No, al menos yo no, mis clientes saben que servicios ofrezco, de todas maneras siempre les digo que hablando se entiende la gente y que si quieren proponerme algo porque no lo sé todo y también tengo curiosidad por aprender y probar cosas nuevas lo hagan con educación, no imponiendo. Yo soy libre de aceptar o no.

Que me alcen la voz o me falten al respeto no lo tolero. Tampoco que intenten acceder a mi vida personal, por supuesto que hay clientes que saben cosas de mi vida ,mi nombre verdadero e incluso tienen mi número personal, pero porque ha ido saliendo gradualmente. Recuerdo uno, no hace mucho, que en el momento postcoito me intentó someter al tercer grado y yo flipando, esquivando las preguntas hasta que le dije que qué le importaba a él.

Y otro que la segunda vez insistía en tener un servicio que yo ese día no ofrecía y también se tomó más confianza de la debida. Le dije que no volviera.

A mí no hay dinero que me pague sentirme mal a gusto, incómoda o humillada. Ni en este trabajo ni en otro ni en ninguna faceta de la vida.

Por suerte mis clientes suelen ser personas educadas, amables y tanto ellos como yo sabemos hasta dónde podemos llegar.