La tentación se hizo carne - Foro Spalumi

    
Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes  


Regresar   Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes
Registrarse Ayuda Comunidad Temas de Hoy Buscar
Live Girls SPALUMI TIEMPO REAL

Relatos Eróticos ¿Te sientes inspirado? Recreate!

Responder
 
LinkBack Herramientas Buscar en Tema Desplegado
  #1  
Antiguo 15-12-2010, 00:33
 Avatar de VERDI
Aprendiz de Lumis de Secundaria
 
Fecha de Ingreso: Jan 2010
Ubicación: Madrid
Género:
Mensajes: 207
Gracias: 9
Agradecido 5 Veces en 4 Posts
Predeterminado

La tentación se hizo carne


Bueno, aquí va un relato que me rondaba en la cabeza hace tiempo, y que al fín me he decidido a escribir. También una sorpresa, espero que grata, para alguno de mis lectores. Que os guste:



LA TENTACIÓN SE HIZO CARNE

Aquí viene ya. Puedo ver su espléndida silueta de luz parpadeante, mientras sortea pidiendo perdón, las rodillas de la pareja que situada a nuestra izquierda, ocupa las dos primeras butacas junto al pasillo. Nos separa de ellos media docena de asientos vacíos. Se acerca sosteniendo su compra que, aprovechando que todavía están proyectando los tráilers, se ha rezagado a adquirir en el bar del vestíbulo: en una mano un gran paquete de palomitas, y en la otra, un vaso de coca-cola con su tapadera y su pajita doblada asomando como un diminuto periscopio.

Al llegar a la butaca de mi izquierda me ofrece el paquete rebosante de olorosas bolitas blancas:

-¿Me las sujetas, porfi?

-Claro –digo sosteniéndolo; y aprovecho para recrearme la vista en cómo, el cortísimo pantalón negro que viste, ciñe su redondo y perfecto culito mientras se gira, todavía de pie para depositar el vaso en el agujerito del apoyabrazos de su izquierda. Tiene el pantalón, lo que parece un falso pliegue, allí donde acaban las perneras (que raro suena decir “acaban” cuando éstas empiezan apenas unos tres centímetros antes, en la zona de las ingles) y un botoncito plateado en el lateral que simula sujetar ese doblez. Observo, al resplandor de la pantalla, sus increíbles piernas, de aspecto duro y firme, que se muestran oscuras por llevar enfundados unos pantys de color negro con algo de brillo. (¡Dios mío! ¡Qué visión! ¿Está jugando conmigo una vez más? ¿O son sólo fantasías de un salido cuarentón que cree estar dentro de un relato erótico?).

¿Cómo he llegado a esta peligrosa situación una vez más? Más peligrosa y comprometida aún que la de hace un año; cuando acudí a casa de mi novia Ana, con la que había quedado para salir y me recibió, por encontrarse ésta ausente un momento, su “diabólica” sobrinita Mar*. (*Ver “La tentación vive arriba”. Puede leerse después, antes, o nunca, como queráis. En cualquier caso, interesante para conocer mejor los hechos que perturbaron a nuestro protagonista en el pasado).

Sí; ésta que ahora está a mi lado y se sienta ya acomodándose y recogiendo el paquete de palomitas de mi mano dándome las gracias. A la que entonces no veía desde niña, y que me dejó perturbado con el demoledor atractivo de sus dieciséis años; que me volvió loco con su precioso rostro y su hermoso cuerpo juvenil vistiendo uniforme azul de colegiala. Hasta el punto que tuve que salir apresuradamente de casa de mi novia para no cometer una locura (tal era el hechizo que llegó a ejercer sobre mí, consciente o inconscientemente, semejante criatura). Inventándome luego una repentina indisposición que a ambas debió parecerles una excusa tonta para justificar una inexplicable actitud. Afortunadamente no volvió a salir el tema. ¡A mí! ¡Al que siempre atrajeron más bien las mujeres maduras! O por lo menos bastante mayores que Mar con sus dieciséis años entonces (ahora diecisiete). ¡A mí! que estaba, y sigo estando, enamorado de mi novia (su tía, ¡Por Dios!).

Repito: ¿Cómo he llegado a esta peligrosa situación una vez más?

Todo empezó hace un par de horas, cuando esperaba recibir una llamada de mi novia para saber qué haríamos esa noche, si es que al final estaba libre, ya que es enfermera y estaba pendiente de un posible problema con una compañera del hospital. Me llamó comentándome que al final, no pudiendo solucionarse éste, por fin tendría que entrar de guardia; que no me preocupara por ella, que quedara más tarde con algún amigo si me apetecía, pero que le hiciera un favor antes, si era posible:

Tenía un par de entradas de cine para la sesión de las ocho sacadas con antelación por internet (una sorpresa reservada para mí). Y ya que ella no podría ir, y dado que la famosa y esperada película de terror que se estrenaba, también interesaba a su sobrina, muy aficionada al género; porqué no aprovechaba y me iba con ella (con la que ya se había puesto en comunicación).

“Sí, cómo no; contesté, ningún problema” (¿Mar a mi lado, y en penumbras? Ya lo creo que lo era).

En fín. Acepté por hacerla el favor y confiando en que “la cosa” no se pusiera “insoportable”. Auto-convenciéndome de que lo que pasó sólo fueron equivocadas interpretaciones por mi parte.

La citó conmigo a la entrada del cine, y allí apareció a los cinco minutos de esperarla:

Tan preciosa, o más de lo que la recordaba. Abriéndose paso, sonriente, entre la gente que hacía cola en el bar. Con su larga melena negra, en el pasado lisa, presentando ahora un nuevo “look” con un rizadito muy fino, y de un atractivo aspecto mojado, seguramente efecto de algún champú especial o cierto tipo de aplicación. Descansaba ésta sobre sus hombros. Llevaba un largo plumas gris claro.

-Hola, Paco. ¿Qué tal? –Brillando sus grandes y bellos ojos verde-azulados.

-Bien. Mar, guapa ¿cómo te va? –La vista se me fue hacia la bonita sonrisa que dibujaban sus sensuales labios.

Se abalanzó hacia mí sin contestar, con una actitud encantadora; tan espontánea como cariñosa. La propia de la que, no hace tanto, ha rebasado el ecuador de la adolescencia y se acerca al fin de ésta. Esa peligrosa edad plena de tentaciones, como descubro día a día cuando observo a las “niñas” de la quinta de Mar por la calle. En la que una cierta madurez, que aparece en lontananza, empieza a “inyectarles” un sobrecogedor atractivo especial, ya que, entre otras cosas, empiezan a ser cada vez más conscientes de su poder, y por tanto a utilizarlo intencionadamente. Me estampó dos sonoros (y húmedos…¡Ay madre!) besos; mientras me inundó la embriagadora exhalación de su dulce y perturbador perfume juvenil; del que desconozco la marca, pero que ya he tenido ocasión de oler por la calle más de una vez a otras chicas de edad aproximada. Se abre paso tras éste, el fresco aroma a champú de bebés de su hermoso pelo.

-Ahí vamos…-respondió entonces -Jo, qué putada lo de Ana. ¿No?

-Sí, bueno. A veces pasa. Está acostumbrada.

-¿Cuánto tiempo, eh? -¿Denoté cierta intención burlona en su sutil sonrisa? ¿Quería ponerme nervioso haciéndome recordar ciertos hechos del pasado?…Lo consiguió; nervioso y excitado a la vez. (Empezamos mal. Quería desterrar cualquier connotación erótica de esta “cita”, pero su sola presencia me lo pone muy difícil. Aunque lo peor vino a continuación):

Se despojó del plumas y pasándomelo me pidió:

-Anda, Paco ¿Porqué no vas entrando mientras pillo palomitas y una coca? ¿Tú quieres algo? Me da tiempo. Ahora empiezan los tráilers.

-Bueno, como quieras…glub (trago saliva). -Toma una entrada –digo sacando una de ellas del bolsillo de la camisa y pasándosela-. Por cierto, no, no quiero nada, gracias.

-Vale…

Me encamino con mi abrigo y el suyo bajo el brazo hacia la entrada de la sala; no sin antes darme la vuelta, para observar con más perspectiva el “atuendo” de la jodida sobrinita y agradecido de que esté ya concentrada en los carteles del bar para decidir los tamaños y precios de su compra. Vuelvo a tragar saliva:

Calzan sus pies unos zapatos sport con cordones, tipo botín, marrones oscuros y con la suela más clara, de color beige; de “Coronel Tapioca” o marca similar; muy brillantes. Parecen nuevos, o los lleva muy limpios. Asoman de éstos unas preciosas pantorrillas enfundadas en unas bonitas medias de lana gris claro, con un aspecto peludo muy fino, como de angora. Le llegan hasta un poquito más arriba de las corvas de las rodillas, donde aparecen arrebujadas, como caídas casualmente. A partir de ahí emergen sus hermosos muslos enfundados en pantys negros, finos, transparentes y con un ligero brillo. Pero ahora viene el verdadero peligro, como ya adelanté al principio del relato:

Su redondo y perfecto culo ceñido por lo que, en un principio, me parece una minifalda cortísima, pero que justo un segundo después, al cambiar el apoyo de los pies y separar las piernas, puedo reconocer como un pantaloncito negro. Para acabar, un bonito jersey malva claro, de cuello alto, como pude observar de frente al acercarse a mí, ya que por detrás su generosa melena tapa, tanto sus hombros, como su cuello.

En definitiva: hermosa y provocadora. Emanando una elegancia nata, no reñida con esa provocación, ni con el atuendo sport juvenil. Una elegancia que puede superar a la de la más pija madura, con el vestido más “chic”, porque nace de lo más profundo de su ser; confiriéndole al mismo tiempo un atractivo arrebatador, de una fuerza animal.

¿Era posible que se hubiera vestido así para mí? Imposible. Habrá quedado luego con sus amistades para ir a bailar por ahí. Así visten los fines de semana la mayoría de las jovencitas de su edad que frecuentan las discotecas, (basta con darse un paseo por los alrededores para comprobarlo); sobre todo si tienen un físico tan adecuado como el suyo para ir de esa guisa. No puedo ni imaginarme lo que provocarán allí dentro con sus bamboleos. Lo contrario supondría que se había preparado muy conscientemente para provocarme, y eso no quería contemplarlo en mi cabeza ni por un segundo.

Vuelvo al comienzo de mi relato, donde Mar acaba de acomodarse a mi lado, de regreso del bar…

Trato de concentrar toda mi atención en la pantalla y no en el precioso perfil de Mar mientras se come las palomitas, ni en el lindo hoyuelo que se le forma en la mejilla al reírse con un gag del anuncio de una comedia tonta americana.

Acaban los tráilers y comienza la película; de terror, como decía.

PRONTO EL MISTERIO IRRUMPE EN LA TRAMA CON EL HALLAZGO DE UN CADÁVER DE EXTRAÑO ASPECTO. UN CRIMEN QUE LA POLICÍA EMPIEZA A INVESTIGAR CON LOS INTERROGATORIOS DE VARIOS VECINOS DE LA, HASTA AHORA, APACIBLE COMUNIDAD.

Mar se agacha a recoger el paquete de palomitas que un rato antes ha dejado en el suelo a su izquierda, para tomarse un descanso de éste. No puedo evitar inclinarme disimuladamente y vislumbrar en su zona lumbar un detalle que me pone a tope: debido al bajo talle del pantaloncito, y a que el borde inferior del jersey y lo que parece una camiseta rosa que lleva debajo se deslizan un poquito hacia arriba, puedo ver, asomando, el elástico superior de los pantys, esa cinturilla más oscura que el resto de éstos, de apenas un centímetro de anchura, y el comienzo de una costura vertical justo en su zona media, bajando hacia el cóxis.

La película se pone seria y cada vez más inquietante. De repente un susto tremebundo hace que Mar pegue un salto sacudiendo el paquete de palomitas y dejando caer algunas, mientras suelta un gritito encantador que me llega a excitar, ya que mi perturbada imaginación lo transforma en un estertor de placer. Varios gritos más se oyen por la sala, sobre todo femeninos. Yo también me he asustado. Como para reforzar mis calenturientos pensamientos; súbitamente noto un brazo que enlaza el mío.

-¡Qué susto! ¿Te importa? –me pregunta Mar con cara de gatita asustada.

-No; tranquila…si te sientes mejor –sonrío tranquilizándola.

(¡No, no, no…peligro! ¡Ya empezamos!).

ES UNA NOCHE OSCURA Y NEBLINOSA. EL CADÁVER DE UN PSICO-KILLER DESCEREBRADO SURGE DE LAS ENTRAÑAS DE LA TIERRA Y SE DESLIZA POR EL SUELO A RASTRAS DESDE LO QUE, AHORA NOS MUESTRA LA CÁMARA ALEJÁNDOSE, ES SU PROPIA TUMBA, HACIA LA ENTRADA DEL CEMENTERIO…

He de reconocer que el clima de la película está muy conseguido; la efectista fotografía, la inquietante música, y el esplendido montaje la elevan por encima de la media de lo que últimamente ofrece su género.

LLEGA A LA VERJA DEL CEMENTERIO E, INCORPORÁNDOSE, RECOGE ANTES DE ABANDONAR ÉSTE, UNA PALA QUE ESTÁ CLAVADA JUNTO A UN MONTÍCULO DE TIERRA. ABRE LA PUERTA HACIENDO SALTAR LA CERRADURA CON SU FUERZA SOBRENATURAL Y SE DIRIGE HACIA UN COCHE QUE ESTÁ PEGADO A LA VERJA CERCA DE LA ENTRADA. PARECE ESTAR OCUPADO POR DOS SOMBRAS. AHORA CAMBIA EL PLANO Y OBSERVAMOS EL INTERIOR DE ÉSTE. EN EFECTO; SE TRATA DE UNA PAREJA BESÁNDOSE. EL ASESINO SIGUE APROXIMÁNDOSE, Y DE REPENTE CAE AL SUELO POR QUE SE LE ACABA DE ROMPER UNA PIERNA POR LA RODILLA, CON LO QUE SIGUE, AHORA REPTANDO, HACIA EL AUTOMÓVIL, SIN SOLTAR LA PALA.

La mano de Mar se aferra con más fuerza y también acomoda el tronco en su butaca, como para recostar con más comodidad la cabeza en mi hombro.

-Perdona…-Me mira, disculpándose.

-No pasa nada. Anda tonta, no te preocupes.

(Sí pasa, sí pasa. Percibo ahora su excitante mezcla de maravillosos olores. Unos mechoncitos rizados de su suave pelo acarician mi mejilla).

EL PÚTRIDO SER SURGIDO DEL AVERNO SE ACERCA YA A LA PUERTA DE LA ACOMPAÑANTE QUE, DE ESPALDAS COMO SE ENCUENTRA, BESÁNDOSE CON EL CHICO, NO SE APERCIBE DE NADA.

-Ay, ay, ay… –Se asusta Mar previendo la brutal escena que se aproxima. No es de las que apartan la vista ni cierra los ojos; pero sí de las que aprieta más fuerte. Y más aún: Ahora suelta las palomitas en la butaca de al lado y me agarra también con el otro brazo, estrangulándome el mío, cada vez más fuerte.

EL ASESINO SE LEVANTA COMO PUEDE CON SU ÚNICA PIERNA Y SU ÚNICA MANO LIBRE PEGÁNDOSE A LA PORTEZUELA DEL COCHE Y LEVANTA LA PALA EN DIRECCIÓN A LA VENTANILLA SUBIDA, COMO PARA ROMPERLA DE UN GOLPE CON LA PARTE DEL MANGO.

Mar, completamente aterrorizada, lleva ahora su mano derecha a mi pierna izquierda cerca de la ingle; donde un bulto empieza a crecer y a tomar forma. De lo que creo no se da cuenta (tan absorta está en la película). Y con rápida habilidad; tan es así que no puedo hacer otra cosa que dejarme llevar; enlaza los dedos de su mano izquierda por encima de los míos y dirige mi mano con la palma hacia abajo hacia su prieto muslo derecho, cerca de la zona interna próxima a la entrepierna.

CONTINÚA...
__________________
Porgi amor,
qualche ristoro
al mio duolo, a miei sospir!
O mi rendi il mio tesoro,
o mi lascia almen morir!
(Le nozze di Figaro / Wolfgang A. Mozart)

Citar
Responder

Barra de navegación inferior
Regresar   Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes

Etiquetas
carne, hizo, tentación


Usuarios viendo actualmente este hilo: 1 (0 miembros y 1 visitantes)
 




Somos el foro de información y opiniones sobre acompañantes más antiguo de España. Todas las experiencias y opiniones que aparecen en spalumi.com son realizadas por usuarios reales de acompañantes en España. Puedes ver todas las experiencias de nuestros foreros dentro de cada provincia de España en los siguientes enlaces: acompañantes Madrid, acompañantes Sevilla, acompañantes Coruña, acompañantes Alicante, acompañantes Barcelona, acompañantes Burgos, acompañantes Bilbao, acompañantes Cadiz, acompañantes Córdoba, acompañantes Salamanca, acompañantes San Sebastian, acompañantes Málaga, acompañantes Murcia, acompañantes Orense, acompañantes Pontevedra, acompañantes Santander, acompañantes Valencia, acompañantes Zaragoza

Powered by vBulletin®
Copyright ©2000 - 2024, vBulletin Solutions, Inc.
Search Engine Friendly URLs by vBSEO 3.6.0
Ad Management plugin by RedTygerNavbar with Avatar by Motorradforum