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Catada en Almuñécar, en un lumipiso con madame. Después del paseíllo me quedé con ella porque me pareció la más simpática y despierta (era por la mañana). Pago los 50 euros por la media hora y pasamos al cuarto, donde me limpia a conciencia con toallitas y me hace un francés de lujo. Hacía tiempo que no me la chupaban tan bien. Un par de veces tengo que pedirle un descanso para no correrme, y mientras tanto le comía el chichi. Luego folleteo y ya descargué. Como nos sobró tiempo, nos quedamos charlando un ratillo mientras me tomaba una birra que me ofreció. Dinero bien gastado.