Vuelvo al ruedo. Después de unos meses habiendo dado de baja mi usuario, y una época algo "silenciosa", vuelvo a esta comunidad putera con ganas de aportar.
Aportaré del tirón varias experiencias. Empiezo por Angelina.
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Un gustazo la chiquilla. Buscaba una experiencia GFE para un viaje de empresa a BCN en el que me quedaban un par de tardes libres. El plan que originalmente le propuse (recogerla, playita y hotel) se nos estropeó y estuve poco hábil, pero mostró flexibilidad en todo momento: llamada para retrasar el plan, luego ya con ella cambiar el sitio para subir a su apartamento, ... Tiene una socia-casera que le ayuda a atender llamadas y correos, pero cuando pides hablar con ella no hay problema.

No me explayaré mucho, ni cuelgo fotos porque no me mola descargármelas para hacerlo:
Lugar: su apartamento, zona Paseo San Juan
Precio acordado: 400 euros 3 horas de comida-copa-sexo
Más información: su blog
Francés natural: sí, bueno (sin más)
Griego: ni puta idea o ni idea de si la puta lo hace
Edad: se le medio escapó que 26
Descripción: niña que se cuida, se queja de que blandita pero es el blandito que mola (no dura gimnasio). Todo firme y en su sitio, pecho mediano precioso, culo de vicio. Formas femeninas, para mi esencial (cintura, cadera, hombros y cuello). La de las fotos, con una carita picara morbosilla.
En los previos aparece vestida con gusto. Le mola el lujo (a mí no). Pizza y comidita que casi ni pruebo. Nervios, ansiedad, no sé qué coño hago con este bombón en esta mierda de sitio. Quiero sobarla y no puedo. Charla de su gato, su perro, su sociedad con la casera-webera-telefonista, ... algo coñazo pero gracioso.
Subimos a su piso. Vinito blanco y fresco en el cuarto de estar, música, nos vamos poniendo cómodos, yo torpe, torpe, tendría que haberle especificado que me desvistiera pero lo hice yo, con complejo de estar con una señorita. Empezamos el magreo, besa muy bien, mete la lengua, toca y acaricia. Duchita desestresante, juntos, pero se sale antes.
Vamos al dormitorio, mínimo pero suficiente. Seguimos con el magreo. Empieza a chuparla, como dije bien, las he tenido mejores. Logro aguantar. Luego sobeteo, se sube y empieza adelante y atrás, absolutamente espectacular. Me pide que me quede quieto, que el ritmo lo lleva ella para llegar a correrse. Pero es tan acojonante que no duro mucho, ella sigue pero el amigo se viene abajo pronto y no hay manera.
Intentamos seguir algo más pero no hay manera. Me hace un masaje normal tirando a bueno, sin demasiada presión. Me arrepiento algo porque las prisas, los cambios, mis respetos humanos, hacen que por la pasta que me he gastado sólo haya echado un buen polvo. Pero ha sido un gran, gran polvazo, con ella restregándose una y otra vez sobre mí. Aún tengo la visión.
Conclusión: si tienes la pasta y sabes lo que quieres, y sabes pedirselo, gran opción.

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