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Escandalo en la escuela de la directora Clara







ESCANDALO EN LA ESCUELA DE LA DIRECTORA CLARA


Eran aproximadamente las once de la mañana, cuando una de las maestras de la escuela acudió al despacho de la Sra. Directora, para informarle que Cristinita y Tatín se estaban peleando y armando un escándalo tremendo.

Parece que Cristinita había llamado a Tatín tonto y maricón, y este respondiendo la llamó puta y guarra a Cristinita,

La directora Clara indignada, ordenó que trajeran a los dos a su despacho inmediatamente. Entre varias maestras entraron a los dos contendientes a su presencia dejándolos solos en el despacho. Ante su presencia y conociendo el carácter severo y estricto de la directora guardaron silencio, y atemorizados no se atrevían a pronunciar palabra.

_ ¡Parece que no aprendéis las normas de disciplina de esta escuela y no es la primera vez que se os tiene que separar en una pelea –Dijo la señora directora- ahora os enseñaré para siempre, lo que es disciplina y como os tenéis que comportar entre los dos!

A continuación les ordenó que se pusieran al borde de su mesa de despacho, y que de cintura para arriba se pusieran sobre ella, tras lo cual se acercó a un armario situado al lado de la mesa sacando unas cuerdas de un cajón con las que ató a los dos por las muñecas y tobillos a las patas de la mesa dejándolos inmovilizados y a su merced.

Seguidamente se acerco a ellos, desabrochando la bragueta del pantalón de Tatín bajándoselo -junto al slip- hasta los tobillos, a continuación subió la falda y la ropa de Cristinita hasta arriba bajándole después las bragas, de esta manera dejó a los dos con los culitos en pompa, bien al aire y a su disposición.

No esperó un segundo la señora directora para propinarles una tanda de azotes a mano, unos a Cristinita y otros a Tatín según le daba el antojo. Como parece que siendo dos y la tanda se alargaba la mano de la señora directora pareció resentirse por lo que acercándose al armario sacó de otro cajón una pala recubierta de cuero y una correa ancha para seguir con la tunda.

A medida que los azotes continuaban, una vez con la pala otra a correazos, los culitos se pusieron primero rosaditos, después rojos como un tomate y calientes como un fogón mientras ambos, no dejaban de chillar por el efecto de los azotes pidiendo clemencia a la Sra. Directora.

_ ¡Esto os enseñará a respetar a la escuela, a sus normas, a las maestras y a la Sr. Directora, y ahora os enseñaré como os tenéis que respetar entre vosotros porque no sois capaces de hacerlo por vosotros mismos!

Desatando a Cristinita le dijo a Tatín: ¿Tú has dicho que Cristinita es una guarra verdad?

_Si Sra. Directora. –Respondió Tatín-

_ ¿Y porque la llamas guarra? ¿Acaso crees que no se lava y tiene el chichi sucio?

Como Tatín guardaba silencio, ordenó a Cristinita que se pusiera sobre la mesa boca arriba abierta de piernas y que acercase su conejito hasta la boca de Tatín.

_ ¡¡Pues si dices que Cristinita tiene el chichi sucio, ahora se lo vas a limpiar a lengüetazos hasta que yo lo vea reluciente!!

Al principio Tatín se mostró reticente a acatar la orden, pero tras unos correazos en el culo y las exigencias de la Sra. Directora, comenzó a lamer el chuminín de Cristinita como un poseso, no fuera a ser que los correazos no parasen.

Y mientras Tatín lamia, levantó los ojos para ver la cara de Cristinita; los pómulos empezaban a tomar un aspecto rosado, la cara notablemente congestionada, los ojos y la boca ligeramente entreabiertos dejándose oír unos ligeros gemidos con la respiración entrecortada, que evidenciaban estar disfrutando de la lamida.
Notó también Tatín, que Cristinita le introducía suavemente los dedos de sus dos manos entre su pelo, a modo de caricia o suave masaje. Los jadeos de cristinita subían de volumen y ritmo, su sexo húmedo y sus movimientos dejaban claro que no podría aguantar mucho tiempo esa lamida.

Finalmente Tatín notó como Cristinita ya no le acariciaba el pelo, sino que agarrándolo fuertemente – como si quisiera arrancárselo- apretó con furia salvaje la boca de Tatín contra su coñito, y con fuertes movimientos de pelvis se frotó la ya chorreante rajita de arriba abajo en su boca hasta sentir un inmenso orgasmo entre terribles gemidos imposibles de contener.

La Sra. Directora la dejó unos instantes que se recuperara tras lo que la ordenó que se bajase de la mesa.

_ Bien Tatín, ¿Volverás a llamar guarra a Cristinita?

_ No Sra. Directora, no se lo volveré a decir.

Pero el castigo para Tatín no había terminado, aún le esperaba lo peor.

_También le has dicho a Cristinita que es una puta ¿Verdad? –pregunto la Sra. Directora.

_ Si Sra. Directora -Contestó Tatín-

_ Pues ahora te enseñaré a no llamarle eso a ninguna alumna de esta escuela.

Y dirigiéndose a Cristinita la quitó toda la ropa, dejándola totalmente desnuda, se acercó de nuevo al armario y sacó de él unas correas a modo de arnés con dos penes que al parecer tenían la función de ser introducido uno para ella, y otro para él una vez que estuvieran bien sujetos por las correas en el cuerpo de Cristinita. De los dos penes salían unos cablecitos que terminaban en una cajita con dos mandos pequeños, quizá para regular la intensidad de dos vibradores que estarían insertados en los penes del arnés.

La Sra. Directora reordenó las cuerdas que sujetaban a Tatín por los tobillos de manera que sus piernas estuvieran bien separadas y su culito totalmente abierto a disposición de Cristinita.

Para entonces la Sra. Directora ya tenía a mano otros elementos necesarios para lo que acontecería a continuación, Tatín notó que le ponían algo frio, húmedo y un poco denso en el agujero de su culito y que algo pequeño empezaban a meterle sin que pudiera hacer nada para evitarlo. Poco después adivinó que sería un dedito primero, y varios después que le metían y sacaban, le metían y sacaban una y otra vez, para dilatar su pequeño agujerito.

La violación de Tatín por parte de la Sra. Directora y Cristinita ya no tenía vuelta atrás, tras lubricar el pene que se cernía amenazante en la cintura de Cristinita, la Sra. Directora lo cogió con su mano derecha y con su mano izquierda en el culito de Cristinita empezó a empujarla hacia adelante hasta que la puntita del pene quedó ligeramente fijado en el ojete de Tatín.

En voz baja, casi en un susurro la Sra. Directora le ordenó a Cristinita; _ ¡Ahora métesela despacito!

Al momento Tatín sintió que aquella cosa le entraba lentamente, y no le gustaba lo más mínimo, pues la sentía fría, con una sensación bastante desagradable. Cuando Cristinita se la metió hasta dentro, la Sra. Directora le dijo que la mantuviera toda dentro un buen rato, después le dijo que la sacara despacito y le dejara solo la puntita metida, al momento Tatín notó unas cosquillas agradables en el agujerito, era evidente que la Sra. Directora empezaba a manejar los vibradores de Tatín y Cristinita, pues esta emitió un leve gemido de placer.

Poco a poco la Sra. Directora le daba instrucciones a Cristinita de cómo debía sodomizar a su compañero, la indicaba que la sacara despacito dejando solo la puntita dentro y que se la metiera de golpe cada vez más fuerte. Cristinita aprendió pronto, y cada vez que la tenía a punto, la clavaba como si de una estocada salvaje se tratara.
Poco después se empezaron a oír los jadeos de Cristinita, cada vez más fuertes y con la respiración más acelerada, y no solo eso, sino que Cristinita se lo estaba follando ya de forma salvaje y sin compasión ninguna. Tatín giró la cabeza hacia atrás para ver lo que estaba pasando. Lo que vio le dejo impresionado.

La cara de Cristinita estaba desencajada, los ojos desorbitados desprendían un halo de furia irrefrenable, en su boca entreabierta y con la lengua relamiéndose los labios, se marcaba toda la lujuria que uno se pueda imaginar, se había despertado en su interior todo un ser sádico que parecía irrefrenable.

La Sra. Directora se dio cuenta y dejó Cristinita siguiera con sus salvajes acometidas mientras la niña, entre embestida y embestida propinaba azotes al sodomizado, profiriendo frases que indicaban el estado de excitación en que se encontraba.

¡Toma por el culo! ¡Tooma por el culo! ¿Te gusta mi polla? ¡¡¡Toma por el culo !!! ¿Quieres que me corra en tu culito? ¿Quieres que me corra? Y todo empezó a llegar a su fin. ¡¡Me corro Sra. Directora!! ¡¡Me corrooo!!

La Sra. Directora entre divertida y satisfecha parecía querer echar más leña al fuego. _¡¡Dale!! ¡¡Dale más!! ¡¡¡No pares!!! Y le puso su vibrador al máximo

Pero Cristinita no pudo aguantar más, y agarrando fuertemente a Tatín por las caderas, le dio las últimas y más salvajes envestidas. ¡¡¡Me coorrooooo!!! ¡¡¡Me coooorrrooooooooooo!!!

Finalmente agotada, se desplomó sobre la espalda de Tatín que nada pudo hacer por evitar aquella despiadada violación. Cristinita permaneció sobre Tatín un buen rato, tratando de recuperase del estado de excitación hasta recuperar el sentido y volviendo a la normalidad.

La Sra. Directora ayudó a Cristinita a levantarse, y mientras retiraba el arnés de la cintura de Cristinita se dirigió a Tatín: _ ¿Has aprendido la lección? _Si Sra. Directora, no volveré a llamar eso tan feo a ninguna niña.

Cristinita lo contempló sobre la mesa entre satisfecha y divertida, pero no sabía que tras el castigo a Tatín, llegaba para ella el turno de castigo que la Sra. Directora le tenía preparado.

Desató la Sra. Directora a Tatín de la mesa y puso a Cristinita en su lugar, Tatín al contemplar el culito y la rajita de Cristinita abiertos de par en par, no pudo evitar que su polla se hinchase en una fracción de segundo y su puntita se disparase hacia el techo como si de un resorte se tratara.

_Bien, y ahora tu Cristinita, ¿Es verdad que le has llamado a Tatín maricón?

_Si Sra. Directora.

_ ¿Eres virgen Cristinita?

_Bueno Sra. Directora… no he hecho nunca eso del “mete y saca” con ningún chico, pero como da tanto gustito ya me he metido los deditos en el chichi.

¿A si? ¿Y cuántos te has metido so viciosa?

_Bueno… solo dos Sra. Directora. Pero… hasta dentro del todo.

_Bien: pues ahora Tatín te va demostrar si es maricón o no, y no es precisamente un dedito lo que te va a meter.

La Sra. Directora ya tenía a mano una fundita para la polla de Tatín, y con buen criterio y maestría la ajustó perfectamente, puso una buena dosis de lubricante en el chochín de Cristinita y otra buena dosis en la polla de Tatín, se situó en la parte derecha del chico, con la mano derecha le cogió la polla y los huevos, y con su mano izquierda en el culo, le fue empujando despacio hasta que la puntita toco el coño de Cristinita, frotó despacito de arriba abajo la puntita en la raja para que se empezara a abrir, y empujando un poquito más le dejó la mitad de la puntita metida.

_Ahora métesela muy despacito, ordeno la directora.

Tatín comenzó con la metida muy muy lento tardando un poco en meterle solo la puntita, pues el chochito de Cristinita -muy estrecho- parecía resistirse. La Sra.: directora seguía teniendo la polla en la mano como precaución por si Tatín –inexperto en estas lides- pudiera hacerle algún daño excesivo a Cristinita.

Pero Tatín empujaba con mucha delicadeza y despacito, sintiendo como las paredes del agujerito oprimían fuertemente su colita.
La Sra. Directora le ayudó en el arte de la penetración; Con las manos aún en su polla y su culito, le empujaba hacia detrás y hacia delante muy lentamente introduciendo la polla un poquito más cada vez hasta que quedó toda metida hasta los huevos.

_Y ahora Tatín, compórtate como un hombre y hazle un buen “mete y saca”, demuéstrale a Cristinita que no eres ningún maricón.

Esa orden le pareció a Tatín, como una invitación de entrada al paraíso, agarró suavemente de las caderas a Cristinita y comenzó a follarla, al principio despacito, y poco a poco las embestidas se hicieron más fuertes y rápidas.

La visión del poderoso culito que el mismo movía de atrás a delante, contemplar el pequeño agujerito de su ojete, y sobre todo ver como su polla entraba y salía del chocho de Cristinita le empezaban a poner casi estérico.

Por su parte Cristinita, sintió al principio algo de dolor cuando Tatín le metió la puntita por primera vez, pero poco a poco su chochito fue dilatándose, humedeciéndose y calentándose, facilitando así la gran follada que su compañero le estaba dando, y no solo eso, sino que empezó a sentir un gustito intenso, mucho mejor y más fuerte que cuando solo se metía los deditos.

A este placer se unió otro más sutil y refinado, no sabría explicar porqué pero el ver que Tatín disfrutaba tanto siendo ella el objeto de su pasión la excitaba más aún, y en aquel momento no deseaba otra cosa que entregarse sumisa a la lujuria de Tatín para que hiciera con ella lo que quisiera.

También empezó a notar los azotes que Tatín le propinaba mientras se la follaba, quizá como venganza de los que ella le había propinado antes.

En ese momento, la Sra. directora creyó conveniente parar y separarlos, dejando a Tatín con la polla al aire, ardiendo, y más dura que una piedra.

Desató a Cristinita de la mesa y la puso de rodillas delante de Tatín.

_También le has dicho a Tatín que es tonto ¿Verdad?

_ Si Sra. Directora –Contestó Cristinita-

_Pues para que aprendas, que la boca de una niña no debe abrirse para insultar a nadie… ¡¡Abre la boca!!

La Sra. Directora cogió nuevamente a Tatín de los huevos y empujando a Cristinita por la cabeza le metió la polla en la boca.

_¡¡¡Follatela!!!

Tatín agarró a Cristinita de los pelos y sin dilación la obligo a realizarle una tremenda mamada.

_ ¿Volverás a llamar tonto a Tatín? -Preguntó la Sra. Directora-

Cristinita con la boca llena de polla no podía contestar, y mirando a la Sra. Directora con ojos de desesperación movió ligeramente la cabeza de lado a lado indicando que no lo haría más.

_ ¿Te gusta el biberón que te está dando Tatín?

Tampoco pudo contestar de viva voz, pero sus movimientos de cabeza indicaban claramente –esta vez sí- que le estaba gustando.

Como parecía que Tatín no terminaba de correrse, la Sra. Directora sacó de un cajón un vibrador y se lo metió a este por el culo mientras le azotaba.

_¡¡¡Vamos dale todo el biberón!!!... ¡¡¡Dáselo enterito!!! -Le gritaba la Sra. Directora mientras le seguía azotando-

Y Tatín, sintiendo el gustito y el cosquilleo del vibrador en su culito, al tiempo que contemplaba la cara de Cristinita no pudo aguantar más, derramando toda la leche de su biberón en la boca de Cristinita, conteniendo a duras penas un desgarrado y salvaje gruñido de placer.

Inmediatamente la Sra. Directora abrió la puerta de un amplio baño con bañera contiguo a su despacho para que se asearan debidamente.

_Sabéis que la higiene y la limpieza son normas estrictas de esta escuela, de manera que ahora os metéis en la bañera, os laváis y enjabonáis bien uno a otro para quedar limpitos.

Mientras la Sra. Directora sacaba unas toallas de un armario, los alumnos se enjabonaron bien y no pudieron evitar que en un momento dado se encontraran los dos acariciándose los sexos entre miradas traviesas y cómplices.

Finalmente los despidió ordenándoles que no volvieran a pelearse.

Pasadas unas semanas, las maestras de la escuela empezaban a preguntarse qué mágica sabiduría tendría la Sra. Directora, y que es lo que habría hecho con las dos fierecillas para que cambiaran tan radicalmente su relación, pues a partir de entonces se convirtieron en los mejores amigos de la escuela. Aunque observaron que durante algunos recreos desaparecían sin saber nadie donde estaban, informando de este hecho a la Sra. Directora.

No tomó ninguna medida ni les hizo ningún caso, y las despidió sabiendo que por la zona por donde desaparecían se llegaba por unos pasillos al sótano donde se encontraba el ropero, lugar donde se guardaban los colchones, mantas, sabanas y demás ropa de temporada de la escuela, y conociendo al travieso y listo Tatín no le extrañaba nada que este se hubiera hecho con alguna copia de la llave de la puerta del ropero para encerrarse dentro.

Si: Sabia muy bien donde estaban y con toda seguridad…. ¡Lo que hacían!

FIN
__________________
El mejor placer en la vida es hacer lo que la gente te dice que no puedes hacer.

Última edición por talito; 19-11-2013 a las 18:07
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