi pene parece apunto de estallar en una erección imposible que comienza a recibir una descargas que me parecen eléctricas, produciéndome un impacto singular y delicioso.

Una mujer de unos treinta y picos años hace presencia en el despacho. Traje chaqueta impecable, medias negras y tacón de aguja. Guapa de labios gruesos y pómulos perfectos, cuidadosamente maquillada y peluquería del día. Ojos verdes y pelo rubio.

- Soy Maria, D. Virtual
- Encantado María –intento de apretón de manos abortado por su acercamiento y besos en ambas mejillas dejándome un penetrante aroma a perfume “Edén de Cacharel” que me dejó tocado perdiendo la noción del motivo de estar allí.
- Perdona estos cambios de última hora, ya sabes, las grandes corporaciones…
- No te preocupes, si es necesario empezaremos desde el principio…
- No, no. Tengo todo bien estudiado, incluso a ti.
- ¿A mí?
- Si claro, ¿eres tú el que firmas, no?, ¿el tío duro?
- Bueno, pero…
- ¿Quieres un café?
- No gracias, no suelo tomar café, me pone nervioso
- ¿Nervioso?, ves, eso no lo sabía, pero te va a dar igual

Llamó por teléfono y pidió dos cafés dobles y solos. Con azúcar. Dos terrones para cada café. Y agua. Dos botellas de agua.


Me hace soltar el aparatito y conduce el dorso de mi mano por su cara. Se introduce un dedo en su boca, luego dos, luego tres y por fin toda mi mano succionándola alocadamente y mordiéndola con rabia. Luego me la dirige a su cuello, su tripa, su espalda, sus piernas, evitando zonas sensibles o erógenas. Apartándola bruscamente a veces y pasando de caricias a fricciones fuertes por momentos. Me atrevo a pellizcar y recibo un fuerte bofetón a la vez que siento su sexo acariciando mi miembro. Sus piernas cerrándose y abriéndose sobre él con excesiva fuerza y con movimientos que se incrementan regularmente. Sufro sus uñas desplazándose por todo mi pecho de arriba abajo, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda…

Nos traen los cafés y aprovecho para mirarla más detenidamente. Lástima que sea trabajo, siento unas incontenibles ganas de follármela. En tan breve tiempo ya tengo una clara idea de esa mujer. Segura de sí misma, triunfadora, luchadora, con sus master, sus armas de mujer, su inteligencia y… miles de babeadores deseando hacerla favores, la clave de su éxito. Mientras la secretaria sale, toma un terrón de azúcar, se lo mete entero en la boca y lo ¿mastica? con ímpetu a la vez que me dice:

- Voy a ser franca, tengo mucho trabajo, Sr. Virtual, sería de agradecer termináramos con esto cuanto antes…
- Esa es mi intención, María, pero tenemos grandes diferencias en ciertos aspectos que no podemos aceptar de ninguna manera ya que…
- Lo sé, lo sé. Por eso estoy yo aquí. Por razones estratégicas es de suma importancia para nosotros firmar ese contrato hoy y limar esas desavenencias pero lo haremos a mi manera. Acompáñeme, por favor.

Se dirigió al ascensor y yo detrás. Dios. Menudo culo. Y vaya forma de moverse. Y es que… que importante es que una mujer sepa andar, sepa moverse, sepa ser femenina.

…Me introduce una teta en la boca con presión. Incluso me aplasta la cara. La saca con fuerza y vuelta. Me hace morderla los pezones. Alterna con la otra y así un buen rato mientras siento como su mano me agarra el miembro con energía y sufro una presión brusca de su abrir y cerrar a toda velocidad. Me lleva mi mano a sus medias y tira con resolución rasgándola. Luego las braguitas a mi boca y de un fuerte empujón se rompen también…

En el ascensor descaradamente fijó su vista en mi sexo. Con aquellos pantalones de diseño poco podría intuir pero me dejó sin habla, mi desconcierto y nerviosismo aumentó a tope si cabe. Aún más cuando plantó su mano en mi polla sin previo aviso y mirándome directamente a los ojos. Mi reacción fue acercarme a ella pero su brazo extendido impidió cualquier tipo de aproximación. Justo en ese momento las puertas se abrieron. Lejos de soltarme, me la agarró fuertemente y tiró de ella hacia fuera conmigo detrás. Estábamos en una especie de suite de descanso que me sorprendió que existiera allí, pero sinceramente, no le presté la más mínima atención. Ella me despojó de mi chaqueta de una sacudida, me empujó hacia una especie de sofá en el que caí tumbado y tiró de la corbata medio ahogándome a la vez que rodeándome con su mano el cuello apretaba mi yugular haciéndome perder prácticamente el conocimiento mientras sentía su lengua desplazarse lujuriosamente hasta la campanilla. Cuando tomé conciencia estaba atado de pies y manos, los ojos vendados y completamente desnudo. No podía o no me atrevía a hablar, de eso nunca estaré seguro.

… Noté como su húmeda vagina entraba en mí de una fuerte sacudida y que ya no cesaron en un buen rato. Fue entonces cuando la oí gemir por primera vez. Estuve apunto de eyacular varias veces pero ella expertamente me apretaba los testículos y la base del pene con tal fuerza que evitaba mi orgasmo sin reducir mi erección. Me azotaba. Me azotaba con las manos pero también con artilugios que nunca vi. Podría ser cuero, látigos, podría ser plumeros, podría ser gomas rígidas, podrían ser barras de hierro, podrían ser anillos o pulseras con pinchos, podrían ser todas esas cosas y otras que no alcanzo a imaginar. También ella se azotaba alternativamente y con mucha fuerza cuando alcanzaba un orgasmo que fueron muchos casi seguidos y que atronaban mis tímpanos con gritos sin sentido y otros bien claritos como “hijos de puta”, “te estoy violando”, “soy una puta”, “”, “vas a firmar por mis huevos” y otras lindezas.

Después de un tiempo imposible de determinar en el que prácticamente me hizo de todo lo que la vino en gana y en el que yo sentí una mezcla de rabia, desconcierto, excitación, pánico y confusión mezclado con sensaciones físicas desconocidas imposibles de narrar, sentí su lengua ávida recorriendo mi pene a toda velocidad mientras sus dedos se empleaban en mis testículos. Luego su boca engulló mi pene completamente y sentí una succión vigorosa e imposible que me hizo eyacular como un torrente en un orgasmo prolongado que hizo que rompiera las ataduras de una mano a costa de mi muñeca, mis movimientos pélvicos incontrolados me conllevaran algunos dientes clavados de por tiempo en el glande y ella continuó con aquella degustación hasta que quedé completamente extasiado y totalmente agotado.

Cuando después de un tiempo, con mi brazo libre me quité la venda allí no había nadie. Me desaté, me vestí –tenía marcas por todo el cuerpo- y en un arrebato de furia me disponía a montar la de Dios justo cuando sonó mi móvil.

- Sr. Virtual, por favor, no se mueva de ahí. En breve mi secretaria bajará para que firme el contrato en los términos que nuestra asesoría jurídica le remitió ayer. Le informo que nuestras cámaras de seguridad graban todo lo que ocurre en estas oficinas. Fue un placer. Lamento de no disponer de más tiempo. Viajo en media hora para Asia donde trabajo de forma regular y tomo lecciones de mi afición favorita. Vd. fue una excepción. No creo que volvamos a realizar negocios juntos, pero si así fuera, estaría encantada.

Y colgó sin dejarme hablar. La secretaría me ofreció el contrato el cual firmé si dilación. Pero cuando se marchaba… pude apreciar ciertas marcas significativas en su cuerpo… que me hicieron dudar.

¿Mis socios?. ¡Quien coño me va a creer?. Tampoco fue un mal negocio.

¿Lo peor? sensación de derrota, no estar a la altura y marchar con el rabo entre las piernas –y gracias-.

¿Lo peor, peor?, explica a tu santa y conocidos lo de la cantidad de magulladuras




...
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  #2  
Antiguo 03-02-2008, 04:04
 Avatar de Bailarin
Profesor de Primaria en Lumis
 
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conseguido


jeje..he podido leerlo virtual, a pesar de las horas. Pensaba que no podría pero, cabrito, de nuevo conseguiste engancharme.

Cada dia me sorprendes mas. Algún dia me tendrás que contar quien te corrige las faltas de ortografia.

saludos
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  #3  
Antiguo 03-02-2008, 23:22
 Avatar de BarbaroMadrid
Baneado
 
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Gracias: 5
Agradecido 9 Veces en 5 Posts
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Una vez mas increible virtu tienes algo ke hace ke nos paremos de leernos el dichoso ladrillo,jejejej.

Un abrazo crack!!!
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  #4  
Antiguo 05-03-2008, 17:51
 Avatar de Blueberry
Catedrático en Lumis
 
Fecha de Ingreso: Sep 2006
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Gracias: 87
Agradecido 109 Veces en 44 Posts
Predeterminado

No esta mal, Vrtual, no esta mal, un poco largo, ¿no? :lol: :lol: :lol:

Esto si que es un relato erotico, ¿verdad?

Esta original la idea. Me gusta gusta mucho como vas alternanado las situaciones hasta que confluyen. para continuarlo te sugiero una segunda parte en la que el Sr. García García te lleva al baño turco con él. :lol: :lol:

Lo importante, es que me leí tu ladrillo y no me arrepiento......¡¡porque si después de leermelo todo me arrepiento!! ¡¡no se que hubiera hecho!!:twisted: :twisted:
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