Estuve una vez con ella, y me defraudó porque se muestra extraordinariamente fría y taimada. No la recomendaría. De hecho, hace bien poco, aquejado por una líbido galopante, volví a visitarla por la noche (queda al lado de mi casa y necesitaba de forma perentoria desahogarme). Recibía en este caso con una tal Noelia. Me recibieron las dos con cajas destempladas, con una descortesía que, francamente, no entendí. Para olvidar.
|