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Está en un piso por la estación de autobuses. Me abrió ella misma la puerta, me dió un par de besos y pasamos a la habitación, donde charlamos un poco para ir rompiendo el hielo y luego me limpió con toallitas húmedas. Ella es como en las fotos, chica rubia de pelo largo, de unos 30 años, gordita, con culo grande y tetas medianas bien puestas. Hace griego cobrándote un extra y si quieres correrte en su cara o boca también tienes que pagar de más, pero el francés natural sin más (corriéndote en otra parte) sí está incluido en los 50 pavos que te cobra por la media hora.
Empezó con un masaje pero sinceramente no es lo suyo. Muy flojo y sin saber muy bien qué hacer y dónde concentrarse, así que al poco le dije que me hiciera una mamada y luego a follar. La mamada estuvo normal, nada destacable, pero tampoco fue mala. Follando bien, se deja empotrar sin quejas y es bastante activa, moviendo bien el pandero, acariciándote el pecho y dándote un pico de vez en cuando, etc. Parecía que le gustaba más eso que el francés, o quizás se animó al final.
Veredicto: bien pero no para repetir.
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