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moteroputero 05-05-2010 22:50

Lluvia.
 
Llovia. Llovia de tal forma, que parecia que el cielo se iba a rajar y verter todo su contenido encima de su cabeza. Calado hasta los huesos, enterrado en el barro hasta las rodillas, maldecia la hora en la que habia puesto sus ojos en aquella mujer. "No es trigo limpio", le habian aconsejado. Pero el solo tenia ojos para ella.

Teniente de Zapadores del Glorioso Ejercito de su Majestad Imperial, habia tirado por la borda su matrimonio y sus hijos en Mount Saint Michel y su prestigiosa carrera militar, por las caderas de esa mujer. Por una mujer de burdel. Por una vulgar puta.

En el preciso momento en que entro en ese tugurio, se fijo en ella. Bailaba encima del tablao, con una camisa blanca ceñida que dejaba al aire sus hombros tostados por el trabajo en el campo, y marcaba sus generosos pechos bajo ella. Se recogia la falda, al son de la guitarra y las palmas, para dejar mostrar esos muslos duros, prietos, que habia conocido la mitad del ejercito de ocupacion que acampaba a las afueras de esa pequeña ciudad gaditana.

Y como bailaba, por Dios. Se movia como poseida por el mismisimo Satanas. Tenia a los hombres hipnotizados. Atontados. No era para menos, ya que sabia de su belleza, y sabia utilizarla. No como todas las mujeres de arrabal. Jamas. Ella, estaba a otro nivel que el resto de fulanas de aquel lugar. La reina del lugar, con diferencia.

En cuanto poso sus ojos en ella, supo que queria tenerla. Necesitaba tenerla. Poseerla. Solo para el. Y asi lo hizo, comunicandolo primero a la vieja desdentada que sentada en un taburete a los pies del tablao, recogia las monedas, y memorizaba las caras, de todos aquellos que pugnaban por tener sus favores al final de la actuacion.

Cuando llego su turno, subieron a la habitacion. Dudaba. Era su primera vez en aquella situacion. Su primera vez con una mujer de la vida. Sus primeras monedas invertidas en el amor pasajero, fugaz, de una mujer de esa indole. Pero al cabo de un rato, no se volvio a plantear nada. Tan solo se dejo llevar.

Gozó de su piel, de sus pechos, de su sexo, su sudor, su sabor, sus besos. Sus abrazos, tan conseguidos, lograron su objetivo. Que se creyera especial. Que imaginara, por un instante, que aquellas palabras, pronunciadas en un idioma extranjero, que el apenas entendia, eran las palabras que a todo hombre le gustaria oir de los labios de una mujer. Y por un breve espacio de tiempo, varias noches, llego incluso a creerselo. Hasta que aparecio el.

Con todo su poder, su mando, su grado y su dinero, aquel maldito Coronel, aquel petulante venido de Paris, tuvo que fijarse en ella. Y lo peor, es que ella le correspondio. Mas monedas para su bolsillo. Tan solo eso.

Luego, todo para el de mal en peor. Ciertas irregularidades en la ordenanza, ciertas insurrecciones, hasta que al final, varios episodios de duelo, dieron con sus huesos en el calabozo, y con su degradacion a soldado raso. De ahi, a una trinchera enfangada, tan solo hubo un paso. Un paso corto y doloroso. Y todo, por dolor de amor.

Seguia lloviendo. Comprobo que la polvora de su fusil no estaba mojada, se ajusto las correas, calo la balloneta y se preparo para el asalto. Miedo, dolor, nostalgia, remordimientos... Sentimientos encontrados y opuestos en algunos casos, pero que quedaban velados por el recuerdo de ella, en aquella habitacion, desnuda, su cuerpo bañado por la luz de la chimenea, abrazandole, susurrandole palabras extrañas al oido, mientras le acariciaba, le lamia el cuello, los hombros, los pechos. Nunca jamas, una mujer le habia hecho sentir como le hizo sentir ella.

Entonces, llego la orden de avanzar. Varios cientos de hombres, avandonaron la seguridad de aquella patetica trinchera, para enfrentarse a los disparos que venian de la atalaya. Y el con ellos.

Tras varios metros recorridos, sintio el primer impacto. En el brazo. Luego, le siguieron otros tres mas. Dos en el pecho, y otro en la cabeza.

Y mientras se desplomaba sangrando en el barro, bajo la lluvia, tan solo tenia recuerdos para ella. Para aquella mujer de la vida. Aquella fulana. Aquella puta. Aquella, que le hizo durante varias noches, de varios meses, el hombre mas feliz de la tierra.

Y cayo en la cuenta, que nunca, nunca jamas, sabria su nombre...

juanperez 06-05-2010 09:13

Re: Lluvia.
 
Me ha gustado mucho. Como caer hasta morir por algo tan "primitivo" como es el sexo.

Laura Intima 07-05-2010 17:40

Re: Lluvia.
 
Me ha calado, me ha estremecido, me ha encantado.
Gracias

pistro 09-05-2010 12:10

Re: Lluvia.
 
Buenísimo, muy bueno. Volverse loco por una mujer, sólo con la intimidad y sin conocer su nombre... Me ha encantado

geva 14-05-2010 01:55

Re: Lluvia.
 
Este relato duele.
Muy bueno, gracias.
P.D.: "El Miedo" de Gabriel Chevallier, en editorial Acantilado. Por ilustrar la parte de trinchera que, afortunadamente, conocemos menos. La otra parte...
creo que nos podemos hacer una idea.
Saludos.

Petardo_1974 10-06-2010 18:47

Re: Lluvia.
 
Muy buen relato!!

fipe 10-06-2010 22:54

Re: Lluvia.
 
Ecos de Carmen, las hondas pulsiones de la pasión gobernando a la razón, la sucia mediocridad del poder y el dinero imponiéndose al deseo. La vida, la muerte... y llovía.

Muchas gracias moteroputero, nos has llegado al fondo del alma.


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