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Estuve con la chica del anuncio en Lugo la semana pasada. Es una sudamericana bajite, de pelo largo y más bien rellenita. En el servicio es fría, fría, para nada atenta ni implicada. Relojea desde que entras por la puerta y encima se queda parada en la habitación mandando whatsaps hasta que tú le dices bueno, ¿te lavas? ¿te quitas la ropa? etc. etc. Y todo eso corriendo el reloj. Nunca había visto una forma tan descarada de perder el tiempo. Le pagué 40 pavos por 20 minutos de francés natural y cubana, y mejor me los hubiera gastado en porros y haberme hecho una paja.
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