Perdonar por el ladrillo, pero me gusta y seguro que a alguien más tambien.

"Aún quedan caballeros capaces de realizar hazañas, luchar por algo bueno, arriesgarse por los demás o lo que sea necesario. Sed dignos de que alguien os reconozca por vuestros hechos más que por vuestras palabras
Aún quedan caballeros que actúan buscando el amor verdadero y sueñan con él. Amad sin reservas ni escondites, sin miedos ni engaños, arriesgaos. Si tal hacéis, vuestro amor verdadero aparecerá y os reconoceréis mutuamente con el tiempo, antes o después
Aún quedan caballeros capaces de seguir en pie a pesar de que el dolor podría tumbar a un elefante y siguen con sus tareas aunque mejor estarían en el lecho convalecientes. Vosotros, sed así de recios. No os rindáis ni preocupéis a una dama contándole vuestros dolores. Si tal hacéis, rectificad, no lo digáis más aunque siga el dolor y mostraos felices haciendo la vida alegre a los demás aunque vosotros no tengáis ganas de sonreir.
Y también quedan caballeros que hoy como ayer viven el refrán "los perros y los niños van donde ven cariño" y terminan retrocediendo, e incluso los más valientes abandonan, porque tal dolor, de corazón, no soportan si en lugar de besos y caricias reciben palos. Y se van con quien cariño les da si donde buscaban apenas hallan. Caballeros recios e invencibles en la lucha diaria pero muy sensibles y sentimentales con el corazón, que de hinojos hace caer tantas veces hasta a los más osados .
Nunca traicionéis con otra persona ni de ninguna manera a quien améis de corazón, pero tampoco sigáis con quien no anhele vuestra compañía ni os corresponda, que tal herida es más terrible y dolorosa que ser asaeteado por mil flechas. Buscad entonces, y sólo entonces, otro corazón que acepte ser morada del vuestro entregado y fiel. Pero ¡cuidado! no confundáis cualquier cosa con un rechazo y vayáis a marchar del lado de quien os corresponde cada día y con el tiempo un poco más. Que nunca, ¡jamás! por tonterías entristezcáis al amor de vuestra vida hasta hacerle desesperar y abandonar. Los pelillos ¡a la mar! y a seguir por el camino de la felicidad con quien Dios ha puesto en vuestro camino, guardando memoria sólo de lo bueno si queréis hacer crecer el amor que os tenéis cada día un poco más. Y si alguien tiene que pasarlo mal, desead sed vosotros y no las damas, que para eso sois caballeros.
Y también quedan caballeros que esperan contra toda esperanza, aman sin límites y comprenden sin límites, aguantan todos los dolores físicos y morales con entereza y sólo lloran en la intimidad de su cuarto porque tales dolores, fuertes los del cuerpo, inefables los del alma que ama de verdad, necesitan cicatrizar, aunque sea en soledad.
Porque habéis de saber, mis queridos honrados proscritos, que por una dama cristiana todo dolor padecido debe afrontarse con garbo y galanura, todo servicio, toda tarea, debe ser realizada con bravura y que el amor o es gratis, sin esperar recompensa y aunque duela, o no viene de Dios ni verdaderamente es un limpio amor humano.
Si es algo bueno, lo que queréis decir a alguien , decidlo hoy, que mañana quién sabe si podréis hacerlo, salvo que os digan que escucharos no quieren. Callad y respetad, que razones habrá para ello, pero si escucharos no quieren nunca, ni os dicen cuándo ni de qué modo o manera, entonces hablad y marchad.
Si es algo malo lo que queréis decir a alguien, pensadlo dos o más veces, consultadlo. Orad antes, y si aún persistís ¡que Dios os ilumine!
Y eso y más cosas os digo para que viváis como verdaderos caballeros cristianos, y os comportáis como tales ante las mujeres, especialmente con aquellas más queridas para vosotros. Y que las tratéis amablemente, las escuchéis atentamente, las honréis, las améis de corazón, las hagáis felices, y soportéis con paciencia, alegría, y sin reproches, sus defectos, si los tienen, ayudándolas a ser mejores cada día, pues Dios os las encomienda para que lleguen felices a buen puerto en la navegación de la vida.
Esto os dice vuestro querido Fray Tuck, fraile proscrito que goza de vuestra compañía, y porque os quiere os da algunos consejos, para que no seáis unos botarates y sepáis tratar a las damas como debéis, y por si os son útiles, para mañana, para pasado, para la semana o el mes que que viene o para el resto de vuestros días.
Fray TUCK, hijo de S. Francisco "

Ya sabeis a cuidar a nuestras chicas.