Manu Chao suena en la madrugada de la radio, canta para nosotros.
Doce de la mañana en la Habana, Cuba
Once de la noche en San Salvador, El Salvador
Estoy entre tus piernas que me rodean y me aprietan contra ti. Quieres algo que no te voy a dar, aún no. Manu Chao no me deja.
Me gusta la mañana, me gustas tú
Me gusta el viento, me gustas tú
Te miro tumbada, desnuda, tu cuerpo bonito. Mi mano en tu cara, acaricio tus cejas, sigo por tu nariz y rozo tus labios.
Me gusta soñar, me gustas tú
Me gusta la mar, me gustas tú
Me chupas un dedo, quiero sacarlo y no me dejas, me muerdes. Me acerco a tu oreja, te susurro que no sé que voy a hacer y que estoy perdido. Giras la cabeza y me ofreces tu cuello, lametazos lentos y largos, de abajo a arriba, como te gusta.
Qué voy a hacer, je ne sais pas
Qué voy a hacer, je ne sais plus
Soplo tus hombros, te huelo, mezcla de perfume y sudor. Noto tus manos en mi espalda, en mi culo empujándome contra ti, clavándome tus uñas. Me dices que entre, no puedo, todavía no.
Me gusta la lluvia, me gustas tú
Me gusta volver, me gustas tú
Me separo y mis dedos cogen tus pezones, los aprieto, los retuerzo, los pellizco y gimes, te agarras a la almohada, te hundes en ella y me pides más.
Me gusta la montaña, me gustas tú
Me gusta la noche, me gustas tú
Mi mano acaricia tu vientre, tu cintura, tus caderas. Suave, despacio, volviendo de nuevo a cada curva, a cada detalle. Tu ombligo, me perdería en él.
Qué voy a hacer, je suis perdu
Qué horas son, mi corazón
Apoyo tus pies sobre mis hombros y abrazo tus piernas. Me aprieto a ellas, beso tus tobillos, tus pies.
Me gusta camelar, me gustas tú
me gusta la guitarra, me gustas tú
Bajo tus piernas y acaricio tus muslos acercándome a tus ingles, rozando tu vello, sin tocar tu sexo.
Me gusta la canela, me gustas tú
me gusta el fuego, me gustas tú
Mi dedo pulgar sobre tu clítoris, mi otra mano sobre tu vientre disfrutando de tu temblor.
Me gusta menear, me gustas tú
me gusta la Coruña, me gustas tú
Me acerco y pruebo con mi lengua tu sabor dulce. Mis manos pasan a tu cadera, cogen tu pecho, aprietan tu muslo. Tus dedos entre mi pelo, primero acariciándolo, te vuelves a estremecer y te agarras a él.
A la bin, a la ban a la bin bon ba
Obladí obladá obladidadá
“Ya, ven”, me dices con una voz que te falla. Deshago el camino andado pasando por tu vello, por tu vientre, por tu ombligo, por tus pezones, por tu cuello, hasta tu boca.
Cinco de la mañana
No todo lo que es oro brilla
Remedio chino es infalible
Manu Chao ya me deja, entro en ti.
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