23-10-2009, 19:33
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Primeros pasos
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Fecha de Ingreso: Nov 2008
Ubicación: En este mundo (aún)
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¡¡ Quién Ha Sido !!
¡¡ QUIÉN HA SIDO !! ¿Quien de vosotros estuvo el 21-Oct en un hotel de Madrid cerca de Orense con Sor Angela de La Cruz? (habitación 22x). Eran las 10 y pico de la noche, estaba tan tranquilo echado en la cama, agotado y medio dormido viendo la tele... y empieza a temblar la pared repiqueteando la cabecera de mi cama contra ésta, sumado al bamboleo de mesitas de noche, lámparas, cuadros y espejo retumbando contra el tabique entero. ¡¡ uOstias !! En el primer segundo del sobresalto hasta se me ocurrió que aquello podía ser un terremoto... pero NO: era el vecino de habitación que le estaba pegando unos tremendos viajes a una moza que empezó a gritar para tranquilizarme sobre el origen del “seísmo”. VECINO: no sé si sabes (igual sí, y lo tuyo es exhibicionismo auditivo puro) que las paredes de este hotel son poco más gruesas que un papel de fumar, que los cuchicheos entre vosotros no, pero el resto de la conversación no me requería demasiado esfuerzo seguirla (luego me dió por prestaros atención), y que los jadeos de la niña tampoco, pero sus gritos... a 2 palmos de mi oreja, tabique de Pladur mediante,... pues.... Puedo prometer y prometo que, como esto ocurra de nuevo, si el cuadro de sobre la cabecera de mi cama no cae y me deja knock-out, en cuanto ella atraviese la pared y aterrice en mi cama, te va a costar desenfundármela: estas avisado. No creo que nadie pueda acusarme de abuso alguno si es ella la que se mete en mi cama, en pelota picada, a punto de caramelo y estando “cubiertos” sus emolumentos. Tú verás. Por otra parte y si eres de los que gustan de la discreción, la próxima vez te aconsejo que: - o sientes a la señorita en una silla, de frente o de espaldas (la niña; no la silla) - o la apoyes en el mostrador que hay junto a la ventana, (pero cuidado: sujétala; que oyendo como embistes de un empujón la mandas al balcón de enfrente) porque si la abordas de la forma más clásica sobre la cama, al ritmo y potencia que gastas (joder, que envidia) váis a terminar en la habitación de al lado. Espero estar ahí. Confieso que tras vuestro adiós estuve a punto de salir al pasillo a saludarla, aplaudirla o proponerle algo, pero no. Por cierto, si eras tú... cuéntalo. A mí me basta con que me dés su teléfono: del resto ya tengo una idea. Salud, Aris
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