Mi urólogo y yo - Foro Spalumi

    
Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes  


Regresar   Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes
Registrarse Ayuda Comunidad Temas de Hoy Buscar
Live Girls SPALUMI TIEMPO REAL

Relatos Eróticos ¿Te sientes inspirado? Recreate!

 
 
LinkBack Herramientas Buscar en Tema Desplegado
Prev Mensaje Anterior   Próximo Mensaje Next
  #1  
Antiguo 02-11-2006, 19:57
Inactivo
 
Fecha de Ingreso: Aug 2006
Ubicación: Deslocalizado
Género:
Mensajes: 2,325
Gracias: 0
Agradecido 4 Veces en 4 Posts
Predeterminado

Mi urólogo y yo


En primer lugar pedir perdón por no saber bien donde ubicar esto. Quizás iría mejor, en Consulta Médica, pero también podría ir a Relatos, o experiencias Friquis... no sé. Tal vez en todas pero eso sería más que abusar... –yo pienso que donde mejor estaría es en mi papelera de reciclaje, pero ya que recibo muchas muestras de solidaridad y ánimos por vuestra parte, hasta que me dejéis, continuaré publicando tonterías-

Tampoco se que va a salir de esto, lo que si os puedo es dar mi palabra que en esta ocasión voy a intentar narrar los acontecimientos, no desde mi interior, si no de una forma más racional, para que se entienda, vamos:

Al grano:

Todos los hombres, tarde o témpano, tenemos que pasar por el urólogo. Yo hasta ahora ni me lo planteaba, a pesar de tener unos plastas-amigos que siempre estaban con los típicos chistecitos y que si no hay que dejarlo, que al llegar a los cuarenta y tal y tal. Pues bueno, heme aquí esta misma mañana en la sala de espera del especialista en cuestión. He llegado con 15 minutos de adelanto. La televisión chirriaba los resultados y análisis de las elecciones catalanas. No me apetece. Que hartura ya, oyess. Pues nada, saco un libro y me pongo a leer. Pues Freud. Pues no se que pasa que leo y leo y tengo que volver a empezar porque no me entero de nada. Paso páginas y páginas y no presto atención. Tengo la mente no se donde. Entonces miro a mi alrededor. Todas son personas de una avanzada edad. Y yo. Y yo allí. ¿Y yo aquí que coño hago?. Tranquilo. No pasa nada. Va a ser un momento y te vas a currar. Bueno. Freud. Pues “na” que no me entero. Pues en eso que aparece un caballero mayor. Mayor con garrota. Y una tía... ¡joder que tía!. Yo no soy de los que se tiran a las tías con la vista. Ni de los que me las quiero follar solo por estar buenas. Pero esa tía...
Entonces se sienta a mi lado. Y su falda se levanta... y veo que lleva ligueros. Medias negras y ligeros. Joder!!!. A ver si me voy a empalmar ahora y me llaman. Joderrrr!!. Entonces le llama al viejo, “cariño”. Pero es que la tía debe de tener unos 25 y el tío unos 70. Maaadre míaaaa!. Yo quiero tener una tercera edad así. Y de repente me vienen cosas a la cabeza. Me invento un cuento –lo siento, yo soy así-. Me empiezo a inventar un cuento y sonrío. La tipa se conoce que me ve reír y me mira con cara de complicidad. Aunque no viene a cuento –nunca mejor dicho- , voy a escribir más o menos como recuerdo que era el rollo que maquiné:
“Erase una vez una lumi que era admirada por todos los puteros. Y por el resto de las lumis también. Todos los clientes quedaban más que satisfechos, buscaran lo que buscaran. A los viejos y a los jóvenes, a los que buscaban una tía joven y a los que buscaban una tía madura. A los que quería sexo salvaje y a los que buscaban sexo dulce. A los que ... bueno a todos. La segunda lumi más deseada, la odiaba. Pero claro, no podía decirlo en voz alta, no podía hacer nada para desacreditarla ya que entonces, sería odiada por todos. Entonces la escribió una carta. “Querida primera lumi, en primer lugar, felicitarte por tu éxito y decirte que te admiro mucho. Solo quería pedirte el favor de que me dijeras exactamente como lo haces, que haces para que todos los hombres queden complacidos de esa manera. Cuéntame, ¿qué técnicas utilizas?. Yo he viajado por todo el mundo y conozco muchas, pero nunca podré ser como tu. Muchas gracias”. Entonces, la primera lumi, al leer la carta, empezó a pensar y a pensar que técnicas utilizaba y como lo hacía, he intentó anotar todo ello para enviárselo a la segunda lumi. Pero desde ese mismo instante, ya no volvió a ser la misma. Tanto es así, que quedó en el olvido y nadie quería estar con ella. Entonces, la segunda lumi, pasó a ser la primera”.

Me parece que me he ido por donde no debía. Continuo.

No es el día de Freud. Voy a cambiar de libro.Tomo uno de filosofía. Pero la cosa sigue igual. Afortunadamente me llaman. Y entro...

- Buenos días, que te trae por aquí?
- Pues las ganas no, verá, recientemente me han realizados unos análisis de sangre y parece que tengo el PSA un poco alto... no se porque me han pedido pruebas de próstata a mi edad y...
El buen doctor –que no es joven, pero tampoco mayor- me hace preguntas relacionadas con mi salud en general, si me levanto a mear por la noches, alergias... esas cosas. No se por que pero nace entre los dos un buen rollo “especial” y hacemos algunas risas. De repente, a traición, me dice:
- Pasa ahí, que vamos a hacer una exploración rectal.
- Uh...mmm...? ¿cómooo?
- Bájate el pantalón y el calzoncillo, ahí mismo.
- Pepepe...ro, buenooo, mi doctora me dijo que esto, con una ecografía...
- ¿Quién te dijo eso?
- Mi doctoraaaa
- En una ecografía no se ve una mierda. Venga pasa –entre risas-
- Pero es que yo... soy virgen... vamos que quiero decir que con las tías, vale, si, pero con tíos... que mis prejuicios...
En esto, la enfermera que estaba distraída confeccionando mi historial, levanta su vista por encima de sus gafas de vista cansada, me mira y sonríe. Y ya no despega la vista de mi. Unos 50 tacos, evidentemente, tampoco es un pivón.
Resignado, me dirijo a “ahí”, que realmente es la misma estancia donde emerge una pequeña cortina que apenas tapa una especie de camilla-mutada en una máquina tipo elemento de tortura.
Joder!, ahora entiendo a las tías y su repulsa de visitar al ginecólogo. No entiendo como la “fantasía sexual” de alguna amiga forera pueda ser hacerlo ahí, me recuerda a los nazis... campos de concentración... sus experimentos...

- Súbete en ese escalón, bájate los pantalones, los calzoncillos y apoya los codos ahí.
- Perooo, los guantessss, ponte los guantesss.
- Ja, ,ja, ja. No, es que como estoy acostumbrado a viejetes pues, carne frescaaaa. Ja, ja,ja
Se pone los guantes y me doy la vuelta. Procedo con la ropa, me pongo en posición y pienso... “mujer, ante tu eminente violación, relájate y disfruta...”
- Pero saca más el culo, hombre. Más, más...
En esto me giro un poco y veo a la enfermera que se lo está pasando en grande. Con una sonrisa de oreja a oreja y... ¡lo siento!. ¡Lo siento!. No se si es un dedo, dos, la mano, el brazo, un especulo, o que... pero... lo siento, lo siento...
- Ahora es cuando me dices eso de “yo también te quiero” –me dice-
- Gozasss, vidaaaa –me atrevo a contestar-
La enfermera se levanta, se acerca –y eso que de donde estaba se veía muy bien-
- Doctor, necesita ayuda???
- ...
- En esta profesión, no hay urólogas –la pregunto mientras noto que la presión se desliza hasta que desaparece-
- A veces, estas exploraciones las hago yo, pero hoy el doctor me tiene castigada. --Risas, mutuas y yo... también río porque no se que hacer ni decir...-

- Está un poco duro, no es normal a tu edad, así que voy a mandarte una cultivo y así nos quedamos tranquilos, amor. Además me gustará verte. Y ya sabes. Revisión anual... ¿vas mucho a mear?

- Pues depende. Cuando no bebo agua, me puedo tirar prácticamente todo el día sin ir al baño. Si bebo más, pues voy más. Pero vamos...

- Hombre claro, si a mi no se me empina, tampoco puedo penetrar

Joder, no doy crédito. ¿Qué contesto a eso?. Pues nada, más risitas, y cuando me marcho no se si le tengo que abrazar, darle un beso o la mano. Opto por lo último y le oigo decir “hasta pronto... mi amolll, ja, ja,ja”. A lo que contesto, “a sido un placer”.
Cuando salgo, oigo quejarse a los pacientes que esperan que el urólogo este es “sieso” que no habla, que es muy serio... ¿¿?¿?¿?¿??!!!
Miro a la chiquita del viejo, ella me mira, me pongo rojo –creo que ya lo estaba, pero aún más-, me guiña un ojo y salgo corriendo a toda velocidad para el curro.

De esto ya hace como unas seis horas, pero continúo notando el puto dedo –o lo que sea que metiera- ahí dentro. No se si es dolor... que me he enamorado –no lo creo, por Dios-... o es gusto retenido... o es amor propio de “macho ibérico” ultrajado (algunos ya sabréis por otras narraciones que el único tabú que no he podido superar es el de la repulsa a los hombres en el ámbito sexual)-... pero lo que no se es si la experiencia fue grata, horrible... o que coño!!!
Lo que está claro que no es... es... para tanto... para escribir este “mamotreco”. Lo que no se... es... si es que yo veo las cosas así, de una forma tan diferente como lo ven el resto de los mortales. Pero bueno. Para los aburridos, pues ya han pasado un rato.

Un abrazo a todos y que os toque un buen urólogo –mejor una uróloga, claro-


.
Citar
 

Barra de navegación inferior
Regresar   Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes

Etiquetas
urólogo


Usuarios viendo actualmente este hilo: 1 (0 miembros y 1 visitantes)
 




Somos el foro de información y opiniones sobre acompañantes más antiguo de España. Todas las experiencias y opiniones que aparecen en spalumi.com son realizadas por usuarios reales de acompañantes en España. Puedes ver todas las experiencias de nuestros foreros dentro de cada provincia de España en los siguientes enlaces: acompañantes Madrid, acompañantes Sevilla, acompañantes Coruña, acompañantes Alicante, acompañantes Barcelona, acompañantes Burgos, acompañantes Bilbao, acompañantes Cadiz, acompañantes Córdoba, acompañantes Salamanca, acompañantes San Sebastian, acompañantes Málaga, acompañantes Murcia, acompañantes Orense, acompañantes Pontevedra, acompañantes Santander, acompañantes Valencia, acompañantes Zaragoza

Powered by vBulletin®
Copyright ©2000 - 2024, vBulletin Solutions, Inc.
Search Engine Friendly URLs by vBSEO 3.6.0
Ad Management plugin by RedTygerNavbar with Avatar by Motorradforum