Vanesa y yo - Foro Spalumi

    
Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes  


Regresar   Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes
Registrarse Ayuda Comunidad Temas de Hoy Buscar
Live Girls SPALUMI TIEMPO REAL

Relatos Eróticos ¿Te sientes inspirado? Recreate!

Responder
 
LinkBack Herramientas Buscar en Tema Desplegado
  #1  
Antiguo 07-10-2006, 01:59
Primeras palabras
 
Fecha de Ingreso: Aug 2006
Género:
Mensajes: 26
Gracias: 0
Agradecido 0 Veces en 0 Posts
Predeterminado

Vanesa y yo


Todo lo que os cuento en este relato es absolutamente verídico. Si lo cuento en este apartado y no en el de acompañantes o “escort”, es porque la experiencia ocurrió hace más de un año y por aquel entonces yo no conocía este foro. Ahora ya sólo forma parte de mis gratos recuerdos.

Ante todo tengo que comentaros que el relato, que es largo, contiene la descripción detallada de una noche de lujuria con una lumi de alto estanding y que si es largo es precisamente por la variedad de situaciones que aquella noche llegamos a vivir.

La situación inicial se explica mejor si os confieso que soy un “exhibicionista”, pero no de los de gabardina dispuesto a asustar a la puerta de un colegio, eso lo aborrezco, sino de los que nos gusta más un ascensor de cristal que una cama a la hora de escoger el escenario para retozar, de los que les vuelve loco una minifalda y un gran escote y no digamos nada si se que mi acompañante no lleva ninguna ropa interior. En este caso, el morbo de las situaciones arriesgadas, es para mí una droga que me produce una satisfacción en si misma.

Con esta disposición, entenderéis que de vez en cuando me permita contactar con alguna mujer con la que vivir una de mis aventuras, desinhibida y divertida y así fue como hace más o menos trece meses, sentí de nuevo el gusanillo y me puse a la faena.

Mandé varios “emilios” a otras tantas agencias, explicando lo que buscaba, contestaron pocas y tras algunas puntualizaciones, sólo una me daba garantías de contar con una candidata adecuada, por lo que cerré una cita para el siguiente viernes y adelanté una parte del dinero comprometido que en total eran 1.000 euros. Aún tuve que llamar el día de la cita puesto que el plan incluía una cena y estuvimos negociando la señorita y yo, a través de la agencia, donde efectuar la reserva. Al final el lugar elegido a sugerencia de mi acompañante fue un conocidísimo restaurante situado a las afueras de Madrid.

La cita se había establecido en un apartamento cercano a la calle Concha Espina con el que contaríamos toda la noche y hacia allí me dirigí a la hora pactada. Al llamar al portero automático no contestaba nadie, por lo que tras una nueva llamada a la Madame, supe que el número de apartamento había sido erróneo y que la señorita estaba en otro esperándome. Una nueva llamada al portero automático me lo confirmó.

Yo había pedido a la agencia una señorita alta y guapa, preferiblemente rubia, y que fuera capaz de lucir una ropa muy atrevida sin ser chabacana; además debería prescindir de usar ropa interior. Por otra parte, quedó pactado que cuando llegáramos al restaurante comenzaría un juego en el que ella interpretaría a una vendedora de una inmobiliaria y yo sería un cliente que habría quedado con ella para, mientras cenábamos, discutir la posible compra de un piso.

Así las cosas, cuando se abrió la puerta del apartamento tuve una sensación agridulce. Yo que no había visto antes a la chica (asumiendo un clarísimo riesgo y máxime dado el precio pactado), me encontré delante a una espléndida mujer, guapa de cara, alta y delgada, rubia, con unas facciones muy agradables aunque con unas tetas claramente operadas pero bonitas. A mi no me agrada mucho la cirugía estética en estas glándulas, pero a pesar de todo tengo que admitir que el balance era francamente positivo y la nota era de 9 sobre 10. Sin embargo, me decepcionó que estaba vestida con unos pantalones vaqueros y un top de lo más normales, lo que me hizo dudar de que la cosa fuera a salir bien.

Le expliqué a Vanesa (así se hacía llamar), lo que había pactado con la agencia y que en consecuencia la ropa debería ser muy distinta y respiré en cuanto ella me dijo que había entendido mal y que creía que yo quería ese atuendo al final y no durante toda la noche, pero que no había problema y se cambiaría. Unos minutos después volvió con una corta minifalda, que justo le quedaba por debajo de su soberbio culo, y un top completo pero con escote en V muy interesante, aún le tuve que recordar la otra condición que era la ausencia de ropa interior y en cuanto lo hice, ella con una sonrisa, delante de mi, remangó su minifalda para quitarse las bragas (ya no llevaba sujetador), lo cual empezó a ponerme burro y aproveché para darle una intensa frotada manual en su coñito. Por mi parte le dije que quería que también ella supiera como iba yo, por lo que en su presencia me bajé los pantalones, me quité los calzoncillos y me puse de nuevo los pantalones, invitándola entonces a partir para el restaurante, no sin antes acabar de adelantarte el dinero restante de la gratificación por sus servicios.

Yo aún iba un poco mosca por haber tenido que recordar una a una todas mis condiciones y no habérmelas encontrado cumplidas al llegar, y esta sensación no cambió durante el trayecto (largo) en taxi hasta el restaurante, ya que ella iba muy callada y a mi me costaba introducir temas de conversación, y no digamos pasar a las caricias o a otras cosas con esa frialdad. Yo creo que el taxista debió darse cuenta o sospechar algo por la poca química que destilaban sus pasajeros de la parte de atrás, ¡que distinta sería la vuelta!, pero yo me estaba empezando a desmotivar.

Llegamos al restaurante y el taxi nos dejó en el aparcamiento, nos separaban unos pocos metros de la puerta y desde que Vanesa bajó del coche, no hubo hombre a cien metros a la redonda que no se volviera a observarla con más o menos disimulo. Sus pasos sobre aquellas sandalias de tacón alto y sus maravillosas piernas al aire, junto con la protuberancia de sus pezones, no pasaron desapercibidos a nadie.

Cuando nos tocó el turno, ya que había cola para acceder a las mesas como corresponde a un viernes en ese local, di el nombre con que se había efectuado la reserva, y tras una pequeña persecución a la recepcionista acabamos en una sala donde nos indicaba una mesa vacía que nos tenían reservada. Enseguida Vanesa comentó que no era lo pactado porque ella quería que cenásemos en otra zona del local donde te instalas en una especie de camastro, descalzo, y en una mesita que hay delante te van sirviendo los platos, de un modo que se asemeja bastante a los “triclinium” de los antiguos romanos.

No hubo problema, enseguida nos dijeron que nos cambiaban a donde deseaba Vanesa y en ese momento caí en la cuenta del porqué de la elección, ya que ella sabía perfectamente que echándonos en esa cama y con la ropa tan corta que llevaba, su sexo estaría expuesto a las miradas de los demás, y a pesar de saberlo lo había elegido. Bien es cierto que la luz ambiente de esa sala no es muy potente y que hay un pequeño velo o mosquitera en cada camastro que se puede dejar echado, limitando la visión de quien tengas enfrente, pero a pesar de ello a mi me daba un morbo enorme y la ausencia de calzoncillos permitía que una cierta protuberancia se empezara a insinuar en mi pantalón.

Nos descalzamos y nos recostamos. Vanesa tuvo un cierto cuidado en limitar la visión de los vecinos de enfrente, doblando sus piernas por las rodillas para ponerlas por delante de su coñito, y como si acabáramos de conocernos y nos acabásemos de encontrar en una cita de negocios procedimos a empezar el juego de la venta del piso.

Empezamos a hablar como lo harían una agente de ventas y un posible cliente, ella haciéndome el artículo de lo maravillosa que era la oferta y yo poniéndole todo tipo de pegas como haría quién, al menos, pretende obtener una rebaja antes de comprometerse: que si el piso me parecía pequeño...., que si la zona no me venía del todo bien...., que si era muy caro......

Se acerco el Maître y nos dijo que si queríamos algún aperitivo, yo respondí que no, pero Vanesa pidió un Güisqui que, una vez servido, casi se bebió en dos tragos, momento en que pedimos un menú degustación para los dos y un buen vino para acompañarlo. Mientras nos traían la cena, mis dudas sobre la elección y cómo lo íbamos a pasar cesaron, porque rápidamente la bebida empezó a hacerle efecto, y ella se transformó en una mujer de mirada lujuriosa que dejó claramente de preocuparse si la veían o no la entrepierna y cada vez se me acercaba y me magreaba más con lo que mi verga continuó “in crescendo”.

El debate sobre la compra-venta del piso continuaba, aunque ella iba incorporando a su oferta un tono mas zalamero, más cómplice y empezó a sugerir que “estaba dispuesta a lo que fuera” con tal de venderme aquel piso, confesando que estaba a prueba en la empresa y si no realizaba una venta “difícil” pronto se quedaría sin trabajo. En esto llego la cena, y la camarera, de origen asiático no pudo reprimir una sonrisa cuando al agacharse para dejar la cena en la mesita, pudo apreciar sin duda mi erección y la ausencia de ropa interior de Vanesa.

El vino contribuyó al desmelene y ya con las cortinitas de tul echadas, mientras cenábamos y la “oferta” se iba haciendo más erótica, ella cogió mi mano y sin previo aviso me la llevó a su concha, pidiéndome que le metiera los dedos. Así estuve un rato, pajeándola hasta que la excitación me hizo retirar la mano para bajar mi cremallera y liberar mi polla, a lo que ella respondió con una dulcísima caricia a todo lo largo incluyendo los huevos.

Dada la situación, yo ya no tenía que hacerme el comprador preocupado de su economía y decidí aumentar el morbo, y comentarle a mi acompañante-vendedora que su oferta del piso me resultaba atractiva, pero que pensaba que una inversión como esa debería tener otra recompensa. Ella se acercó, me besó en los labios y me dijo que no me preocupara que lo había entendido y que la dejara hacer, así como que si me parecía bien, había traído las llaves del piso para enseñármelo al terminar la cena.

A estas alturas yo ya no tenía ninguna duda de que ella asumía el papel que yo pacté con la Madame y sus caricias furtivas a mi pene al aire no hacían otra cosa que confirmármelo continuamente. Yo miraba alrededor y no veía que nadie se escandalizara, por lo que dudaba de lo que estarían viendo con aquella tenue luz y el tejido de tul. Sólo teníamos que estar cuidadosos por las veces en que algún camarero o camarera se acercaba a rellenarnos la copa de vino o a traernos algún plato del menú de degustación.

Nunca he sobado tanto un coñito por dentro y por fuera como aquella noche, y nunca he tenido mayor sensación de estar desnudo ante el mundo que en aquel camastro.

Así fue transcurriendo la cena, en la que siguiendo con el guión que había previsto, la conversación fue girando hacia el sexo, nuestras experiencias y hábitos sexuales y nuestras fantasías. Supe entre otras cosas, que siempre lo hacía con condón y que su ano era virgen, lo que me excitaba aún más, de tal modo que después del café que tomamos al final, se podría decir que cada uno sabíamos del otro, todo lo que a gustos en el sexo se refiere.

Llegó el momento de marcharse tras abonar la (impresionante) cuenta que me pasaron, (creo que por habernos excedido en la cantidad de comida y en la calidad del vino), y nos dimos cuenta de que estábamos en una trampa, porque era imposible bajar de aquel camastro y calzarse, ella con su minifalda y yo con mi erección, sin armar un espectáculo; por eso pedí a un camarero que nos llamase un taxi y que nos avisara cuando llegara y hecho esto permanecimos un ratito tranquilos para “enfriar” la situación, de modo que cuando unos minutos después nos dijeron que el taxi estaba en la puerta, yo no tuve problema en salir, aunque Vanesa no pudo evitar, al acercarse al borde deslizando por la superficie del camastro, que se le subiera completamente la falda enseñándolo todo, cosa que no me cabe la menor duda que fue observado por bastantes personas entre los camareros y comensales.

La salida fue más apoteósica que la entrada, porque al porte de Vanesa, se unía que ahora se la veía relajada y confiada de su sensualidad, casi desafiante hacia los demás y disfrutándolo y si tenía alguna duda, esta quedó disipada cuando dentro del taxi y mientras cogíamos la carretera para la vuelta a Madrid, ¡se bajó el top dejando sus tetas completamente al aire!, visibles tan sólo con que el taxista hubiera mirado en ese momento por el retrovisor. Yo me quedé alucinado porque no lo esperaba y rápidamente calibré dada la edad avanzada del taxista, que aquello podía acabar en un accidente, o lo que es peor, en un infarto, por lo que en seguida le hice un gesto para que se volviera a tapar aunque pareciera un contrasentido con respecto a lo pactado. Bien es cierto que en cuanto se volvió a colocar el top eché mano a su entrepierna por debajo del borde de la minifalda, gesto que era un poco más discreto que el anterior porque en parte estaba tapada por el respaldo del asiento del conductor, a lo que Vanesa respondió abriendose de piernas completamente y cogiendo mi mano para que el mete-saca de mis dedos fuera fuerte y mantenido. Estaba literalmente empapada. En ese momento pensé, ¡Dios mío, he creado un monstruo!.

Así continuamos el, ahora, menos largo camino de regreso, y cuando nos acercábamos al destino le pedí al taxista que nos dejara a tres manzanas del apartamento, de modo que el resto del camino a pié, fue un continuo juego exhibicionista en el que yo le levantaba la falda a ella o dejaba caer algo al suelo para que se agachara a recogerlo enseñando todo, cuando pasaba otro chico o chica. Cuando llegamos a la puerta del edificio, en esa calle tranquila nos paramos, yo le subí el top dejando las tetas al aire y su falda desabrochada cayó al suelo, justo al lado de mis pantalones, quedando casi desnudos en la calle y dándonos un homenaje de morreo y sobeteo de un morbo sin igual. Sólo los vecinos que hubieran salido del edificio habrían podido ver, y los que pasaban por la calle Concha Espina intuir, lo que allí pasaba.

Cuando entramos en el ascensor toda la ropa desapareció y el camino, ya en el piso, entre la puerta del ascensor y la del apartamento, no muy largo, duró varios minutos en pelotas y tan juntos que hubiera sido difícil decir donde terminaba una y empezaba otro, ya que mi polla iba instalada entre sus piernas, cerca de su coño, y mis manos estaban prácticamente soldadas a sus tetas. Así nos restregamos entre nosotros y contra las paredes teniendo cuidado de no pulsar ningún timbre de las puertas que coincidían en el mismo rellano.

Entramos en el apartamento e hicimos el paripé de que ella me empezara a enseñar su distribución (seguía la venta), yo la interrumpí y puesto en el papel de cliente le dije que sólo le compraría el piso si me daba plena libertad para disfrutar de su cuerpo sin ningún pudor ni recato, a lo que ella contestó que lo estaba deseando y como demostración de su compromiso, a plena luz, abrió las cortinas del apartamento, quedando expuestos y desnudos a las miradas que desde las viviendas que quedaban al otro lado del jardín nos quisiesen echar.

Le propuse ducharnos y fuimos juntos al baño, entrando a la pequeña bañera por separado y sucesivamente pero compartiendo la presencia de modo que mientras ella se duchaba yo observaba su cuerpo y sus manos deslizándose por todos sus rincones y cuando estuvimos secos volvimos al salón dirigiéndose ella a la ventana para, apoyada en el alfeizar exterior, ofrecerme su coñito desde atrás, mientras sus tetas colgaban hacia fuera de la ventana. Fue poner mi pene encapuchado en la entrada de su vagina y empujar un poco, para que su lubricado coñito se abriera dejándome penetrarla de la manera más dulce, pero también firme y profunda, y así fundidos en uno sólo, disfrutar del morbo del exhibicionismo junto con la penetración.

No puedo asegurar si alguien se asomó tras sus cortinas en la fachada de enfrente. Alguna luz si se encendió pero no aprecié que los moradores de esas habitaciones observaran nuestra faena, pero lo interesante de la situación se basaba en el morbo de poder ser descubiertos, no en la necesidad de que efectivamente nos vieran.

Después del primer rato en la ventana, nuestros cuerpos discurrieron sucesivamente por el tresillo del salón, la cama del único dormitorio, el mismísimo suelo y de nuevo la ventana; ella de frente, ella de espaldas, ella encima, ella abajo, cunnilingus, follada, etc. hasta correrme varias veces, cuando por mi edad, el pasar de la primera corrida es ya todo un éxito. En todas las posturas y situaciones, ella me susurraba que sería mi puta para siempre si compraba el piso y me daba pié a hablarla con palabras fuertes y soeces, cosa que, de modo pactado, me encanta, y siempre expuestos a los ojos de posibles observadores, cada vez con un mete-saca más frenético, y cada vez más sudorosos y compenetrados.

No hubo griego, sólo mis dedos exploraron ese rincón tan recóndito de su anatomía; ese culito siguió virgen después de esta historia, pero os aseguro que aunque el trato era de total disponibilidad, no lo eché de menos debido a la intensidad y duración del encuentro.

Cuando me corrí por última vez, en esta ocasión en sus tetas, después de haberle “regado” antes otras partes de su cuerpo, mi corazón ordenó ¡basta!, y mi pene quedó en una media erección que solo yo se interpretar; era el momento de comenzar la despedida. Nos duchamos y nos vestimos, ella ya con la ropa inicial, no “de guerra” y yo con calzoncillos incluidos, y relajadamente y sin prisas nos marchamos del apartamento.

Yo aun la acompañé hasta la parada de taxis que está en la puerta del hotel Eurobuilding y ella antes de subirse al único que a esas horas estaba en la parada, se volvió hacia mi, me beso como besaría una novia y me apuntó una dirección de página web, al entregármela me dijo que pensaba abrir su propia agencia con unas amigas y que esa sería su dirección de Internet, sólo esperaba a contratar un fotógrafo que pudiera hacerles las fotos necesarias.

Me ofrecí a hacerle de fotógrafo pues no en vano me gusta y conozco los secretos de la fotografía que es una de mis aficiones, y le dejé mi teléfono para ello, prometiéndole no obstante que si no llamaba, yo si estaría atento al momento en que su página web estuviera disponible en la red.

Aun, cuando se dio la vuelta para subir al taxi que la llevaría a su casa, su maravillosa silueta y su preciosa melena me evocaron como en un flash-back todo lo que había pasado aquella noche y pensé que esa diosa, ahora aparentemente modosita, encerraba tanto sexo, morbo y lujuria como la agencia me prometió y además un descaro tan fenomenal que en ese momento le hubiera ofrecido todo lo que poseo, por hacer de ese encuentro un hecho cotidiano en nuestras vidas. Sin duda si la venta no hubiese sido una fantasía, habría comprado el apartamento.

El golpe seco de la puerta del taxi cerrándose me hizo volver a la realidad.

Pasaron los días y después las semanas. Nunca sonó mi teléfono para proponerme una sesión fotográfica de aspirantes a lumi y nunca apareció en Google la dirección de la página que Vanesa me dio. En consecuencia, nunca la he vuelto a ver, pero hoy, escribiendo este relato, me ha parecido, que se encendía una luz en una ventana del edificio de enfrente de mi despacho, a hora ya avanzada, y que una mujer desnuda, cimbreaba su cuerpo hacia dentro y hacia fuera, como si una fuerza sobrenatural y rítmica la empujara; quizá lo haya imaginado pero su cara preciosa dibujaba una sonrisa de evidente satisfacción.

Fin.
Citar
  #2  
Antiguo 07-10-2006, 04:38
 Avatar de Reblen
Sabio supremo
 
Fecha de Ingreso: Mar 2006
Género:
Mensajes: 1,449
Gracias: 1
Agradecido 38 Veces en 18 Posts
Enviar un mensaje por MSN a Reblen
Predeterminado

Muy buen post , enorme en su narrativa , mi mas sincera enhorabuena por tan grata experiencia.
Citar
  #3  
Antiguo 07-10-2006, 11:33
 Avatar de volcon
Licenciado en Lumis
 
Fecha de Ingreso: Mar 2006
Género:
Mensajes: 420
Gracias: 2
Agradecido 2 Veces en 2 Posts
Predeterminado

realmente bueno si señor, enhorabuena
Citar
  #4  
Antiguo 08-10-2006, 00:49
Primeras palabras
 
Fecha de Ingreso: Sep 2006
Mensajes: 27
Gracias: 0
Agradecido 0 Veces en 0 Posts
Enviar un mensaje por MSN a novatoyconganas
Predeterminado

Zi zeño!!!
Me gustó y mexcitó
Bravo
Citar
  #5  
Antiguo 11-10-2006, 00:29
Aprendiz de Lumis de Primaria
 
Fecha de Ingreso: Sep 2006
Mensajes: 140
Gracias: 0
Agradecido 4 Veces en 4 Posts
Predeterminado

Joer, que le den el nobel por favor, que manera de recitar, que manera de explicar...y que morbo de historia!!

Felicidades compañero y gracias por compartirlo con nosotros!!
Citar
  #6  
Antiguo 25-10-2006, 04:22
 Avatar de Dark Vader
Aprendiz de Lumis de Secundaria
 
Fecha de Ingreso: Mar 2006
Ubicación: Madrid
Género:
Mensajes: 222
Gracias: 9
Agradecido 2 Veces en 2 Posts
Enviar un mensaje por Yahoo  a Dark Vader
Predeterminado

Felicitaciones


Hola. :lol:
Me ha gustado y excitado mucho.
Ya estás tardando en dar la dirección de la agencia que te proporcionó a la chica.
Enhorabuena otra vez
Saludos :twisted:
Citar
  #7  
Antiguo 28-10-2006, 01:20
Primeras palabras
 
Fecha de Ingreso: Aug 2006
Género:
Mensajes: 26
Gracias: 0
Agradecido 0 Veces en 0 Posts
Predeterminado

Re: Felicitaciones


Cita:
Iniciado por Dark Vader
........Ya estás tardando en dar la dirección de la agencia que te proporcionó a la chica......
Contesto a tu petición pero hace mucho que la chica no está en su pagina web. La agencia fue Standing models y todo el trato lo hicimos por teléfono. Ten en cuenta que hace ya más de un año de esta historia.
Citar
  #8  
Antiguo 23-11-2006, 12:12
 Avatar de R.M.
Licenciado en Lumis
 
Fecha de Ingreso: Feb 2006
Género:
Mensajes: 444
Gracias: 3
Agradecido 47 Veces en 18 Posts
Predeterminado

Solo cabe quitarse el sombrero ante tal demostración de calidad narrativa y descriptiva. Morbo y excitación a raudales sin caer en la vulgaridad o el tedio.
Felicidades y espero que podamos leer mas cosas tuyas
Citar
Responder

Barra de navegación inferior
Regresar   Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes

Etiquetas
vanesa


Usuarios viendo actualmente este hilo: 1 (0 miembros y 1 visitantes)
 




Somos el foro de información y opiniones sobre acompañantes más antiguo de España. Todas las experiencias y opiniones que aparecen en spalumi.com son realizadas por usuarios reales de acompañantes en España. Puedes ver todas las experiencias de nuestros foreros dentro de cada provincia de España en los siguientes enlaces: acompañantes Madrid, acompañantes Sevilla, acompañantes Coruña, acompañantes Alicante, acompañantes Barcelona, acompañantes Burgos, acompañantes Bilbao, acompañantes Cadiz, acompañantes Córdoba, acompañantes Salamanca, acompañantes San Sebastian, acompañantes Málaga, acompañantes Murcia, acompañantes Orense, acompañantes Pontevedra, acompañantes Santander, acompañantes Valencia, acompañantes Zaragoza

Powered by vBulletin®
Copyright ©2000 - 2024, vBulletin Solutions, Inc.
Search Engine Friendly URLs by vBSEO 3.6.0
Ad Management plugin by RedTygerNavbar with Avatar by Motorradforum