La Agencia

VERDI · #1 19-03-2010, 19:55

Aquí va mi cuarto relato. Espero que os guste: :iconbiggrin:

LA AGENCIA

CAPÍTULO 1: LA LLEGADA

-¡BZZZ! -Llamo al portero automático de la puerta externa del lujoso chalet, para clientela de alto nivel, recomendado por mi amigo. Rodea a la pequeña finca un alto muro con vegetación por encima; muy discreto, eso me gusta.

-¿Hola? –Pregunta una voz que supongo pertenece a la madam.

-Buenas noches. Soy Jesús; pedí cita esta tarde.

-Bien; pase.

-¡BRRR! –Hace la puerta de metal; la empujo y entro. Me encuentro con un camino de piedras negras que conduce a la entrada de la casa; cierro la puerta suavemente.

Gracias a la luz de unos farolillos bajos situados a ambos lados del camino, puedo distinguir dos rectángulos de césped bien cuidado. A mi izquierda una mesa redonda de madera rodeada de cuatro sillas. A la derecha un pequeño invernadero de forma ovalada lleno de plantas y flores.

Recorro los escasos metros que me separan de la puerta lleno de expectación ante la, prometida por mi amigo: “Noche inolvidable”.

Llamo. Enseguida me abre una atractiva morena; española, en la cincuentena. Viste un traje negro con pantalón y una blusa morada. Hace un ademán con la mano invitándome a pasar.

-Bienvenido Jesús ¿Quién le recomendó nuestra agencia?

-Buenas noches –Digo entrando. Cierra la puerta a mis espaldas –Javier; un empresario amigo mío. Trabaja aquí al lado.

-Ah… Sí. Un buen cliente; muy educado y agradable. Por favor; sígame caballero.

La agencia de escorts de lujo, que según mi amigo llevaba pocos meses funcionando, no se anunciaba en internet, ni en los periódicos, ni en ningún otro medio e iba formando su fiel clientela exclusivamente mediante el boca a boca. Buscaban la discreción ante todo y huían de la saturación.

-Bien ¿Quiere tomar algo mientras consulta el “book”? –Me ofrece mientras la acompaño por un pasillo que, observo, acaba conduciendo a una escalera de caracol al fondo. Me invita a entrar en un saloncito situado a mitad del pasillo, a la derecha.

-Bueno, ron con cola. Gracias.

-Enseguida se lo traigo. Póngase cómodo y vaya echando un vistazo –Me señala un sofá de piel frente al que se encuentra una mesa rectangular baja de cristal; sobre ésta una gran carpeta de anillas negra y un jarroncito con flores. Una lámpara de pie al lado del sofá crea un acogedor y cálido espacio de luz. El resto del saloncito queda medio en tinieblas; vislumbro una pequeña biblioteca al fondo, tras un sillón que se enfrenta al sofá, al otro lado de la mesa.

La madam desaparece dejando la puerta entornada. Me quito la chaqueta y la dejo en el apoyabrazos del sofá. Tomo asiento, es comodísimo y los zapatos casi desaparecen en la mullida alfombra en que descansan éste y la mesa.

CAPÍTULO 2: EL “BOOK”

Cojo el “book”. En la tapa superior se lee en una elegante letra dorada, en bajorrelieve: “Nuestras Escorts”.

Según me comentó mi amigo aquí no hay paseíllo. A las chicas no se las molesta más de lo estrictamente necesario, algo cuanto menos curioso. Pero me dijo también que, precisamente por ello y como pudo comprobar en varias de sus visitas, las fotos de la carpeta son absolutamente fidedignas. Peculiar sistema, la verdad.

Abro la tapa de la carpeta. Lo primero que me llama la atención es la pormenorizada información. En la primera página, con una elaborada caligrafía se presenta un menú detallando los diferentes precios y ofertas según servicios y tiempo contratado, aparte de varias combinaciones posibles: Griego, dominación, sumisión, fetichismo de pies (esto llama mi atención ya que soy un consumado fetichista) lluvia dorada, tríos, etc. Y unos precios no inferiores a 250 € mínimo la hora de sexo “convencional”, más diversos suplementos, si se elige algún servicio especial.

Paso el menú. Hay unos separadores de cartón clasificando a las “escorts” por nacionalidades. Hay tres: rusas, brasileñas y españolas. Me voy directo al de las brasileiras (mis preferidas) Luego me daré un garbeo por la estepa y por la ración de ibéricos.

La primera foto me impacta. Un primer plano con la cara sonriente de una preciosa rubia de piel clara y abundante pelo ondulado (tipo Shakira). Unos increíbles ojos verdes miran con lujuria a la cámara. “Sara”, viene escrito debajo, además de la edad (23 años), medidas corporales, altura, peso, etc.

Paso la hoja, detrás, dos fotos: Arriba de frente y debajo de perfil, aparece su bonito y redondo pecho de tamaño mediano con una caída en apariencia natural. En la página de la derecha otras dos: frente y perfil del culo (brasileño, ¿hacen falta más detalles? ¡Glorioso!). Sigo pasando; ahora un primerísimo plano de su chochito ocupa la página entera, por los lados de la fotografía asoman las primeras falanges de sus dedos (supongo) con la uñas pintadas de negro, que ayudan a mostrar en todo su esplendor su deliciosa “entrada al paraíso”. Sus labios internos y externos son rosados y no muy carnosos, como a mí me gustan. Lo poco que se llega a ver del pubis aparece depilado, también a mi gusto. En la página de la derecha, tres fotos, de cuerpo entero y descalza sobre un fondo negro para destacar nítidamente su silueta; frente, perfil y espalda. Cintura pequeña y caderas ni estrechas ni anchas, en su punto; además de unas preciosas piernas. Una figura escultural, un verdadero pibón. De repente advierto en la parte inferior derecha de la página una palabra que, en principio, concentrado como estoy en las imágenes, me pasa desapercibida: “Especialidad”, seguida de una flechita que invita a pasar página. Así lo hago, y si alguna duda me queda de que va a ser la elegida (si es que está libre), a pesar de no haber visto todavía a las otras chicas, ésta se disipa cuando detrás aparece escrito: “Fetichismo de pies” seguido de una serie de fotos tomadas desde distintos ángulos mostrando los pies más bonitos y perfectos que he visto en mi vida. Me recreo un buen rato en ellos pasando los dedos por encima, lentamente, como si pudiera tocarlos. Las fotografías son magníficas. Su piel se ve inmaculada, sin la más mínima imperfección, y se adivina muy suave. Sus muy arqueados puentes y sus empeines de pronunciada curvatura ascendiendo hacia unos finos tobillos me traen a la memoria los de la actriz porno checa Laura Angel, musa predilecta de mis salvajes masturbaciones de juventud; cuando alquilaba de forma compulsiva toda película en la que apareciera. Ahora miro con detenimiento sus lindos deditos que aparecen enfatizados en primerísimo plano en una de las fotos, las uñas están pintadas de un negro brillante.

CAPÍTULO 3: LA ELECCIÓN

-Su bebida -Me sorprende una voz baja a mi espalda.

-¡Joder! ¡Qué susto!

-Lo siento -Dice rodeando el sofá y poniéndose frente a mí –Llevo un rato observándole. Estaba tan concentrado que…

-Sí…eh, es que…-Empiezo.

-…No había visto unos pies iguales en su vida –Concluye por mí mientras deposita la bebida en la mesa, encima de un posavasos que trae en la otra mano.

-Así es –Sonrío tímidamente- parecidos, pero estos… no pueden ser más perfectos…es impresionante…Toda ella –Doy un buen trago al cubata (riquísimo, el ron es añejo).

-Sí –Asiente satisfecha- Sara es una de nuestras escorts más solicitadas. Una belleza de niña; la mire por donde la mire y si encima es usted fetichista de pies…–Y añade sentándose a mi derecha- ¿El caballero ha visto alguna otra que le guste?

-La verdad es que sólo he visto sus fotos. Fui directamente al apartado de las brasileñas, me encantan. ¿Está disponible?

-Sí, Pero…Si quiere tomarse su tiempo para ver alguna otra.

-Prefiero dejarlo para otra ocasión –Digo cerrando la carpeta y poniendo la mano encima- Así tendré más sorpresas en próximas visitas –Pero la noto algo contrariada- ¿Hay algún problema? –Pregunto entonces.

-No. Ninguno; es sólo que…Aunque quedó libre hará media hora, no ha parado en toda la tarde-noche. Ya le digo, solicitadísima.

-Vaya; en ése caso… Si no es posible…

-No, no. No se preocupe. Está en su derecho. Si ella se enterara de que un cliente la ha elegido y yo no le he hecho pasar…Se enfadaría. Sara es muy cariñosa; pero también tiene mucho carácter. Y parece incansable; saca fuerzas de vicio, digo yo.

-Bueno en ése caso. Usted dirá cuanto es una hora –Pregunto dándole otro trago al cubata mientras cojo la chaqueta y busco la cartera en el bolsillo interior.

-Una hora con Sara… son, 250 más 50 de suplemento por su especialización suman 300€ la hora.

-Me parece correcto. Ésos pies lo merecen. Aquí están -Digo depositando en su mano los billetes.

-No lo sabe usted bien. Esa brasileña del demonio no sólo tiene unos pies lindísimos, sino que además los utiliza con poco menos destreza que las manos. Va a disfrutar como nunca, ya lo verá.

-Estoy seguro de ello -Le sonrío pícaramente.

-Muy bien. Acompáñeme, caballero. Coja su bebida, yo le llevo la chaqueta.

La sigo. Salimos a la derecha hacia el fondo del pasillo. Allá donde pude ver, al entrar, el comienzo de una escalera ascendente de caracol toda de madera (peldaños y barandilla). Al acercarme veo que también desciende hacia el sótano. Mi anfitriona abre un pequeño panel, oculto tras la escalera en las sombras de la pared, y pulsa un botón que tiene una lucecita verde y ahora pasa a ser roja; me parece reconocer un número tres escrito debajo.

-Bueno. Ahora le dejo sólo. Baje la escalera hasta el sótano. Las chicas se alojan ahí y en las dos primeras plantas. Cada una tiene su habitación con todas las comodidades. La de Sara se encuentra al bajar en un pasillo que encontrará a su derecha. Hay cuatro puertas, la suya es la número tres. Llame suavemente con unos golpecitos y diga: Soy Jesús; enseguida le abrirá. Le guardo la chaqueta, y cuidado con la bebida, no se le vaya a caer ¡Que disfrute!

-Muchas gracias –Le sonrío y comienzo el descenso a los infiernos.

CAPÍTULO 4: LA HABITACIÓN

Al bajar la escalera me encuentro con un pasillo a la derecha iluminado por unos pequeños focos en el techo. Hay dos puertas a cada lado del pasillo; la número tres se encuentra al fondo a la izquierda. Llamo despacio dando unos golpecitos con los nudillos.

-Soy Jesús –Me anuncio en voz baja.

-¡Adelante!-Se oye una voz lejana.

Y en el pomo de la puerta suena un zumbido. La empujo y entro en la habitación, cierro despacio. Oigo música clásica al fondo. Frente a mí, a través de una puerta entornada, veo un lavabo con la luz encendida, con todos los sanitarios negros y revestidos de madera. A mi derecha la iluminación es tenue e intimista, conseguida con varios focos diminutos situados en un arco de obra que hay a mi derecha, por el que, como por un pequeño túnel, se accede al dormitorio que se ve bastante oscuro. Entro en el original acceso. A los lados, a la altura de mi pecho, una especie de hornacinas albergan sendos acuarios iluminados por una suave luz verdosa escondida en la parte superior, de ellos sale un agradable sonido burbujeante. Están llenos de pececitos multicolores, y profusamente decorados con piedrecitas negras y grises y abundante vegetación también de varios colores, predominando el verde.

Me paro algo antes del punto donde acaba el corto túnel. A mi izquierda se encuentra el saliente de un tabique. Desde donde me hallo puedo ver la mayor parte del dormitorio iluminado por un gran televisor de pantalla panorámica que se encuentra a la derecha, en el que se ven unas imágenes de unos buceadores recorriendo un fondo marino (seguramente un documental) pero con el sonido apagado para dejar oír la maravillosa música de fondo que ahora reconozco como Mozartiana. Enfrente un armario empotrado y al lado de éste, en el rincón derecho, un sillón de piel negro. Demoro el momento de encontrarme con Sara, de la que hasta ahora, debido a la perspectiva, tan solo veo uno de sus prometedores pies sobresaliendo por la izquierda al borde de la cama, iluminado por la luz de una vela que se encuentra apoyada en un pedestal situado a los pies de la misma. Avanzo y ahora veo la cama entera. Me doy cuenta de que, en realidad, hay cuatro pedestales de madera con velas. Uno en cada esquina de la cama y encima de ésta, tendida boca arriba, con los ojos cerrados: La “escort”.

En el siguiente post los dos capítulos finales: "La scort" y "La experiencia"

morbosa_mmm · #2 21-06-2010, 17:10

REDONDO, JUGOSO..el mejor culo el de [Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ]

Phooey · #3 21-06-2010, 17:27

!Qué relato más completito! !Viene hasta con publicidad!

Esperamos con ansias la segunda y tercera parte.

VERDI · #4 21-06-2010, 17:47

Cita:

Iniciado por Phooey

!Qué relato más completito! !Viene hasta con publicidad!

Esperamos con ansias la segunda y tercera parte.

Me alegro que te guste Phooey. En cuanto a los dos capítulos finales los tienes en una segunda parte colgada hace mucho (de hecho la subí al día siguiente de la primera parte, el 19 y 20 de Marzo respectivamente) busca en la segunda página de relatos hacia la mitad.
En cuanto a lo de la publicidad, no lo cojo

¿es algo del relato? (hace tiempo que no lo releo) ¿o te refieres sencillamente a que anuncie el final del mismo en otro post? UN SALUDO, GRACIAS

anita · #5 21-06-2010, 17:52

Cita:

Iniciado por Phooey

!Qué relato más completito! !Viene hasta con publicidad!

Esperamos con ansias la segunda y tercera parte.

hasta ahora no enetndi bien eso es una relato o publicidad?????

Phooey · #6 22-06-2010, 13:26

La publicidad no es el relato en sí, sino el siguiente post.

Ainsss, Señor, Señor, danos paciencia...

En todo caso, pasaré a leer las continuaciones, ya que la primera parte me ha gustado. Aída (la ópera, no la serie) era casi más corta ¿no?

VERDI · #7 22-06-2010, 17:04

Cita:

La publicidad no es el relato en sí, sino el siguiente post.

Vale, suponía que te referías a eso.

Cita:

En todo caso, pasaré a leer las continuaciones, ya que la primera parte me ha gustado. Aída (la ópera, no la serie) era casi más corta ¿no?

Pues la ópera del gran Giuseppe Verdi a la que haces referencia (¿entiendes ahora mi nick? Me encanta la ópera) dura unas 2 horas y media (mi relato se lee en menos tiempo, ¿no?).

Es que me pongo a escribir y, sobre todo a partir del tercero, me salen largos. De todas maneras reitero que me alegro que te gustara y te agradezco tus posts. (Ya me dirás que te parece la continuación). UN SALUDO

P.D.: Espero que el Señor te dé paciencia para acabarlo.

La Agencia

Re: La Agencia

Re: La Agencia

Re: La Agencia

Re: La Agencia

Re: La Agencia

Re: La Agencia