Una vez recuperados mis mensajes, los traslado a este foro. Los iré colgando, aunque ya los conocéis, para seguir manteniendo aquí el hilo. Gracias por la invitación. :)
Yo tengo unos gustos que no van con los de la mayoría de la gente. Me excitan terriblemente las mujeres gordas y maduras. Con preferencia negras o mulatas, pero no es imprescindible. Por eso todas mis experiencias en este mundo son así. Las posteo por si hay más frikis secretos. No pongo esto en la guía de Madrid porque aunque alguna es actual, la mayoría son de hace bastante tiempo. Iré dando referencias.
Como no soy rico, una vez que conseguí ahorrar estuve tratando de informarme, pero no consegui nada, así que hice la ronda por las páginas de El País y El Mundo. Di con un teléfono en el que anunciaban maduritas atractivas y que se veia confirmado con otro que decía 'Esmeralda, pecho descomunal'. El número es el 914073113.
Llamo al de las maduritas y me dicen que Esmeralda (que por cierto creo que ahora se llama Mariana y se anunca en anunciox) tiene 'sólo' 120 de pecho. Pregunto si entre ellas hay alguna gorda y negra y me dicen que sí. Que están en la calle Collados, 6, junto a Alcalá, que es un local y que me sale desde 50 la media hora a 80 la hora. Voy un día y si la zona es cutre, el local también. El caso es que llamo a la puerta y me sale la madame con menos encanto y glamour que imaginarse pueda uno (que se de lo que hablo, que yo conozco en persona a Kournikova y Claudia Schiffer), una mujer mulata y bajita, con sudadera, y con la que te puedes cruzar en la cola de la frutería. Le pregunto en el vestíbulo por si tenían lo que dije, una mujer negra y gorda y me dice que en ese momento no, que la tengo que avisar antes, pero que si voy el sábado o el domingo que me tiene alguna si la aviso. Total que quedo en eso y me voy.
Llamo el sábado para quedar el domingo y me dice que negra no, pero que hay una señora colombiana de piel canela que irá por la manaña. Digo que de acuerdo y voy.
Al día siguiente entro en el local. Si por fuera me había parecido cutre, por dentro me pareció cutre, cutre, cutre, cutre, cutre, cutre. El tipo de garito al que irían Torrente y sus amigos (había hasta una moto oxidada aparcada dentro). Parecía que estaba medio abandonado, aunque limpio. Me hacen pasar a una habitación y me dice la madame (que por cierto era otra) que 'me han buscado la más gordita y más linda que podían encontrar'.
Viena la chica y era una señora como de unos cincuenta años y bastante gorda. Acepto y le pago. Mientras va a buscar los trastos, yo me lavo en el bidet. Cuando llega estoy en la cama, me sonríe y se empieza a desnudar y se lava. Se sienta en el bidet y al hacerlo exhibe un culo gigantesco, descomunal. Se me pone dura en el acto y me acerco a ella para ayudarla a lavarse. Nos sentamos en la cama y yo la notaba algo cohibida, pensando que quizá no fuera profesional. De hecho, tenía el coño muy bien depilado, como si lo hubiera hecho hacía pronto. Empiezo a acariciarla y me dice "¿Te gusto así de viejita?" y le digo "Chica, a mí las chicas jóvenes no me gustan, me gustan las chicas como tú, con cuerpo consistente y experiencia" "¿Cuantos años tienes?" "Cuarenta" "Pues aparentas menos" me dice ella" "Sí, me lo suelen decir ¿Y tu?" "Cuarenta y cinco" "No me mientas, eres muy guapa tengas la edad que tengas" "Bueno, cariño, prefiero no decirlo".
Le comienzo a besar y lamer los pechos y debo decir que si no era profesional era entonces tremendamente cachonda porque se entregó totalmente. Nos repartimos lamidas mutuas, besos con lengua, francés natural durante un buen rato. Tenía las tetas grandes y era gorda, pero lo que tenía descomunal era el culo. Me dice "¿Me viste el culete cuando me lavaba?" "claro, como no. Dejamelo" claro que a todo esto yo llevaba un buen rato trabajando sus nalgas y me dice "Te gusto por el culo" "No, chica, me gustas por todo, pero tu culo es muy rico". No hicimos anal porque ella dijo que no estaba acostumbrada y que la tenía muy gorda pero la follé un buen rato por detrás y acabé a medias entre mamada y sobada. Se tumbo boca arriba y yo entre sus piernas y le llegó el chorro hasta las tetas.
Ya digo que otro ve a esa mujer y sale corriendo y no para hasta Cuenca. Yo lo pasé muy bien y ahora ahorro para volver o para buscar a otra similar. Ya iré contando más, y si algún otro friki secreto se anima a salir del armario y formamos 'comunidad', me alegro.
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Otra experiencia friki de las mías tuvo lugar por estas mismas fechas del año pasado.
En mi periódica revisión de las páginas de El País y El Mundo, doy con un anuncio en el que una tal Carina se presenta como 'gordita, muchísimo pecho, particular'. Decido, una vez más, arriesgarme (aunque la verdad sea dicha, apenas he tenido una sola experiencia decepcionante con gorditas o maduras de grandes pechos, y fue en un sitio de reputación, el Sex Privé de la calle Tres Cruces) y concierto cita con ella. Me dice que atiende por Carabanchel, en la Vía Carpetana a la altura del 100, y que la avise diez minutos antes de llegar. Concertamos para las ocho y media de la noche. Me dice que vaya a la Vía Carpetana 101 y cuando le pregunto que qué piso me dice que no, que la espere allí.
Me sorprendo un tanto, pero me pica la curiosidad, máxime cuando me voy acercando y no veo nada que pudiera 'cuadrar' (un club, un bar...) Al fin llego frente al 101 y no veo más que a dos señoras con bolsas de la compra pero al volver la vista, tras una furgoneta en doble fila, veo un coche y en su puerta una chica bastante alta, de aspecto latino, muy robusta y de busto prominente que me hace señas, junto a otra al volante (el coche, por cierto, era un Opel que parecía recién estrenado).
La chica se presenta: es Carina. Me presenta a la otra: es su hermana Marisa, que también se dedica a este oficio. Me dice que suba, que ahora iremos al piso. Aquello, evidentemente, no era nada habitual, pero un servidor ha vivido ya varias situaciones extrañas a lo largo y ancho del mundo y tras comprobar subrepticiamente que en el maletero del coche no cabía nadie y preguntar a dónde íbamos para comprobar que no nos desviábamos de la ruta, me pica el espíritu de aventura, y me subo con ellas.
Marisa (otra gordita de grandes pechos, pero menos que la otra) me dice que ella se dedica a esto y que Carina es su hermana, que ha venido de vacaciones a España, aprovecha también para trabajar un poco y ayudarse en el turismo, y para recibir le deja su casa, que era donde nos dirigíamos. Mientras vamos nos dice que aunque no fueron por la mañana a la compra queda cerveza y coca cola en la nevera y que el mueble bar sigue lleno, que no armemos demasiado escándalo 'como el otro día' que si no los vecinos protestan, que la ropa de cama limpia la coja de su cuarto. Total, que tomamos el camino que me han dicho y en efecto entramos en una calle en obras, como todas las de Madrid, y entramos en el portal de un edificio nuevo. Cuando bajamos del coche Marisa nos dice que no nos asustemos si oímos la puerta porque ahora va a un recado y luego tiene que ir a poner la lavadora.
Convenientemente tranquilizado, abrimos el portal y entramos en el ascensor y en el piso. Allí, Carina me lo enseña llena de orgullo -en efecto, estaba nuevecito- hasta que llegamos al cuarto de baño. Me hace pasar y se quita la chaqueta de chándal de terciopelo que llevaba para mostrar unos gigantescos pechos dentro de un sujetador evidentemente ajustadísimo, con agujeros para mostrar unos pezones a juego. Me lava en el bidet y pasamos a la habitacíón.
Una vez allí, se desnuda completamente. Pienso que el anuncio estaba mal puesto. Marisa sí es gordita con muchísimo pecho. Carina es muy, muy gorda (mucho más BBW que plumper) con pechos desmesurados. Cuando empiezo a acariciarlos, sobarlos y revolcarme en ellos ella se lanza con igual fruición y me los restriega por todo el cuerpo mientras me va calentando con palabras ("Te gustan las chicas pequeñitas como yo ¿eh? ¿Crees que tu polla se va a ver entre estas tetas? Ponme caliente de verdad que yo necesito mucho" y cosas con el estilo) mientras nos morreábamos y lamíamos. Me realiza una comida de polla y huevos de lo más morboso, mientras yo le acariciaba el clítoris que, en efecto, se le iba humedeciendo, para luego pasar a diversos juegos, que omito por ser variaciones sobre el 'pecado de la carne', antes de la penetración (observo, mientras tanto, que no se ha quitado el anillo de casada).
Como uno es de natural musculoso primero le digo que se me siente encima. Se sorprende un poco pero más aún cuando la levanto a golpes de pelvis mientras ella acredita un buen manejo de caderas. Luego me pongo yo encima y luego ella a cuatro patas. Ante la visión de su enorme culo y su sensualísimo movimiento le pregunto que si también lo usa y me dice que lo tenemos que hablar pero para entonces estoy a punto de acabar. Ella se vuelve y me vuelve a frotar la polla con las tetas hasta que termino.
Luego charlamos un rato. Ella es norteamericana, hispana pero nacida ya en EE.UU. Del Bronx, según me dijo, porque hablando de NY me dio detalles de conocedora. Ha vivido antes en España, ahora ha estado de vacaciones y se vuelve a los USA para pasar las Navidades, pero dice que en enero volverá porque quiere establecerse aquí un tiempo. Dice que mantendrá el mismo teléfono y me animó a llamarla después de Navidades. Mientras tanto, lo tiene Marisa. El caso es que tras las Navidades sé que otras personas la visitaron, pero en su teléfono (652560166) hace meses que no atiende nadie. Snif.
Marisa tampoco parece mala opción si se comparte este gusto por las gordas tetudas. En efecto vino a poner la lavadora, y quizá a ver si caía algo más, porque cuando salí estaba semidesnuda y me despidió muy cariñosamente. Es una gordita de grandes pechos, en torno a 35 años, mulata de color bastante claro y teñida de rubio. Pero por el momento no me dio tiempo a investigarla. Mientras tanto, oigo a Carina quejarse en el salón de algo de la tele. Como la dejé en la habitación en pelotas me brindé a ayudarlas (por echar otro vistazo) y volví a pasar. En el salón estaba tal cual salió al mundo, con sus enormes pechos delantes y su gigantesco culo detrás, con el mando a distancia en la mano porque no se veían los canales. Rápidamente reparo el error: tenían que poner la televisión en el canal en el que estaba sintonizada la parabólica, y una vez allí memorizar los canales.
Total, que salgo a la calle valorando la posibilidad de volver en enero... Pero lo dejé para después y no volví. La chica era maja, si se va buscando tetas grandes se queda muy bien servido y es muy guapa de cara y de buen carácter. Queda claro que es una cosa 'para especialistas'.
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Otra de mis experiencias frikis tuvo lugar allá por el 2004. Es otra de esas chicas que me hubiera gustado visitar de nuevo, pero desapareció.
Sucedió un día de primavera, de esos incómodos en los que hace sol y un viento racheado y frío en los que a veces sudas y a veces tiritas. Yo estaba harto de trabajar, de tal forma que al volver a la oficina me decidí: cogí la lista de números de El País que había seleccionado y llamé a uno. Era una chica que se anunciaba como 'Negra madura. Masajes'. Llamé y nos citamos para una hora más tarde. Sin mas, me levanté y me fui. Nadie me dijo nada ni yo avisé porque tampoco es cosa de marcharte y decir "que me voy antes a echar un polvo a ver si me relajo".
Recibía en la calle Jorge Juan. Fue el día en que me enteré de que la calle Jorge Juan de Madrid no termina junto al Palacio de los Deportes, sino que sigue al otro lado de Doctor Esquerdo. Claro, que de eso me enteré tras dar varias vueltas buscando el cincuenta y tantos y de preguntar en un kiosco lo que, con el ambiente climatológico que digo, no me animó precisamente.
Al fin lo encuentro a tiempo, llamo a la puerta y subo. La chica en cuestión me abre y me recibe con dos besos. Luego nos separamos un rato porque yo no paraba de estornudar. Parece estar sola y pasamos a una habitación junto a la puerta. Era negra, claro, y madura. A ojo la calculé encima de los cuarenta, llevaba una bata de seda, un peinado alto, sujetador y tanga. No era gorda. Más bien 'jamona' aunque tenía algo de barriga y los pechos, pues se quitó el sujetador al entrar en la habitación cuando estaba de espaldas, eran firmes y con unos pezones largos y finos, la boca grande y las manos también. Charlamos. Del tiempo y del tráfico y luego me pregunta qué podemos hacer. Yo le digo que qué hace ella y me dice que absolutamente de todo (de hecho, por el cuarto veo algunos artilugios de sado). Yo le digo que me gusta lo raro y morboso pero que no me gusta el dolor. Acordamos sesenta euros por una hora y ella sale a recoger los trastos y yo me desnudo.
Empezamos por un masaje con cremas, largo y morboso, en el que me acaricia y lubrica bastante el culo. Yo la dejo hacer y al hacerme ponerme de frente empieza por el pecho y al llegar a la polla se la mete en la boca y me la empieza a chupar muy morbosamente hasta el punto en que me cuesta mucho trabajo contenerme. Ella me miraba, se la metía y se la sacaba, la lamía con toda la lengua por fuera y la echaba saliva. Me muestra un consolador y como no digo nada me empieza a acariciar el culo con él mientras me sigue chupando y, tras un rato, lo descarta y me mete el dedo, con preservativo, manejándolo de arriba abajo. Joder, yo tenía la polla como de cemento y ella seguía y seguía hasta que en un momento empieza a jadear y yo diría que hasta a rugir. Me saca el dedo y se pone en posición de 69, con su coño grande y depilado y su culazo a un centímetro de mi cara. Quería que me corriera pero ahí pinchó, que si yo pago una hora mucho tiene que pasar para que me corra antes de cincuenta minutos. Entre su desaforado ataque y mi control mental pasaron como veinte minutos en los que, la verdad sea dicha, lo pasé muy bien.
Decide tomar aliento. Baja de nuevo hasta la polla y la chupa más suavemente. Luego la acaricia y -hasta entonces no había dicho nada- y me dice "tremendo pedazo de polla, mi amor". Y le digo "sí, eso me dicen. Pero más tremenda eres tú, chica". "Pero no te corres". "Es que me gusta esperar". "A ver con esto". Me coloca el condón y se me sube encima y se la mete. Igual tenía cincuenta años, pero qué madera de mover las caderas y qué guarrerías decía. Juro que me estaba dando casi una taquicardia de controlarme para no soltar un chorro y ella cada vez más, que si quería leche, que si qué buena polla, que si qué cachonda ponía a la negra... Me he saltado que también me la había chupado conmigo de pie y ella de rodillas y que yo también me despachaba a gusto hablando.
Total, que en un momento, con ella parada para tomar aliento, llaman a la puerta del cuarto. Me sorprendí un poco y me puse un tanto en guardia pero ella me dice "espera un segundo, mi amor", y sale. Vuelve al cabo de un minuto y no me dice otra cosa que con ella hay una chica, en realidad un transexual, que nos ha oído y que quiere mirar, si no me importa. Yo me quedo un tanto sorprendido pero el caso es que pienso que tanto serán dos contra uno fuera del cuarto que dentro si voy a tener problemas, y alli al menos tendría control visual. Le digo "bueno, por mí sí, pero no puedo contratarle" y me dice "no te preocupes. Es que esto le gusta" y añade "le llega la polla por la rodilla".
El trans entra y saluda. No era el mejor ni el peor que he visto, pero sí la tenía grande. Ella se la toca un poco y vuelve conmigo. El se sienta en una silla y empieza a tocarse.
Le digo que se ponga a cuatro patas y me dedico a mordisquearla y lamerla el culo. Le acerco la verga al ano y la acaricio por fuera, claro y me dice "mi amor, prefiero que hoy no hagamos griego. Cuando una polla me llena la boca no me entra bien en el culo. Otro día nos preparamos mejor". Bueno, que seguimos chupando y lamiendo hasta que ella se tumbay yo se la meto. Me agarra las nalgas con sus manazas y empieza a mover las caderas como una batidora. Al rato la saco y me quito el condón. No me dio tiempo ni a preguntar y el chorro le cayó sobre la barriga y el ombligo. Me dice "mira, mi amor". Y veo que el trans también se corre. Luego, saluda y se va.
Después, me ducho y nos vamos, porque la chica -María me dijo- había acabado su jornada y le quedaba una tirada hasta Pinto. Me decía que había echado barriga al dejar de fumar pero que sus clientes más fijos le habían dicho que dejarían de ir si también se la quitaba. Yo, entre que no tengo ni mucho dinero ni mucho tiempo, dejé pasar demasiado tiempo y ahora le he perdido la pista.
Hace algunos veranos visité la pensión 'El Paraíso'. Es un sitio sumamente evocador. Al poco, cayó en mis manos el comic en el que el gran Francisco Ibáñez relataba la vida privada de Mortadelo y Filemón. Su residencia, la pensión 'El Calvario', me recordó inmediatamente a dicho lugar.
Y poco después fui al cine a ver 'El Día de la Bestia'. Cuando vi el local que regentaba la madre de Segura pensé "esto me suena a mí de algo".
Salvo en un detalle. La pensión 'El Paraíso' no estaba tan mal iluminada como la de la madre de Segura. El barrio sí era el mismo, o muy próximo, pero cuando yo fui no era Nochebuena, sino pleno verano.
La primera vez que fui fue un día de agosto de no recuerdo ya qué año. Había Mundial de Atletismo y ese día yo no trabajaba, pero tras un rato de estar en tirado en el sofá viendo pruebas, no recuerdo si fue por quitarme el disgustillo de que Reyes Estévez hubiera quedado fuera de las medallas otra vez o porque las lanzadoras de peso me motivaron un tanto, decidí hacer una llamada a un anuncio de prensa que ofrecía a una madura rellenita y económica.
Se pagaba aún en pesetas, eso sí lo recuerdo, y me dijo que por cinco mil podríamos estar una hora. Siempre fui un poco tímido y me dio corte preguntar qué hacía, pero pensé que allí ya veríamos.
Hacía un calor espantoso. Yo siempre he sudado mucho y, tras pasar por la calle en mi barrio, luego por el metro y luego caminar desde el de Bilbao hasta el portal llamé al portero, me quedaba poco resuello. Pregunté por Susana y me dijeron que en el cuarto. Joder. Y encima no había ascensor. Pues hala, a pie.
Escorpio ya ha hablado de las escaleras. Yo no me fijé mucho en escupitajos y demás, pero sí en los desconchones de las paredes y en que, salvo un par de puertas, todas las casas parecían abandonadas. Me he visto en algunos fregados y en estos casos suelo llevar en el bolsillo un llavero bastante contundente pero ese día no lo llevaba. Pero pensando en esas cosas me di cuenta de que ya estaba en el cuarto, y llamé.
La buena mujer que me abrió la puerta no era Susana, afortunadamente, porque en ese caso sí que hubiera dicho que no. A la señora en cuestión la raleaba el pelo, me llegaba a mi por el pecho y vestía una especie de cosa a medio camino entre una bata de hospital y un traje de señora de la limpieza. Cuando le dije que buscaba a Susana me hizo pasar. La verdad no sé yo qué hubiera hecho si tras hacerme entrar al cuarto me hubiera dicho que era ella. En este caso el cuarto piso parecía muy alto...
Conozco esos pisos porque una vez trabajé en uno. El pasillo era muy largo y lleno de puertas. Tras un rato llegamos a una sala amplia a la que se abrían varias puertas y en la que me encuentro a cuatro o cinco señoras, de la edad y corte de la anfitriona, cosiendo cortinas y pantalones a mano y a máquina. Lo juro con la mano en el corazón y porque se me queme la cena ahora mismo. Mi sorpresa fue tal que no acerté a decir nada. La guía me señala una habitación y dice en voz alta "Susi, un señor pregunta por tí".
En fin. Susi entra en la habitación y no era ninguna de esas. Era una mujer de en torno a 45 y gordita y con el pelo rizado. Le digo que me parece bien -no fuera a ser que pasara alguna de las otras, que uno tiene sus gustos pero todo tiene un límite- Llevaba un pantalón corto y una sudadera. Cuando le doy la pasta me dice que me acomode, que va buscar un ventilador y vuelve.
Yo estudio la habitación. En la puerta, por dentro, había un cartelito que ponía que no se podía estar en ella desde las diez de la mañana a las nueve de la noche. Tomo nota mentalmente por si acaso algún día tenía que buscar residencia, saber las condiciones. Había una ducha que no me ofrecía ninguna confianza, lavabo, una televisión en una repisa de la pared. Me quito la camisa y los pantalones. Meto la tarjeta de crédito fuera de la cartera, en un bolsillo oculto, por si acaso, y los dejo en una silla entre la cama y la puerta por si acaso también.
La puerta se abre y Susi vuelve. Traía el ventilador. Tenía unas tetas grandes, golosas, caídas, claro, dado que era una mujer gorda, piel tersa y blanca y nalgas prominentes. El pubis estaba afeitado aunque se había dejado algo de vello en los bordes, aunque de eso me di cuenta cuando abrió las piernas. El detalle es que entró en la habitación ya completamente desnuda. Es decir, que había pasado en pelotas entre las costureras. No se puede negar que al menos eran liberales, o quizá lo disculpasen por el calor.
No negaré que la polla me empezó a crecer. Se pegó a mí tras agacharse moviendo el culo a enchufar el ventilador, me bajó los calzoncillos. Me la meneó un poco y me llevó al lavabo a lavarme. Mientras, la agitaba y me la puso dura de verdad. Llegamos a la cama "¿Qué quieres hacer, mi amor?" "Que tú me hagas para dejarme llevar y relajarme" "¿Te gusto?" "¿No lo ves?" "Tú también" Me acercó los labios, la morree un poco y bajé hasta las tetas, chupándolas hasta que se le pusieron los pezones de punta. Se echó a reir diciendo que la hacía cosquillas, se bajó hasta la polla y empezó a chupar. Chupaba bien, muy morbosa mientras yo la acariciaba todo el cuerpo y las tetas. Empezó suave y luego siguió rapido, cambiando de ritmo y ensalivando mucho. A veces se tumbaba más para sacársela y lamerla con la lengua por fuera mientras me miraba. Debía pretender que me corriera pronto, pero uno aguanta.
En contra de lo que por un momento pensé, olía bien. Estaba recién duchada y lo comprobé cuando metí la cara entre sus piernas para lamerla, la metí también entre sus gordas nalgas mientras ella, ahora encima de mí, seguía chupando. Al cabo de un tiempo nos cambiamos de posicion y nos mirasmos "¿Has bebido mucho hoy?" me dice "No chica, es que aguanto, tardo mucho". "A ver si puedes con esto". Se tumba de espaldas haciendo que me pegue a ella y se coloca la polla entre las nalgas. Luego, las empieza a agitar. En realidad, se trataba de darme masaje pero, poco a poco, yo me iba calentando más y más, y aunque al principio trataba de tener cuidado, luego me dejé llevar. Ella iba hablando "ay cariño, qué viril eres, así me gustan a mí, me mojas toda, me pones cachonda, ay mi amor, qué polla..." ¿Se estaría corriendo? Yo notaba humedad y tras un rato de frotamientos y sudor, pese al ventilador, paramos un poco. Me echa mano a la polla y al empezármela a recorrer me doy cuenta de que al menos la mitad se la había metido en el coño. Ella me dice "¡Ay mi amor, lo estamos haciendo sin condón!" y yo "¡Vaya! No me di cuenta... Es que" "Sí cariño. Es que tengo un coño muy grande y le gustan las pollas como la tuya". Ya estaba hecho, así que no pude evitar empujar un poco más. Luego, me subí encima y la follé otro poco.
Luego, tras tomar aliento, vuelvo a su culo y la voy colocando para que se ponga a cuatro patas. La acaricio de nuevo las nalgas y el ano con la polla y le pregunto "¿Haces griego?" Y me dice "Sí cariño, puedes hacerlo, pero ahora que no se nos olvide". Total, que me coloca el condón y me da un tubo de vaselina. Se la aplico -bastante- y me la aplico yo. Pero aún así no entraba bien. Total, que ella dice "Espera". Se pone de lado, me pone a mí una almohada debajo (para compensar la altura de su culo) y me la vuelve a meter entre las nalgas, moviendo el culo otra vez como una loca, pero esta vez dirigiéndola al ano con la mano. Uf, el ano sí que lo tenía grande. Tras un rato en esa posición conseguimos levantarnos sin sacarla y me la seguí follando a cuatro patas. Luego caímos otra vez de lado y yo seguí hasta que, exhausto, saqué la polla ¡y el condón no estaba! Debía de haber dado demasiada vaselina y se le había quedado en el culo. No sabía como decírselo pero ella se dio cuenta. Se puso otra vez a cuatro patas abriéndose las nalgas y pude recuperarlo. No pareció haberle molestado porque volvió a chuparme en el acto. Ya no pude más y le solté un chorro que le cayó sobre la mejilla, el pelo y la espalda. Cuando el semen acabó de salir me dijo "hacía tiempo que no me lo hacían así. Me gusta ver soltar la leche porque así sueltas también la mala".
Había un detalle. A esa hora pasaban un programa del corazón, no recuerdo cual. Ella había puesto la tele para que no oyeran el ruido en la sala y cuando yo la estaba follando de lado ella estaba vuelta hacia la tele ¿Estaría viendo el programa? Bueno, la verdad es que si lo hacía sabía hacer dos cosas a la vez.
Tras un rápido aseo, me empecé a vestir. Me dijo que me iba a presentar a sus amigas. Le dije que tenía prisa y no me quedaba dinero pero me dijo que era sólo un momento. Me presentó a quien luego supe que era la gordaza Arancha, que entró en vaquero y sujetador, y a Betty una negra joven, gorda y tetuda, que entró en tanga. Si la hubiera visto antes, Susi se hubiera quedado sin cliente ese día, pero en fin. El caso es que luego volví un par de veces, pero quien me quedé sin probar fue a Betty. Igual por eso sigo persiguiendo a una mujer como ella.
Salí. Las costureras seguían con lo suyo, con lo que también habían asistido al desfile de Betty y Arancha. Mientras íbamos hacia la puerta se abrió una de las habitaciones y salió un tipo en calzoncillos que fue hacia la sala. Yo ya estaba camino de la puerta. Al llegar, Susi me cogio la mano y se la puso sobre una teta y me dijo "vuelve, te espero".
Fuera, había caído la tarde y me sentía cansado. La verdad es que Susi te hacía sudar de lo lindo...
La primera con la que alcancé un alto grado de compenetración fue con Morane. A esta la conocí en dos épocas diferentes. La primera fue en la primavera de 2003 y la segunda en el invierno de 2004-2005. En la primera, Morane respondía a la descripción del anuncio: brasileña madura, 150 pecho. Era una chica negra (en realidad una señora, los 40 ya no los cumplía), africana del todo, corpulenta y en efecto de 150 pecho, pero no gorda (quizá rellenita). En la segunda ya era una mujer gorda, con pechos aún más grandes, culazo y michelines. Seguía siendo tremendamente caliente.
Nos entendimos muy bien, aunque no con palabras. La primera vez, porque acababa de llegar de Brasil, la segunda porque según me explicó se había quedado en Madrid un par de meses y luego se fue a vivir y trabajar a La Coruña. Allì, con su portugués le valía para entenderse en gallego.
Recibía en la Ronda de Segovia. Me abrió la puerta una chica cubana, pequeñita, que al decirla que preguntaba por la brasileña madura me hizo pasar a la habitación. Una habitación amplia, de cama grande, amplio armario empotrado y sobre una camilla una enorme colección de falos, consoladores y vibradores de todas las formas de tamaño, aparte de otros accesorios para la práctica del sado.
Morane entraba en el cuarto precedida por sus enormes tetazas, envuelta en una bata transparente y con un corpiño que resaltaba sus tetas. Era alta, de piel negra y brillante, boca y nariz ancha y, en general, grandota. Me recordaba de la otra vez (o al menos eso dijo) y le dije que buscaba algo morboso, pero no sado. Me dijo que si quería aparatos y le dije que podríamos probar a ver cómo. Le di sesenta euros por cuarenta y cinco minutos y pasamos a ducharnos. Me lavó apretándose mucho, me sobó y apenas seco me empezó a masajear la polla hasta que acabó metiéndosela en la boca y recorriéndose la cara con ella. Me habría corrido ya en ese momento pero aguanté.
En el cuarto ya se puso en pelotas. Se puso de rodillas en la cama, me dio un frasco de aceite y me dijo que la untara. Me lo pasé como un enano masajeándola y hundiendo mis manos en sus carnes suaves y calientes mientras ella, con voz ronca, me iba calentando con una conversación muy caliente que pese al híbrido portugués-gallego-castellano entendía perfectamente. Me puso el culo en pompa para que se lo masajease pero me dijo que no la pusiera aceite en el ano porque no hacía griego. Al llegar a su coño me tendí boca arriba y empecé a lamerle un clítoris muy marcado mientras ella comenzó a rugir hasta que se corrió.
Tras la corrida le toca a ella masajearme y lo hace sobre todo con el cuerpo y las tetas, alternándose con la boca para la polla, me hunde la cara entre las tetas, me tumba y se me sube encima sin parar de hablar. Me pregunta si quiero los aparatos y le dijo que bueno, coge una gran polla de plástico y me dice que se la meta. Se la meto un buen rato mientras la chupo y la lamo las tetas y el coño y cuando se la saco, coge unas tiras de arnés, se la pone y me dice que la chupe. Lo hago mientras ella trata de hacerme una paja pero no me corro, que uno tiene su aguante. Al final -cuando ya creo que se acerca el tiempo- me dice que la negra quiere leche, me tumba y me empieza otra paja que alterna con chupetones en la verga y los huevos hasta que me abandono y suelto un chorreón, porque como ya la conocía me había reservado unos días.
Al final charlamos un poco, nos duchamos, me da unos caramelos (me quedan aun algunos) y me dice "vuelve cuando quieras más carne". En fin. Habrá vuelto a La Coruña...
Esta no sé si es friki, pero es curiosa. Yo me llevo bien con mi pareja, también sexualmente. Visitar este mundo no es por necesidad como antes, sino por placer. Total, que el domingo paseaba yo feliz y ufano con mi pareja, tomados por los hombros al sol primaveral. Cuando de pronto, entre la multitud, mi visión periférica nota 'algo' conocido. Exploro a la gente volviendo ligeramente la cabeza... y efectivamente, a tres metros por delante y medio a mi izquierda venía la negra María en nuestra dirección. Desvío ligeramente la vista más hacia ella y cuando pasa por mi lado, ella también la desvía hacia mí. O sea, que le resulto conocido pese a que hace seis meses que no nos vemos. Claro que ya van cuatro o cinco visitas. Curiosa, porque en Madrid hay cinco millones de habitantes. No es que me moleste, ni mucho menos, que la debo ratos agradables, pero es curioso.
Ahora, a ver. Yo pensaba visitarla precisamente la semana que viene, pero ahora me da un cierto corte...
Este mensaje es para todos aquellos que me puedan ayudar pero en especial a bigmamalover.
Yo también soy de gordas, maduras y cachondas (blancas y negras). Necesito si me puedes ayudar con alguna negra, gorda y madura (si es una cachonda ya es la leche).
Hace muchos años estuve con una que era tremenda en Canillas 11, y con otra que había en Gran Vía, en un ático, casi en Pza. España, pero a las dos las perdí la pista.
Respecto a gordas, maduras y blancas, estuve con Arancha la gordaza, pero no la recomiendo (dinero tirado y regalado).
Como experiencia friki con viejas pagando, tengo a una vieja (más de 60 años) que recibía en la Pza de los Cubos. Lo mejor es que además de los 60 euros (y de esto ya hace 4-5 años), lo tenías que hacer tú prácticamente todo, con lo cual tampoco lo puedo recomendar.
La última experiencia con viejas ha sido con una amiga de mi tía (68 años), pero como si fuera una de 30. Impresionante, ¡qué forma de follar!, qué lujo. Si lo piensas en frío te puede dar un poco de reparo, pero cuando se queda en pelotas y te empieza a comer la polla, se te olvidan todos los pensamientos fríos y a empujar.
Lo dicho, espero vuestra ayuda sobre todo con gordas, maduras y negras.
Llevo yo tiempo inmemorial buscando a una negra como la que tú dices. He encontrado sucedáneos pero no eso. Aquí los camaradas me recomendaron a una ("Mulata, culo descomunal") que parece que está bien (los datos están en otro hilo) pero no la pude visitar porque dos días antes había quedado con otra (Adela, de anunciox) y se me acabó el presupuesto (a ver si ahora puedo). Esa no está mal, aunque lo curioso es que si por las fotos parece que tiene 50 años, en realidad no tiene más de 35, en persona está mucho 'mejor', y no es gorda sino rellenita. Luego, está María de GO, que es negra, madura y cachonda pero no gorda. Luego, está Amparo de Canillas (entra en la categoría de 'orco') que es entregada, gorda y madura pero no negra. Está Morales, la brasileña, pero está en Valladolid, no viene a Madrid casi nunca y ahora encima ha iniciado una gira por Galicia...
Pero yo sigo en la lucha y algún día venceré. Y por cierto, que tengo ya controlados a seis o siete camaradas que estamos buscando lo mismo... y no damos con nada ¿Es esto posible? :shock:
Charlando hoy con viejos amigos he recordado una experiencia que tenía totalmente olvidada. En realidad es una no-experiencia, pero en aquel momento me desconojé terriblemente.
A finales de los 80 un colega se iba a la mili y como es de rigor, nos fuimos de copas en la despedida. Tras varias horas de bares y ya bastante borrachos uno de nosotros insiste en cumplir la tradición de visitar un bar 'de señoritas'. Tras dos bares más, y ya más que cocidos, accedemos. El colega en cuestión, Antoñito, cada dos por tres decía que no es que él fuera pero que la tradición, que había un garito en el barrio que lo veía al pasar por enfrente, que así lo veíamos por dentro, que le habían dicho que no estaba mal...
Total, que llegamos a la puerta. Abrimos, nos sale a recibir un corpulento portero que al ver a Antoñito le suelta un amable "¡¡Buenas noches, don Antonio!!"
No pasamos de la puerta, porque el ataque de risa nos duró varias horas.
Enhorabuena por tus experiencias, y gracias por compartirlas.
Lamentablemente quienes compartimos tus gustos lo tenemos muy difícil, muchas veces tenemos que pasar por situaciones bastante extraña buscando algo especial.
Yo quiero algo así. Desde que deje de viajar al golfo de Guinea no he vuelto a ver negras maduras y gordas. Me encantan, son mi perdición y llevo ya sin catarlas desde el año 94. Me encanta perderme entra carne negra y labios rojos. Los culos tipo burbuja son mi perdición, me derrito de pensar meter la cara entre esas dos nalgas, pero, nada de nada, hasta ahora.
Seguiremos intentandolo ¿Conoceis algo por Cartagena, Clara del Rey o Corazón de Maria
Pues en el metro todas las que quieras... :lol: pero sólo en el metro, que yo sepa. :cry:
Esta tarde he visto a dos...
Por cierto ¿Y en la zona que dices se pueden conseguir? Me figuro que se llevarán una sorpresa si las eliges porque un amigo que estuvo me dijo que le acosaban unas 'tías buenísimas', o sea, que me figuro que no serán como 'las nuestras'. Yo en la situación más parecida que he estado a eso fue en Brasil una vez hace muchos años. Un compañero de trabajo de allí me dijo que si quería una garota el me presentaba y con varias copas encima le dije que sí, que negra, madura y gorda. Y el tío cumplió: una limpiadora de la empresa y la verdad es que lo pasé bien.
Tu amigo dice y dice bien, se te acercan unas tias buenisimas, problema me gustan las grandes gordas y maduras. No creas que se extrañan mucho, lo que si puedo decirte es que son mas implicadas, disfrutan mas y por consiguiente te hacen disfrutar mas a ti.
Las tias buenas van y saben que están buenas, ninguna va para pasar el rato y son muchisimo mas interesadas. Doy fe
Pues entre las unas y las otras yo me decidía por las primeras y si es pagando aunque sea la voluntad prefiero lo que me gusta.
Una vez me vi envuelto en una movida con dos y disfrute perdiendome entra los pliegues de su piel. Pero esto lo contaré otro día que este mas inspirado. Fueron 6 años alli y vivi de todo :lol:
Durante mucho tiempo hubo una chiquita en SB27, guineana, bastante gordita. No sé por qué, me llamó la atención (no es que sean mi tipo, precisamente), pero el caso es que me hice habitual de ella. Es probablemente la chica con la que mejor me lo he pasado en este mundillo. Un cielo de mujer, y una máquina.
Lamentablemente (para mí, espero que afortunadamente para ella) lo dejó, pero ahora que leo esto de las guineanas, entiendo que hay ahí una vía por explorar...
Total, que hace dos semanas voy a hacer una visita a una vieja amiga. Esta me recibe cariñosamente y nos ponemos al asunto. Pero el caso es que tenía la radio puesta. Mi actual compañera y yo pertenecemos a ese negocio, a la radio. Y el caso es que mientras yo estoy ocupado sacando a veces la cabeza entre ese gigantesco par de nalgas... ¿Quien empieza a hablar por la radio? Sí, esa misma.
Claro: yo elegí para la cita ese día y hora porque sabía que tenía programa pero... También es casualidad que fuera oyente suya ¿no?
Estimado bigmamalover:
He quedado boquiabierto leyendo tus experiencias. Desde el principo hasta el final, no tienen desdperdicio... ¡Que manera de escribir!
Te envidio sanamente,y si no te importa, intentare imitarte.
Enhorabuena
Esto no es una experiencia sino una no-experiencia.
Estoy duchándome por la mañana y... ziuuu. Agua helada. Se acabó el butano. Y no tengo bombona de repuesto macagüen...
Cargo las bombonas en el coche y empiezo a buscar dónde puede haber. porque en mi casa esperar al camión del butano es esperar la Segunda Venida.
Tras varias preguntas en gasolineras donde o no hay o se ha acabado me dicen que por la Avenida de Andalucía girando hacia la derecha hacia Villaverde y la Carretera Real de Pinto está la distribuidora. Tiro p'allá.
Total, que llego. Me veo un sitio desvencijado, semiabandonado. Más parece un escenario del crimen que otra cosa... salvo porque está lleno de mujeres semidesnudas. (20º hoy en Madrid)
¡¡Toma, claro!! ¡¡Es el polígono de Villaverde!! ¡Joder, que no lo sabía! Negras con las tetas al aire, tías enseñando el culo. La peña de los sitios que quedan abiertos me figuro yo que con el cachondeo padre. Una negrita meando en un seto. Dos desnudándose para ponerse lencería. Unas tetas gigantescas asomando entre dos camiones...
Y entre toda la peña, un pavo en un coche pequeño rojo circulando a baja velocidad y mirando a todas partes. No, oigan, que no las miro a ustedes, que estoy buscando al butano de los cojones. Que seguramente cualquier otro día sí las miraría pero hoy busco donde me den otras bombonas, carallo.
Coño, que todos los días buscando tías buenas y se me van a echar encima el día que busco otra cosa... En fin. Lo primero que pensé es que igual me para la Madera como un día en CDC pero bueno, hoy al menos llevo la coartada de las dos bombonas en el coche. No sé si habrá muchos con ellas... Igual se descojonan tanto que se lo creen y no me multan.
Pero pensé en una cosa ¿Quejas vecinales? ¿Qué vecinos? ¡¡¡Si allí no vive nadie!!!
jejeje solo decir q me encantan tus relatos y me siento muy identificado contigo eres una fuente inagotable de sabiduria.....................ole y ole mi amigo q vivan las gordas, tetonas, culonas, maduras y grandonas q buenas estan
Buenas, quizá la experiencia más friki fue en el famoso para algunos edificio de Delicias 127, bautizado como 13 rúe del percebe putero. La verdad es que todo en él era una marcianada, desde el portero leyendo el periódico en una mesita atada con una cadena hasta las escaleras destartaladas, con un trasiego continuo de gente (casi siempre pachanguitos) subiendo y bajando como en un ministerio absentista. La clave era vencer el mal rollo, porque algunos pisos encerraban agradables sorpresas. Yo me hice muy habitual de una tal Andrea, creo que estaba en el 3º 3, o así. Una sudaquita gordita con tremendo culo que siempre me pedía los 25 euros por adelantado. La chavala era muy despierta, y una vez intentó liarme para que le diera de alta en la seguridad social como autónoma, o algo así. Ni que yo fuera el ministro de trabajo. Pero lo que me volvía loco eran las mamadas que hacía, sin condón, profundas, salivando bien la polla y calientes. Y hasta el final, claro, podía correrme dentro de su boca tranquilamente. Además, la besaba los pies, sabrosos y aromáticos. Me empalmo con solo recordarlo. Y es que la chica, tras tener a su hijo, se retiró del negocio. Volví alguna vez pero, aunque se mostró muy amistosa, se negó a echar un polvete, aunque fuese por los viejos tiempos. Ahora que lo pienso, de las veintitantas veces que entré con ella, nunca me la follé, solo me la comió, ja, ja. Ay, Andrea, vuelve, diosa felatriz.
Saludos y si alguien sabe de esta mujer, que me lo diga.
Tengo una experiencia friki en ciernes –aunque quizá no tenga la frescura de las otras porque esta será preparada- pero la ha precedido una pre-experiencia friki. El caso es que hace unos días me llama una de mis amigas para decirme que conoce a una chica que cree que me gustaría: una chica mulata, muy gorda y mayor de treinta años. Pero que como no es profesional, que quiere un encuentro previo para ver si accede. Digo que sí y nos citamos en un Vips, que lugar más público imposible. Llego yo un rato antes, elegantemente vestido, y al rato llegan ellas. Mi amiga, madura, relativamente esbelta y vestida con pantalones y chaqueta blanca. Como ella también es negra, destacaba bastante. Venía con una chica enorme, verdaderamente enorme, vestida con un vestido largo de estilo africano.
Nos sentamos en la mesa, la gorda a un lado para que estuviera a un lado, y mi amiga y yo al otro. Estuvimos un rato charlando. El ambiente se distendió y nos reímos un rato. Yo me la comía con los ojos, sobre todo porque cuando se inclinaba un poco hacia delante las tetas se la subían a la mesa y, además, mi amiga me metía mano disimuladamente para calentarme. Desde las otras mesas vi que gente nos miraba de reojo: un tipo elegantemente vestido, con dos chicas negras tan llamativas, hablando a ratos en voz alta y a ratos en susurros.
Salimos, nos dimos unos besos y un disimulado magreo. Mi amiga me confirmó telefónicamente después que la chica había accedido de forma que veríamos el día propicio para quedar, pero como ya estaba yo muy lanzado, quedamos ella y yo esa misma tarde y pasamos un rato apoteósico en el que nos vaciamos totalmente. Me prometió una experiencia realmente extravagante (=friki) los tres juntos. Si la cosa se confirma y sale bien daré referencias de la pseudo a mis colegas más o menos secretos.
Y la verdad es que después de tantos años sin nada de este tipo, ahora se me viene todo encima. La conocida Amparo, a la que visité en agosto, me dijo que le había hablado de mí a una amiga aún más gorda que ella, que trabaja de mami en un club de La Mancha, y que me proponía que hiciéramos otro trío. También lo haré, claro, pero no sé si será demasiada carne las dos juntas (es broma, claro). En fin, espero que podamos seguir informando.
hola! queria saber si podiais ayudarme..soy nueva en madrid y carezco de contactos...me han dicho q por aki hay gente con la q podria hablar para q me ayudase a encontrar trabajo en algun piso o chalet ...por favor poneos en contacto conmigo!!!o si sabeis de alguien q pueda ayudarme decirselo..no me importa ofrecer algo a cambio!!!graciaS!me llamo silvia
La crisis, que me tiene en gasto cero porque no cobro una factura. He tenido dos historias pero no demasiado frikis. Una con una chica que no es de este mundo profesional y que era realmente gorda y la otra con una que no lo es, que podría ser pseudo, pero que no acepta clientes sino que los elige ella... En cuanto a lo 'normal', me limito a María la cubana y a Amparo/Amanda por no arriesgar la poca pasta que me queda.
Esto no es una experiencia sino una no-experiencia.
Estoy duchándome por la mañana y... ziuuu. Agua helada. Se acabó el butano. Y no tengo bombona de repuesto macagüen...
Cargo las bombonas en el coche y empiezo a buscar dónde puede haber. porque en mi casa esperar al camión del butano es esperar la Segunda Venida.
Tras varias preguntas en gasolineras donde o no hay o se ha acabado me dicen que por la Avenida de Andalucía girando hacia la derecha hacia Villaverde y la Carretera Real de Pinto está la distribuidora. Tiro p'allá.
Total, que llego. Me veo un sitio desvencijado, semiabandonado. Más parece un escenario del crimen que otra cosa... salvo porque está lleno de mujeres semidesnudas. (20º hoy en Madrid)
¡¡Toma, claro!! ¡¡Es el polígono de Villaverde!! ¡Joder, que no lo sabía! Negras con las tetas al aire, tías enseñando el culo. La peña de los sitios que quedan abiertos me figuro yo que con el cachondeo padre. Una negrita meando en un seto. Dos desnudándose para ponerse lencería. Unas tetas gigantescas asomando entre dos camiones...
Y entre toda la peña, un pavo en un coche pequeño rojo circulando a baja velocidad y mirando a todas partes. No, oigan, que no las miro a ustedes, que estoy buscando al butano de los cojones. Que seguramente cualquier otro día sí las miraría pero hoy busco donde me den otras bombonas, carallo.
Coño, que todos los días buscando tías buenas y se me van a echar encima el día que busco otra cosa... En fin. Lo primero que pensé es que igual me para la Madera como un día en CDC pero bueno, hoy al menos llevo la coartada de las dos bombonas en el coche. No sé si habrá muchos con ellas... Igual se descojonan tanto que se lo creen y no me multan.
Pero pensé en una cosa ¿Quejas vecinales? ¿Qué vecinos? ¡¡¡Si allí no vive nadie!!!
Lo primero decirte que un pavo en un coche pequeño rojo circulando a baja velocidad y mirando a todas partes, te debieron confundir conmigo :). Por motivos de trabajo iba mucho por allí, y ya que estaba... jejeje.
Ya en serio, muy buenas las experiencias contadas, impresionantes. Y al leer esto de Villaverde he recordado que por la tarde/noche se ponía una negraza de las que te gustan en la Av. Real de Pinto con una compañera algo menos grande que ella, pero que sigue siendo de tu gusto. Hace mucho que no voy por esa zona, pero puede que sigan. Si alguien está interesado puedo enterarme si siguen la próxima vez que vaya por allí y doy más detalles.
Te lo agradezco pero a mí eso de las callejeras en el coche no me va. Prefiero un poco más de calma.
De todas formas veré de pasarme yo a echar una visual al menos.
Gracias.
Era desde hace mucho, mucho tiempo que llevaba buscando a la mujer perfecta, que para mí vendría a ser más o menos como la Venus de Willendorf (tradicionalista que es uno), de piel tersa y oscura y a ser posible en desaforado estado de celo, igual que un servidor. También es de hace mucho tiempo que tengo relación con la negra María. Estuvo bastante tiempo en GO, pero yo la conocía de antes. Ahora ya no está en GO pero sigue ejerciendo, claro, que su teléfono es conocido y ciertos foreros de este foro la frecuentan. Con ella he explorado muchos arcanos del sexo y entre una cosa y otra la comenté mi querencia por las mujeres exóticas, maduras y muy gordas. Y me prometió hacer lo que pudiera por buscarme una que me dejara satisfecho.
El caso es que hace como un mes me llama y me dice que tiene a una chica que me va a encantar. Me dice que es mulata, que es gorda, que tiene como cuarenta años, que tiene un culo enorme y unas tetas tremendas. Pero me pilla en mal momento y le digo que yo la llamo. Total, que la semana pasada la visito a ella sola –cortesía profesional- y le digo que la semana próxima, esta, montemos una sesión con ella y su amiga. Me advierte que no se dedica a esto, que es que se tiene que sacar algún extra, y que algunos días y horas no puede. La llamo el lunes y la digo que si podemos quedar para el miércoles. El martes por la mañana me responde y me dice que el miércoles no, que el mismo martes por la tarde. Le digo que vale. Quedamos en el piso de Beata, y que la llame al llegar.
Llego a la puerta y llamo, y me dice que la espere, que ya llega. Al cabo de unos diez minutos llega, cargada de bolsas porque estaba haciendo la compra. Como uno es un caballero la cojo unas cuantas, abre la puerta y subimos en el ascensor. Nos metemos en el cuarto. Me dice que la chica aún no está pero que llega en seguida, así que me vaya poniendo cómodo y que me tome una copita. Me desnudo, me lavo, me sirve un whiskito y me quedo echado en la cama mientras María sale del cuarto. Otras veces se desnuda directamente. Esta vez no. Me dice que la chica es tímida. La oigo hablar y luego al cabo de unos minutos, el timbre del portal. La oigo decir que en el segundo b, que ella la abre. En efecto, la chica no estaba.
La puerta se abre. Voces. Pasos que se acercan. Me preparo mentalmente ¿qué será? Oigo que dice “está aquí dentro esperando, se está tomando una copa”. Pensé que si era tan tímida quizá fuera un shock encontrarse a un tío en pelotas en la cama y tomando un whisky, así que cambié un poco de postura.
Se abre la puerta del cuarto. Entran María y otra chica. Saludamos, María se separa y me la presenta.
Bueno. Casi se me salen los ojos de las órbitas. En torno a 1,60. Piel negra azabache brillante. Pantalón de lycra superajustado porque era uno de talla grande que no daba para más, amplia blusa floreada con la línea de los pechos muy adelante y muy abajo. Encima, cara agradable y labios gruesos… María se sonríe “¿Qué? ¿Te he mentido? ¿Te gusta?” Pero la chica mantiene la cara seria. María le dice. “Tranquila. Éste es buen chaval. Tú le gustas, le gustas mucho, le gusta toda esta carne. Ya verás. Te lo va a comer todo y lo vamos a pasar bien…”. Yo la tomo de la mano y la digo que se tranquilice, que se siente. La ofrecemos tomar algo, pide un ron con coca. María va a buscarlo. Se sienta en una silla. Charlamos un rato. La digo “¿Estás nerviosa? No te preocupes, es normal. Tú tranquila, haz lo que quieras. Como si te quieres ir, da lo mismo. Me gustas tanto que sólo con verte ya estoy contento”. Ella trata de hablar un poco pero no le sale mucha conversación. Dice algo como que no tiene marido (quizá dijera algo más coherente, pero no debemos dejar de valorar mi sordera habitual y mi turbación también) pero también me dice. “Sí que estoy nerviosa. Mira como me va el corazón”. Me toma la mano, me la mete bajo la blusa y me la pone sobre su caliente tetaza. O sea, que igual era tímida pero sí le iba la marcha.
Vuelve María con la copa. Charlamos un poco. Le dice que se desnude. La da un poco de corte parece. Se quita la blusa. Sale un sujetador gigantesco con unas enormes tetas dentro. De esas que sólo se ven en fotos en las páginas especializadas. Ella parece cortada y María le sigue diciendo que no se corte. Que me gusta. Yo lo corroboro. Me levanto, me acerco, le ayudo a quitarse el sujetador porque, en efecto, era difícil. Cae, y aparecen unas tetas enormes. Grandes, negras, pesadas, con grandes aureolas y largos pezones. Me sumerjo en ellas. Parece algo menos cohibida. La despojamos del pantalón y las bragas. El culo es enorme, tipo burbuja. Muchísima carne. No tenía celulitis.
Nos separamos y dice que necesita ir al servicio. María le dice que vaya al baño. Sale a reconocer el terreno. Nos deja otra vez un poco solos. La chica me dice “¿Sale desnuda por aquí?” y le digo “bueno, esto es costumbre aquí, parece”. Vuelve y ella sale también, pero se pone la blusa. Nos deja a María y a mí un rato solos y entonces me dice “Bueno, mientras esa vuelve, dame a mí lo mío”. Nos ponemos a la faena y entonces la chica vuelve.
Sí, sería tímida pero por mucho que lo fuera, hay que valorar la voluntad cuando entras en un cuarto y ves a un tío y una tía follando y tú entras también y te quitas la blusa. María se levanta, le dice. “Venga, ven, que ya lo tienes caliente. Túmbate y ponle todo ese culo en la cara”.
Total, que nos distribuimos en la cama. Margarita se pone encima de mi, para que pueda sumergirme entre sus nalgas y a la vez acariciar todo su enorme cuerpo. María se dedica a mi polla y a decirle a ella que si no la pongo bien, que se lo diga a ella. Vamos cambiando de posición y yo paso de dedicarme al culo, a las tetas, a la panza, a ponerme encima, debajo… Mientras María iba haciendo de maestra de ceremonias. La chica, en efecto, al principio estaba algo pasiva aunque no me importaba demasiado, pero poco a poco iba entrando en el juego. Me iba poco a poco devolviendo las caricias y ofreciéndome su cuerpo. La temperatura subía. La gorda y yo empezábamos a sudar y ya no sabía ni lo que María me hacía. Al cabo de un rato, con ella encima y yo debajo, dedicándome a su culo, María me propone que la folle. Ella no parece muy receptiva y dice que prefiere que no –al cabo, me dí cuenta de por qué-. Entonces María dice que si ella no follaba, entonces ella iba a aprovechar –sí sentía la polla como de cemento-. Me pone un condón pero antes de subirse ella sobre mí dice Margarita que espere. Se echa sobre mi polla, se la mete en la boca y empieza a chupar. Y no chupaba mal, fuerte y profundo. En el espejo yo veía a esa masa de carne caliente subida sobre mí y metiéndose la polla en la boca mientras María la animaba y creo que tenía la mente en blanco. Acaba, se vuelve hacia arriba y me mete una teta en la boca mientras María me agarra la polla y se la mete en el coño. Creo que estuvimos un buen rato en esa posición hasta que al final ya no puedo aguantar más. Margarita se pone a la izquierda para que la sobe todo el cuerpo con esa mano, medio derramada sobre mí. Cojo la polla con la derecha, a dos manos con María, y me acabo de correr.
Al acabar, la gorda y yo sudábamos a chorros. Si era verdad que era tímida, no era menos que le iba la marcha. O eso, o que era una gran actriz. No importa, de todos modos. Charlamos un poco. Dijo que ya se encontraba tranquila y mejor. La ayudamos a vestirse y se fue.
María y yo nos quedamos un rato a solas. Me dijo que no era profesional, ni siquiera pseudo, para entendernos. Y que tendría que hablar con ella para el futuro. Que cree que sí, pero que hay que esperar. Yo le dije que fijo que tendría una enorme cantidad de rendidos admiradores.
Yo, como digo, hubiera estado feliz sólo con verla, con comprobar que hay mujeres así de verdad y no solamente en fotos y videos. Ya digo. Medidas a ojo, 180-130-150. Me hubiera quedado contento, pero quedé mucho más satisfecho, claro.
P.D.: Y si dice que sí, no duden los míos que lo haré saber convenientemente.
El siguiente Usuario da las gracias a bigmamalover por este Post:
Madre mía, me he puesto cachondo leyendo tu experiencia. Te puedes imaginar por mis posts que yo también llevo muchisimo tiempo buscando una mujer así.
Es difícil encontrar cuerpos como el que te has comido tan gustosamente. ¿Difícil? Imposbible! Alguna vez me he encontrado con alguna así por la calle y me he quedado totalmente turbado. Pero claro, no puedes ir ofreciendo dinero a mujeres por la calle, porque te puedes encontrar con una buena bofetada en el mejor de los casos, jajajaja.
En fin, esperemos que la chica necesite más dinero y se lance a repetir la experiencia :-)
La verdad, Bigmama, que admiro tu facilidad para encontrarte en situaciones morbosas. Yo creo que en los últimos tiempos he dejado de hacer escapadas por eso: antes me pasaba un poco como a ti, encontraba esas situaciones, pero últimamente me es casi imposible.
La verdad, amigo levanlasgordas, tampoco en Madrid es fácil. AÑOS. Literalmente años de dedicación constante me ha costado conseguirlo. Y ya ves que al final ha sido gracias a la colaboración de una valiosa colaboradora.
Y, amigo Rikki, ya te digo. Facilidad, no tanta. Es que al final sólo acabas contando las situaciones morbosas porque las cosas que son una de tantas no tienen interés. Buscando a esta he conocido a otras de las cuales de algunas sabeis y de las otras no porque no tuvieron gran interés.
En el pasado enero, buscando a esta como os digo, conocí a otra, una peruana pseudo con la que sufrí prácticamente un asalto. Igual cuando tenga un rato cuento la batallita que, lo que es morbosa, no fue demasiado, pero sí curiosa.
Y, amigo Pleix, estamos en labor de convencimiento de Margarita. De momento ya la va a visitar un colega. Pero para dar datos de ella necesito la confirmación de la mediadora. De todas formas, la cosa está encaminada.
Llevo mucho tiempo buscando a mi chica definitiva. La verdad es que no sé si esta vez la habré localizado pero esta semana he conocido a una cuya experiencia no cuelgo en el foro de pseudos porque no tengo aún constancia de que lo sea. Conmigo quedó, fuimos a unos apartamentos, aceptó dinero, pero no sé si lo hará normalmente. La verdad es que me enteré de poco porque no hubo opción, lo juro. Y claro, también uno circunstancias frikis porque de un modo u otro a mí me pasa de todo.
Esto empieza hace una semana, cuando en un rato de no tener nada que hacer y pensando que no tengo un duro para visitar a Marga, la gorda de la que hablé más arriba, y que con la negra María tengo otras cosas pero no 'esto', pongo una vez más un anuncio de contacto buscando a una mujer negra, o mulata, madura, muy gorda, etcétera etcétera. Vamos, de esos que no contesta nadie. En teoría podría ser porque este tipo de mujeres no ha entrado aún en la era internet, pero uno sabe también que en este tipo de mujeres, entre las que hay muchas inmigrantes, suele pasar bastante tiempo en el locutorio hablando y chateando con su familia, aunque son más de teléfono. Añadí que podía dar ayuda económica -aunque escasa en estos tiempos-. Y le añadí otra cosa. Unos días antes habíamos estado haciendonos mi mujer y yo fotos íntimas. Se me ocurrió, más bien como broma, incluir una de ellas, de mi miembro viril en primer plano. No por nada, sino más bien porque a los anuncios con foto se entra más -aunque la clave creo que seguiría estando en lo de 'ayuda económica'- y así quizá al aumentar la cantidad de impactos, apareciese alguna más que entrase por curiosidad.
Entraron primero varios gays que rechacé amablemente. Nunca se puede decir de este agua no beberé ni Steaua de Bucarest, pero no ha llegado el momento. A los dos días contesta una... que firma como Marga "¡¡Joder, qué pequeño es el mundo!!", pienso. Me dice "que me puede complazer, que tiene mis características y que es madura y gordita". Me pasa su teléfono. Desconfío siempre de quien pasa su teléfono a la primera. Puede ser un duro a peseta, de los que desconfío, o puede ser demasiado inexperta, pero piensa mal y acertarás, opino. Pero luego pienso también que claro, que una mujer madura, gorda y mulata o latina puede como pensé antes o ser animal de locutorio, para estar en contacto con su familia, o no sentirse cómoda escribiendo. Así que decido llamarla. Desde una cabina.
En principio detecto acento caribeño pero no recuerdo lo bastante la voz de la Marga conocida para saber si es ella o no. Le pregunto si está dispuesta a quedar y hacer el amor como digo el anuncio o bien quiere que nos veamos antes a ver si confía en mi -y yo en ella-. Me dice que lo podemos hacer directamente (hum). Que si podemos quedar mañana. Pero como hablamos de dinero pensé que entraba dentro de lo normal. Luego le digo "¿Eres muy gorda?". Se echa a reír y me dice "Soy de cien kilos". Al día siguiente quedé en llamarla de nuevo, pero se me lió el trabajo y no pude. La llamé por la tarde para el miércoles y no me puso problema. Me dijo algo de ser cocinera y de las tres -no la oí bien-.
Al día siguiente contraté un apartamento para las cinco. Hablé con ella y me dijo que a las cinco no podía, que a las seis. Que venía de Majadahonda de una entrevista de trabajo. Le dije que bueno. Que luego para ir tenía un sitio por la zona del Retiro. Entonces me dice que es muy lejos y yo le pregunto que donde está. Me dice que en Carabanchel le digo que la espero en un metro de allá y vemos. Ella me insinúa que si soy formal podemos ir a su casa (hum hum). Pero voy. Llamo al apartamento y aplazo la reserva una hora. Llego al metro y a la hora citada, las cinco y media, no llega. A las seis menos cuarto, no llega. Llamo al apartamento y anulo la reserva.
Según cuelgo el teléfono sale del metro una mujer negrita, de entre 40 y 50 años, pelo corto y liso y vestida más o menos elegantemente, claro, porque venía de la entrevista. Nos saludamos, nos besamos, y me dice que adonde vamos. Yo le digo que no creo que ya podamos hacerlo hoy porque me había pasado la hora de la reserva pero que la invitaba a tomar algo y nos veíamos para ir al asunto otro día. Entonces hace como la peruana de enero -más vale pájaro en mano que ciento volando, debía pensar- y me dice que si es a las seis en Retiro igual nos da tiempo. Que ella pensó en su casa pero que su hermana tiene llave y pudiera presentarse (buena señal). En fin, qué le vamos a hacer. Había venido en coche. Tercera llamada al apartamento, que pongan la reserva de nuevo para media hora más tarde. Nos subimos en mi coche y vamos.
A primera vista no parecía muy gorda. Rellenita más bien, pero agradable. Charlamos, me explica que era dominicana, que llevaba aquí veinte años y era viuda de un español, extremeño por más señas. Que era cocinera y estaba en paro como todo el mundo. Que se había vuelto a su país pero al final había vuelto a España. Yo le digo que soy casado dos veces, pero que tengo verdadera adicción a las mujeres, sobre todo a las mujeres como ella. Y que cada cierto tiempo necesito conocer a alguien porque si no me altero, me vuelvo irritable, me deprimo...
Me dice que ella sabe que está gorda, muy gorda -no me lo había parecido mucho- pero que ella es feliz así, que su culo lo carga ella y que a su médico le dijo que si en todos sus exámenes salía bien, que no se ponía a régimen. Llevaba grandes gafas de sol y se reía mucho. Me toma la mano cuando la ponía en el cambio de marchas. Me dice "creo que tendremos buen rollo". Total que llegamos al sitio.
Llegamos a la zona. Aparcar en diario por el centro de Madrid es una odisea como sabemos. Por eso no quería ir en coche pero claro, ella no quiso ir directamente en metro (luego me dijo que no le gustaba nada el metro, pero me lo dijo hablando de otro tema). Yo, mientras tanto, iba pensando que se me pasaba la hora de la reserva, pero también trataba de mostrarme natural con ella. Pero también me di cuenta de que no tenía para el parquímetro, porque sólo llevaba billetes... Me iba poniendo cada vez más nervioso y empezaba a sudar. Además hacía calor. Dimos dos vueltas a la manzana y en la segunda encontramos un sitio. Ya sudaba a chorros.
Aparco y no tengo cambio para el parquímetro. Hago de tripas corazón y le pregunto que si no tendría un euro -tócate los cojones con el tío que le va a dar pasta- ella tiene uno pero falta para el tiempo que íbamos a estar. Afortunadamente veo un kiosco de prensa abierto. Echo a correr y compro El País. Luego lo tiro a la papelera, pero conseguí el ticket.
Llegamos al piso. Llamo al portero. Nadie. Llamo otra vez. Nadie. Voy a llamar al teléfono de la reserva... y no encuentro el teléfono. Con los nervios me lo había dejado en el coche, a dos calles. La chica se echa a reír otra vez. Le doy diez euros para que vaya al bar de al lado a tomarse algo mientras corro. Hago un sprint cojonudo, como James Bond perseguido por los malos. Recupero el teléfono, llamo al piso por cuarta vez, pero jadeando como si hubiera subido el Galibier con la bici a cuestas y corriendo. Me dicen que han salido pero que enseguida vuelven. Llego, voy al bar, le digo que está resuelto y me tomo una Buckler de un trago. Vamos al apartamento.
Subimos al ascensor. Es un edificio antiguo y el ascensor es pequeño, muy estrecho de ancho y de fondo... y ahí veo la primera señal porque la veo con una 'referencia espacial'. Ella entra... y casi no cabe. Se pone de lado para entrar... y ocupa todo el ancho. De hecho, bloquea los botones. Para dar al piso no tengo más remedio que pasarle un brazo por el lado, momento que aprovecha ella para pegárseme, abrazarme y morrearme pese a que estaba como recién salido de la ducha. Yo la meto mano. Hay carne.
Entramos y ocupamos el cuarto A chorros,tenía la ropa empapada. Suspiro y le digo "estoy empapado de sudor. Voy a ducharme un poco...".
Los cojones ducharme. Según cerré la puerta me agarró, me empezó a morrear. Me cogió las manos y se las metió por dentro de la blusa. Bueno, para qué quería yo más, claro. La empiezo a quitar la ropa mientras se iba restregando y ella me desvestía a mí. Me mete mano en los calzoncillos, me lo saca todo y cuando yo la voy a quitar las bragas noto que estaban tan apretadas que costaba trabajo. Se las quita ella.
Así como me dijo que tenía 46 años y yo creo que andará por los 50, si no más (tiene dos hijos de 24 y 27 años), me dijo que pesaba 100 yo creo que eran más. Era gorda, muy gorda. Y negra, aunque no tanto como la otra Marga. Tetas grandes, caídas, claro, y con pezones largos. Culo enorme, de negra caribeña de cien kilos. Panza. Piel lisa y tersa
Bueno, menuda máquina. Me agarró el instrumento y se lo metió en la boca apenas caímos en la cama. Me dediqué yo al suyo y al rato empieza a gemir, a agitarse, a casi saltar... Bueno, qué barbaridad, porque encima tenía un clítoris enorme y excitado. Luego se dio la vuelta y me dediqué al culo, a acariciar, sobar... Ella tomaba la iniciativa, respondía, que dentro, que fuera, que arriba, que abajo, que movia las caderas, que me cogía, que se dejaba... Además hacía bromas sobre si misma. Se me ponía encima a ver si me aplastaba, cuando le metí la cara entre las nalgas me dice "Mira que si con este culo te suelto un pedo sales volando", se agarraba la panza y me decía "tengo un buen mondongo, eh?".
Pasado un rato pude sacar la cabeza y respirar. Miré el reloj: habían pasado cincuenta minutos. Casi una hora de 'primer asalto'. Ella decía que le gustaría pasar allí toda la noche, que le estaba gustando mucho, se la metí y tenía tal forma de mover las caderas que pese a que yo aguanto mucho tuve que estar casi constamente pensando en y Zapatero para no correrme -aunque me la agarró y se la puso en el coño no se la metió ni insistió en que se la metiera hasta que no me puse la goma, lo que también me tranquiliza. Claro que si lo hubiera hecho no sé qué hubiera hecho yo en ese momento-. Labor difícil porque ella no dejaba de agitarse y gemir. Para quien diga que las gordas no se mueven bien, hala... Bueno, la monda. Al final no pude aguantar más y me corrí, pero encima se lo eché sobre la panza y ella como siempre, que rico, que muy bien... Y encima como tenía ganas de verdad creo que me vacié del todo.
Nos echamos y le digo "chica, me has tranquilizado para dos meses" y me dice "dos meses es mucho tiempo. La semana que viene otra vez". Ahí se me encendió una luz de alarma porque me dio la sensación de que esta puede estar buscando un amante fijo... y yo ni necesito una cosa de este tipo que me líe más de lo que ya estoy ni encima tengo tanto dinero. Bueno, esto se resolverá en el futuro. Salimos, nos fuimos, yo exhausto y ella no sé. Pero la llevé a su casa en el coche y, en fin, ahora pienso en todo esto y espero que no me haya metido en un lío.
Pensé en hacerla alguna foto. No la hice porque sólo llevaba la cámara del móvil y había poca luz, pero tal como la vi creo que se dejaría hacer hasta videos. Pensé en preguntarla si le vendría bien que la presentase a alguien que la pudiera dar más dinero pero no surgió el momento. Ya sé que muchos aquí me preguntáis por MP si conozco a alguna y a vosotros os prometo que lo haré, a ver si podeis también disfrutar más. Y también por mi propia seguridad, que miedo me da que se encapriche coinmigo.
En fin, esta es la cosa. Si se le quiere poner música, búsquese la canción -o la menos la letra para saber de qué va- de "La mamá de Jose" de los Mojinos Escozíos.
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