Relato Publicado: Sab Ene 21, 2006 10:21 pm que copio y pego
No se si lo recordareis, pero yo no me olvido.
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Supongo que hay de todo, como en botica.
Año 2000. Garden Sport (ctra. Coruña). Principios de verano. Me siento solo, busco compañía y ... lo que surja. La veo y me quedo con su nombre y con su cara, a las demás ni las veo ya. Me entra muy bien, simpática, cuerpo de escándalo, carita mona, de niña (tiene 23 años pero parece tener 18 ) charlamos un rato y nos subimos a la habitación.
Nos desnudamos y empezamos a besarnos, al principio piquitos, pero la cosa se va animando (modestia aparte, beso muy, pero que muy bien. Y no solo es mi opinión, sino que me lo dicen todas) y el asunto va complicándose con lengua y caricias de todo tipo. Se baja a besarme los pezones y tras ponérmelos tiesos (los tengo muy sensibles, y me encanta), sigue bajando hasta que encuentra algo mas grande que mis pezones.
Ahí se explaya, y comienzo a ponerme nervioso.
Nos tumbamos en la cama y empiezo a acariciarle los pechos, grandes, preciosos, duros y naturales. A ella también le gusta. Se los beso, y no tardo en notar, con mi lengua, sus pezones tan tiesos como los míos, mientras ella sigue acariciándome los bajos.
Vuelve a bajar y en un momento me pone el preservativo con la boca, se coloca encima y, muy despacio, empieza a moverse, suavemente, sin ninguna prisa, disfrutando.
Yo, agarrado a sus pechos, me dejo hacer, y al rato me corro, mientras, por la columna vertebral, se me desliza una corriente eléctrica que me deja completamente exhausto.
Me quita el globito, me limpia con unos kleenex, y nos quedamos en la cama, tumbados, charlando.
Después de ésta, fueron más veces durante el verano, en las que nos vimos. Salía a las 6 de la mañana, y la esperaba en el coche, en la calle de al lado, la llevaba a su casa, y por el camino parábamos a desayunar. Empezamos a salir algún día que no trabajaba. Íbamos al cine, a cenar.
Finalmente, a mediados de septiembre, nos fuimos a vivir juntos. Yo pagaba el alquiler del piso, y ella pagaba la compra y cocinaba para mi. Ni que decir tiene que teníamos sesiones de cama todos los días. Y no solo en la cama. Nos duchábamos juntos, venía a verme al trabajo (entonces yo estaba en una inmobiliaria), en varios pisos, que iba a revisar tras una reforma, lo hicimos en la cocina, en el borde de la bañera (no es tan incómodo).
El caso es que la diferencia de edad (14 años), empezó a notarse. Ella quería salir de marcha y a mi me apetecía quedarme en casa. Resultado, que empecé a apartarla de mí. No porque no la quisiera, sino porque no creía ser lo que ella quería. La di pie a que saliera con amigas a divertirse, salir con chicos de su edad, y dio resultado. Vivimos juntos 3 años. Nos queremos, Ya no es amor, pero si una amistad muy profunda (con derecho a roce). Nos seguimos viendo hoy en día y charlamos, comemos y luego postre con siesta.
Ella tiene novio formal, está esperando una niña, y se retiro de ese mundo que la trajo a mis manos.
Espero que te sirva de algo mi experiencia, Lucanero.
Leí en su día esta historia Legal y no me he podido resistir a volver a leerla con mucho gusto.
Eso del "derecho a roce" me resulta muy simpático y muy tierno, casi tanto como tu nuevo avatar.