Dulce 632359026 - 632359026 (Antes Melissa)

Conocí a Melissa en el piso de masajes de Marqués de Viana. Ahí ya me quedé encantado de cómo me trató.
Tras dejar de trabajar ahí, como tengo su teléfono, he quedado con ella.
Ahora trabaja en un piso de Fuenlabrada, que no se cuál es, pero me ha dado este teléfono para quedar con ella. También va a atender por su cuenta.
Nombre de guerra Melissa.
Nacionalidad: Nicaragua.
Forma de Contacto: 611265892
Hilo profesionales: no tiene.
Web profesional: no tiene.
Fecha aproximada: hace pocos días.
Lugar: Apartamento por horas.
Instalaciones: bien
Higiene: sobresaliente.
Precio: 100 la hora.
Edad: .28 me dijo. Joven.
Cara: guapa.
Pelo: negro, liso, tipo Cleopatra, muy cuidado.
Cuerpo: 1,60, delgada.
Pecho: mediano, natural, increíblemente terso y con una forma preciosa.
Culo: no lo tiene grande, acorde a su cuerpo.
Piercings y tattos: no
Defectos corporales: no
Actitud: simpática, culta, complaciente, le gusta el sexo.
Conversación: inteligente y simpática.
Besos: de todo tipo y forma. Cañeros y cariñosos. Con mucha lengua.
Fuma: no
Francés: increíble, hasta el final sin suplemento.
Forniqueo: se amolda a todo. Le doy toda la caña que puedo, y también suave. "Me duele, pero me gusta", cuando le embisto a caña.
Griego: no
Lo mejor: besos, pechos y francés hasta el final
Lo peor: nada
¿Repetir? Seguro
¿Recomendable? Si
Valoración global de la experiencia: 9
No tengo mucho tiempo.
El teléfono que he puesto no es el suyo personal. Es uno que se ha comprado para atender calientes, tanto por su cuenta, como en el piso de Fuenlabrada donde ha empezado a trabajar. Le pregunté y creo me dijo la jefa se llama Gala, o algo así. Debe ser un piso de lumis bastante bien puesto y de algo de nivel.
Ya es la tercera vez que estoy con Melissa. Las otras dos en el piso de Marqués de Viana. Las tres ha sido una experiencia sexual completísima y muy satisfactoria. Tratándola bien, se deja hacer de todo, menos griego.
Tras mamada, comida de coño y todo se cuerpo, con dedos en coño y culo, follar en mil posturas, la senté en el cabecero de la cama, me puse enfrente de rodillas, con las piernas abiertas, y se la metí en la boca. Se la follé con cuidado, pero sin remilgos, sin garganta profunda, no la fuera a ahogar, hasta que me corrí dentro de ella. Una pasada.
Cuidarla, que es buena chica.