La mujer de Puerto Limón

Es de noche, no puedo dormir, será insomnio ….. otra vez, porque me engaño a mi mismo, es ella, es su recuerdo lo que me impide dormir …. Noche tras noche, pasa siempre, desde que se fue. Veo su cara, imagino su cuerpo, todavía siento el roce de su piel …. Esa piel suave, tibia, tostada por el sol de Puerto Limón, anhelo sus besos y sus caricias y vuelto a sentir esa punzada, ese dolor suave que me avisa …. La cicatriz no está cerrada …

Quizás sea ahora, cuando el paso del tiempo me permite ver las cosas mas claras, mas sosegadas, es ahora cuando puedo por fin recordarla, sin sentir angustia, pudiendo respirar.

Hacía poco que había llegado a Puerto Limón, iba ser un estancia corta, ver el proyecto sobre el terreno y presentar a las autoridades los diseños iniciales del edificio: El Teatro de la Opera, era un diseño sencillo con muchas curvas y mucha luz (la influencia de Gaudí me ha marcado siempre…).

Alguien llamo a la puerta de mi habitación, era el chofer del gobernador que venía a recogerme para llevarme a la recepción en el palacio, callejeamos por la ciudad, una ciudad portuaria en la que el Caribe se siente con toda su fuerza. Una colorida mezcla de negros, descendientes de españoles y de chinos que en el siglo 19 construían el ferrocarril, gente en la calle, hace calor, han pasado diez minutos escasos y hemos llegado, el gobernador me espera en la escalinata, un hombre mayor acompañado de su esposa, una mujer joven morena, piel morena debajo de un vestido vaporoso, bajo del coche y me acerco, el gobernador me saluda efusivamente, conoce mi trabajo, está muy contento porque haya aceptado el proyecto, no le escucho apenas oigo su voz, mis ojos siguen clavados en ella, me he quedado paralizado, es bella, muy bella, unos rasgos muy finos mezcla europea y caribeña, tendrá unos 30 años.

Me tiende la mano, la rozó apenas, se llama Claudia, me coge del brazo y el gobernador me invita a pasar el palacio, el gobernador está ansioso por ver los diseños del teatro, pero eso será mañana, esta noche es solo para la fiesta, hay mucha gente en la recepción, lo mejor de la alta sociedad de la ciudad ha acudido a conocer el joven arquitecto español, ella me va presentando una a una a las personas, sigo sin escuchar solo tengo ojos para ella … necesito una copa, estoy tenso su presencia me enerva, pasamos al gran salón donde se servirá la cena, pescado y marisco del Caribe, jugosos camarones bañados en lima. Nos sentamos juntos, siento su calor muy cerca de mi, me pregunta por mis trabajos por España, ella estudió dos años en Madrid y termino sus estudios en Paris, hablamos de la ciudad de la luz, la conozco también he vivido allí dos años, va pasando el tiempo entre plato y plato y copas de un estupendo vino chileno hemos terminado de cenar, pasamos al salón de baile, un grupo de mulatos está empezando a interpretar un salsa, Claudia me invita a bailar, se pega a mi y solo tengo que seguir el ritmo de sus caderas, bailamos y bailamos cada vez mas pegados, siento su pelvis pegada a la mía, sus pechos pegados a mi pecho y su cabeza de repente en mi hombro, la digo que me tengo que ir, mañana por la mañana empezaremos pronto y necesito dormir, se ofrece a llevarme al hotel.

Salimos del palacio, la noche es calida, hay un perfume especial, es el olor el aroma del Caribe, montamos en un descapotable rojo y vamos hacía el hotel, seguimos hablando de Europa, la encanta viajar, se siente prisionera en Costa Rica, se desvía del camino, quiere enseñarme la playa, es un larga lengua de arena solitaria que contemplamos desde el coche, de repente siento su mano subir por mi brazo hacia mi pecho, desabrocha mi camisa y me empieza acariciar, su mano es calida, pellizca mis pezones (eso me vuelve loco) abre del todo mi camisa y se sienta encima de mi, comenzamos a besarnos, siento su lengua en mi boca, en mi cuello, la mía en su cuello, bajo lentamente los tirantes del vestido y sus pechos quedan al descubierto, son grandes y muy firmes, pezones golosos que empiezo a chupar y morder suavemente, estamos así un buen rato, hasta que me pide que vayamos a la playa, a la arena, nos tumbamos y meto la mano bajo vestido, una tanguita blanco y muy pequeño, un pubis con bello rizado (siempre he odiado los pubis depilados ….) aparto el tanguita, esta muy mojada la empiezo a acariciar y escucho sus gemidos, la termino de desnudar y recorro con mi lengua todo su cuerpo, llego a su coñito, es estrecho (muy estrecho para una mujer casada….) está muy húmeda, huele muy bien, introduzco mi lengua poco a poco, lamo su clítoris y noto como se arquea su espalda, gime cada vez mas y mas, tiembla y de repente siento sus jugos sus fluidos en mi boca.

Volvemos a besarnos como locos, no puedo dejar de besar, comer y acariciar sus pechos, ella busca ansiosamente mi miembro, esta duro muy duro, casi me duele, empieza a acariciarlo suavemente, baja y empieza lamerlo, chuparlo, estoy a mil … nos se cuanto tiempo voy aguantar, la subo y la hago que se siente encima de mi, empieza a cabalgar, siento su vagina, es muy estrecha, de adapta poco a poco a mi miembro, seguimos así hasta que estallamos en un orgasmo conjunto mi leche caliente inunda su coñito, seguimos besándonos como adolescentes, mis manos no pueden parar de acariciarla, tiene un culo precioso, que empiezo a chupar sin cesar, gime y gime, vuelvo con mi lengua a su coñito, siento el sabor de sus jugos mezclados con mi leche y mi polla vuelve a estar dura, muy dura, se la meto por detrás, agarro sus caderas y empiezo a follarla como un poseso, bombeo y bombeo, hasta que no podemos mas y volvemos a tener un orgasmo conjunto, caemos unido en la arena, seguimos besándonos y acariciándonos, en el horizonte empieza a salir el sol, pronto amanecerá, nos vestimos y cogidos de la mano volvemos al coche, mas besos, mas caricias no podemos separar nuestras bocas.

Volvemos al hotel, la ciudad empieza a despertarse, ya hay gente en las calles, vamos al puerto y tomamos café con zumos, la chica del bar nos mira sonriente, conoce a Claudia …. Llegamos al hotel y en la puerta de mi habitación nos besamos largamente. Se despide de mi, mañana por la mañana vendrá a recogerme para ir a ver a su padre …. ¿Su padre?, si que creías soy la hija del gobernador ……

Continuará ….