Proceso de selección
Estaba decidido. El morbo se apoderó de él, su deseo y ansiedad aumentaba día a día, durante semanas, durante meses, a medida que ojeaba enfermizamente páginas y páginas con oferta de sexo compulsivamente. Por fin llegó a foros. Se aprendió todos los hilos, Se estudió el “manual del buen putero”, “metodología para triunfar en Clubs”, lo memorizó y ensayo frente al espejo hasta la extenuación. No podía fallar. Era su primera vez y se prometió que la última. Con tanta información elegiría bien, imposible errar. Leyó todas las experiencias con callejeras, con acompañantes, pseudolumis y Escort. Se aprendió de memoria cada foto de cada chica.
Se registró en Spalumi, preguntó, preguntó y preguntó. Y finalmente se apuntó a una quedada en el Estark. Todo sería más fácil en persona. Le aconsejarían los expertos. Aprendería sus movimientos, su soltura su comportamiento y ya decidiría su Escort. Su Escort super especial. Nada de tías de club.
Entró por la puerta y saludó. Todos le habían leído y calló simpático. Era joven, elegante y bien parecido. Iban a ayudarle seguro... Hasta que se le acercó la tía menos agraciada del local. Se contoneó. Restregó su trasero por sus partes... Solo pudo ver entre nubes un gesto de todos que negaban con la cabeza frenéticamente mientras él, totalmente hechizado por no sabía que, se arrastraba detrás de esa mujer horriblemente fea, gruesa y mayor… la antitesis de sus fantasías.
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