Uno de ascensores - Foro Spalumi

    
Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes  


Regresar   Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes
Registrarse Ayuda Comunidad Temas de Hoy Buscar
Live Girls SPALUMI TIEMPO REAL

Relatos Eróticos ¿Te sientes inspirado? Recreate!

Responder
 
LinkBack Herramientas Buscar en Tema Desplegado
  #1  
Antiguo 14-02-2008, 11:42
Inactivo
 
Fecha de Ingreso: Aug 2006
Ubicación: Deslocalizado
Género:
Mensajes: 2,325
Gracias: 0
Agradecido 4 Veces en 4 Posts
Predeterminado

Uno de ascensores


Hay veces en la vida que no sabes su subes o bajas. Otras que subes tan deprisa que el mareo y la embriaguez te hace perder la noción de lo rápido que vuelves a estar abajo otra vez. Otras, que estando abajo, aún te crees arriba y la mayoría... que ni arriba ni abajo, se te escapa la vida en medianías.

Y es que... desde que estoy en el limbo, siento tan próximo la caída al vacío que solo me da por recordar en vez de mirar al futuro o soñar. Y es que... tomando un ascensor hace unos minutos, he recordado unos pasajes de mi vida y los ascensores... ¿por qué no compartirlos?.

----------------------------------------------------



En pocas horas, había escapado de todo, incluso de mí mismo. Tomé un avión con rumbo a Canarias donde nunca antes había estado ni conocía a nadie, para unos pocos días de reflexión, que finalmente se convirtieron en algo más de trescientos ininterrumpidos. Sin pretenderlo y para mi sorpresa muy pronto me sentí arropado por un grupo de nóveles e innovadores artistas –sin comillas- en distintas áreas a los cuales parece que sorprendí, agradé y a los que conocí... haciendo el capullo en un ascensor... pero eso sería otra historia.

Uno de ellos, se hacía llamar “Cacho”, –pedazo de trozo le llamaba yo- Mallorquín para más señas, precisamente el único que en la actualidad “no es nadie” de aquel grupo de hoy en día “triunfadores, famosos y notables”. Me rogó salir conmigo aquella noche. Me extrañó muchísimo ya que él no era de los de “la marcha nocturna”. Sinceramente, ninguno era de la marcha nocturna excepto yo, que siempre he sido noctámbulo y que por aquel entonces, por tal de romper con todo lo anterior, me forzaba en un ambiente que distaba mucho de ser el mío.

Así salimos de garito en garito y él insistía en ir a otro y a otro... hasta que me di cuenta de que algo buscaba pero se negaba a decirme. Por fin, en uno de esos reservados, reservadísimos, al que llamas y el portero te abre una pequeña portezuela por en teoría ser exclusivo exclusivísimo para socios socísimos la encontró. Nunca olvidaré la canción que sonaba. Nunca olvidaré que me puse a bailar como un poseso y nunca olvidaré que cuando paré y miré, todo el mundo me rodeaba y sus palmadas me jadeaban. Como nunca olvidaré que la chica vino a mí y me dijo “quiero ir contigo, no con él”. A lo que yo contesté: “es mi mejor amigo, no vayas con él si no quieres, pero olvídate de mí”. Al rato, Cacho me pidió las llaves de mi apartamento –yo era el único que vivía solo- y prometí no regresar antes de dos horas... ya solo le volví a ver una vez más, y fue... discutiendo dentro de un ascensor.

Quería estar solo pero sus amigas me rodearon. Me sentí trofeo, disputado y fatal. Me contaron que era una “a-Mantis religiosa” como yo ya intuía. Me dijeron que se había encaprichado fuertemente de mí cuando me conoció y se sintió rechazada hacía unos meses en una “fiesta” que degeneró en una excesiva bacanal de sexo, drogas y rock and roll y que no tenía escapatoria posible, “torres más altas han caído”...

Me escapé de allí. Pasee más de diez kilómetros de playa reflexionando sobre la atracción que producía sobre mí aquella chica y al alba regresé a casa. Abrí el buzón y saqué una copia de la llave que siempre guardaba ahí. Habían pasado más de 5 horas. Para mi sorpresa, encontré ropa tirada por la entrada. El apartamento con unos escasos cincuenta metros cuadrados tenía un pasillo de acceso, la cocina a la izquierda primero, el baño después y al final del pasillo, una especie de habitación con dos camas pequeñas y luego la parte de salón con un medio muro separador de pladur. Imposible no verlos. Dormían. Exhaustos, intuí. Desnudos. No supe que hacer en un principio. Sentí un impulso de marcharme pero al fin y al cabo estaba en mi casa y el tiempo pactado había expirado. Estaba muy cansado. No tenía ganas de seguir paseando sin rumbo fijo. Por lo tanto, me desnudé incluso dudando si quitarme o no el slip y me acosté en la otra cama. Imposible dormir. Me di la vuelta. Ella estaba en la parte más cercana a mí. Apenas nos separaba un metro. Podía sentir su respiración. Una mujer así, podría ser mi perdición. Y lo sabía. Y comencé a pensar el motivo por el que me encontraba allí, a más de 3.500 kilómetros de mi vida durante tantos meses ya. De mis amigos. De un trabajo excepcional. De mi chica. De mi familia. De mí mismo. El detonante ocurrió en un ascensor:

Aquella chica era mi amiga desde la infancia. Incluso se hizo uña y carne de mi pareja. Periódicamente desde que nos conocíamos jugaba a tirarme los tejos o más bien, yo pensaba que su instinto de mujer y adolescente necesitaba una reafirmación sobre la atracción que ejercía sobre los hombres y yo al ser tan cercano, tendría que sufrir esa coquetería por los restos. Pero ella no lo necesitaba. Era encantadora, preciosa, el sueño físico e intelectual de cualquier ser humano. Siempre conquistaba a quien se proponía, jugaba con él y cuando se aburría, lo desechaba. Una verdadera a-Mantis religiosa. La regañaba siempre por eso, pero ella aún más se divertía.

Cierto día, su juego del erotismo más sofisticado y feroz logró despertar en mis instintos desconocidos a los cuales racionalmente luché por desterrar... hasta que entramos en un ascensor. Apoyó su espalda contra la pared del mismo y levantando sus dos piernas, me atrapó fuertemente. Un sudor frío recorrió mi frente porque rápidamente me di cuenta de que había sido capturado. Su mirada lo decía todo. Con un brillo especial y una satisfacción depredadora en sus ojos dijo algo así como “ya eres mío” a la vez que pulsaba el botón de stop. Ante la imposibilidad de huida, al menos traté de llevar el control de la situación. La sujeté del culo apretándoselo y la penetré fuertemente sin más preámbulos, balanceándola hacia arriba y hacia abajo compulsiva, salvaje y desesperadamente, ayudándome con mis brazos. Lejos de amedentrarse, tras su primer grito de placer inicial y sin dejar de mirarme a los ojos desafiante, triunfadora y sin perder la sonrisa de satisfacción tomó el mando de la situación y fue cuando lo supe...



María abrió los ojos. Su mirada lo decía todo. Con un brillo especial y una satisfacción depredadora en sus ojos. Yo me di la vuelta intentado evitar lo inevitable. La oí levantar primero, la sentí instantes más tarde. Como un resorte me levanté sintiéndome humillado por la traicionera erección de mi pene que no pude ocultar. Me vestí a toda prisa y salí de allí.

Pero me alcanzó traicioneramente en el ascensor. Desnuda, exuberante, orgullosa. Aquel sudor frió tan familiar recorrió mi frente... Apoyó su espalda contra la pared del mismo y levantando sus dos piernas, me atrapó fuertemente. Su mirada lo decía todo. Con un brillo especial y una satisfacción depredadora en sus ojos dijo algo así como “ya eres mío” a la vez que pulsaba el botón de stop...

Dos días más tarde volaba rumbo a Madrid. Después de tanto tiempo todo y nada seguía igual. Eso sí, cada vez que tomo un ascensor sufro una mezcla de erección espontánea, melancolía y ganas de huir que aún no he superado.





Er Virtu



...
Citar
  #2  
Antiguo 15-02-2008, 04:16
 Avatar de Reblen
Sabio supremo
 
Fecha de Ingreso: Mar 2006
Género:
Mensajes: 1,449
Gracias: 1
Agradecido 38 Veces en 18 Posts
Enviar un mensaje por MSN a Reblen
Predeterminado

A q me suena lo del ascensor ?????? joder el alzheimer :( :(
Citar
Responder

Barra de navegación inferior
Regresar   Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes

Etiquetas
ascensores, uno


Usuarios viendo actualmente este hilo: 1 (0 miembros y 1 visitantes)
 




Somos el foro de información y opiniones sobre acompañantes más antiguo de España. Todas las experiencias y opiniones que aparecen en spalumi.com son realizadas por usuarios reales de acompañantes en España. Puedes ver todas las experiencias de nuestros foreros dentro de cada provincia de España en los siguientes enlaces: acompañantes Madrid, acompañantes Sevilla, acompañantes Coruña, acompañantes Alicante, acompañantes Barcelona, acompañantes Burgos, acompañantes Bilbao, acompañantes Cadiz, acompañantes Córdoba, acompañantes Salamanca, acompañantes San Sebastian, acompañantes Málaga, acompañantes Murcia, acompañantes Orense, acompañantes Pontevedra, acompañantes Santander, acompañantes Valencia, acompañantes Zaragoza

Powered by vBulletin®
Copyright ©2000 - 2024, vBulletin Solutions, Inc.
Search Engine Friendly URLs by vBSEO 3.6.0
Ad Management plugin by RedTygerNavbar with Avatar by Motorradforum