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Iniciado por lara_madrileña
Miradas que dicen más que mil palabras.
Donde el brillo de los ojos compite con la gracia de la luna. Donde un cruce de miradas compite con los destellos de un relámpago. Donde un leve parpadeo seduce, y una caída de ojos provoca..
Respiraciones entrecortadas.
Temiendo pecar, siendo menos falta pasarse y más no llegar. Queriendo pecar y cumplir penitencia pecando aún más.
Gozando de ese suave olor ansiado en la distancia, venerado en la proximidad.
Roces suaves.
Aspirando a recorrer el contorno codiciado, anhelando memorizarlo, retenerlo entre los surcos de los dedos.
Sabores. Caramelo dulce para deleite de la lengua, esa que para por donde pasa.
Melodías.
La banda sonora jadeante de la pasión.
Acércate lentamente; recórreme con tus ojos, ilumíname con el brillo radiante del reflejo de tu deseo.
Respira el mismo aire que yo respiro; ese que nos envuelve, ese que nos regala un halo seductor exhalado por nuestros cuerpos.
Rózame con tu dedo; delineando el perfil de mi boca, que se entreabre a tu paso.
Dibuja en mi piel; marca el camino que tu recorrerás, que yo ofreceré, que ambos disfrutaremos.
Saborea mi elixir; agitado para ti, combinado con tu pócima secreta, y obtengamos sensual mezcla.
Fundámonos en una confusión de gestos; lánguidos, arriesgados, provocadores.
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A PRIMERA VISTA
Llamaste mi atención a simple vista,
Posándome casi a ciegas en tu mirar,
Que cuando me quise dar cuenta,
Contigo ya solo quería hablar.
No hay ninguna excusa que me sirva,
No hay esquema que se corresponda,
Si alguien sabe la pregunta,
Por favor que me la diga,
Si alguien la conoce, que por mí la responda.
Yo tenía estudiados los preámbulos,
Y había ensayado toda la palabrería,
Cuidadosamente había escogido los gestos,
De las miradas repasé todo el repertorio,
Pero nada de esto serviría,
Yo que solo quería entrar en tu dormitorio,
Me fundí en el blanco de mi camisa,
Cuando me dedicaste la primera sonrisa.
Cuatro cartas llevo ahora escritas,
Cuatro noches no dormidas,
Y no estoy cansado, no,
De pensar en ti,
Cuatro días sin despertares,
Cuatro días en tu cuerpo,
Y cada uno de tus lunares,
Y no estoy cansado, no,
De estar en ti.
Qué es lo que te tramas,
Qué te traes entre manos,
Mira no se te resbale entre los dedos,
Mira que no se vaya a quemar en las llamas,
Con cuidado te pido que lo lleves,
Es mi corazón lo que en tu cama tienes.
Cuan intenso puede ser el tiempo,
Que no valen igual todos los segundos,
La más breve de las batallas,
Fue la mía con tus miradas,
Ahora mis ojos prisioneros,
Tienen mi voluntad sometida,
Mi corazón la guerra ya perdida.
Quien dará fe de mi fusilamiento,
Quien sino tu fusil,
Yo juro que no miento,
Cuando digo que por cada uno de mis besos,
Tus labios me daban mil.
No hay ninguna excusa que me sirva,
No hay esquema que se corresponda,
Si alguien tiene alguna pregunta,
Por favor que me la diga,
Si alguien la conoce, que por mí la responda.
Posándome casi a ciegas en tu mirar,
Cuando me quise dar cuenta,
Contigo ya solo quería hablar,
Llámalo amor a primera vista.