Las comparaciones son odiosas...lo cual es un problema
Llevo un poco más de un año pagando por sexo. En este tiempo he experimentado de todo, bueno, regular o directamente malo y sobre todo me ha cambiado la perspectiva en muchos aspectos.
Por un lado, he notado o sufrido cierto desdén por el cortejo. Me he vuelto cómodo, sibarita, demasiado diría yo y creo que a día de hoy soy algo escéptico con las relaciones. No sé hasta qué punto compensan ciertas cosas cuando por 100 o 120 euros puedes echar un polvo cuando tú quieras.
Sin embargo, todo tiene sus contrapartidas. Por un lado sé que este ritmo de vida no puede durar para siempre, es decir, no me considero un enfermo capaz de gastarse medio sueldo en sexo, no lo necesito en ese grado y no me gustaría plantarme en 40 tacos así. De lumi en lumi y con el único propósito en follar cada 15 días previo pago. Ahora bien, y aquí viene el "pero", al final te acostumbras a ciertas cosas.
Hace un par de semanas salí con una chica, sin relación con este mundo. Muy simpática, agradable y sin ser guapa tampoco es fea. Una cita agradable que terminó con morreos varios pero cuando la repasaba de arriba, abajo pues lamentablemente no es lo mismo. Inevitablemente te acuerdas de las piernas de una, las tetas de la otra o el culo de aquella que visitaste 15 días antes. Y sé que no es correcto, y también sé que no es ser realista aún con todo sin haber tenido sexo con esta chica sé el tipo de sensación, algo desagradable, cuando no vea un culo desproporcionado y una piernas demasiado gruesa.
Y es que las comparaciones son odiosas pero no puedo evitarlo.
¿Algún consejo?
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