Eva, una madurita muy especial

Como es, con diferencia, mi post más largo, empezaré con el "resumen ejecutivo":

Nombre: Eva
Nacionalidad: Española/Catalana (pero sin fobias nacionalistas)
Edad: 43 (no sólo creíble, es que aparenta alguno menos)
Dirección: Os la da ella, en el centro de BCN; de todas formas se va a cambiar a otro piso... con mejor fontanería.
Teléfono: 622-130-665
Web: [Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ] > Barcelona > eróticos, acabaréis antes si en vez de "Eva" buscáis "sardana" o "Cuenca"... cuando los leáis lo comprenderéis. Tiene links a expes con ella en , donde es forera (espero que ahora también lo sea aqui)
Fecha de la experiencia: Junio 08
Tarifa: 100-120€/1h. Independiente, recibe en su piso.
Descripción física: aprox. 168, MUY delgada (50 Kg?), 95-50-55?. Madura, pero con cierto aire juvenil, pelirroja, facciones angulosas, labios carnosos. Piel muy suave, pechos... que ya quisieran muchas veinteañeras, piernas largas y delgadas; eso sí, culo "escasillo". Ni fofa, ni dura de gym; para mí, en su punto. Sus fotos son reales.
Fuma?: Sí, pero te pegunta si no te molesta. Como yo también fumo, pues... fumamos
Vestimenta: conmigo, camiseta ajustada, tanguita y botas altas; pero la pillé un poco agobiada (ver relato), probablemente en circunstancias normales se arregle más.
Piso aceptable, algo desordenado pero limpio, luz agradable (sin penumbras "ocultatorias") en el dormitorio, espejos a ambos lados de la cama.
Tatuajes: uno mediano en la tripita
Besos: Si, si tu higiene dental es razonable
Francés: Sin, excelente. Si la dejas hacer, es evidente que lo disfruta.
Griego: normalmente sí, en mi caso no porque me dijo que andaba convaleciente de un "exceso" reciente. Dado el resto de circunstancias descritas más abajo, la creo.
Implicación: muy buena, aunque es algo "mandoncilla" (lo advierte y reconoce); si te dejas llevar, cosa que personalmente no me importa, te trata como si fueras su amante.
Otras características: habla por los codos... si os gustan tímidas/calladitas, buscad otra; pero si te gusta hablar antes, entre, después (bueno, y salvo en el francés, hasta durante) el folleteo, es maja, interesante, y culta
¿Chica recomendable?¿repetirias?: Sin duda. Es más, lo haré en cuanto pueda

Relato (advierto, es largo, pero es que fue "toda una experiencia", hasta para un putero carrocilla como yo)

La verdad es que la cosa no empezó como esperaba. La llamé sobre las 9:30 de la noche. Mi idea era cenar algo ligero, una horita de folleteo y de vuelta a MI cama, que el día siguiente iba a ser largo... pero hasta las 11:30 ella no podía. Como ya la había llamado otras veces y no contestaba (por otro lado, buen detalle; cuando está contigo apaga el móvil), decidí no perder la ocasión.

A las 11:30, de camino a su casa, la llamé. Que todavía no estaba lista, que había tenido una fuga de agua, que en 20 minutos la volviera a llamar... si llego a estar en el hotel, sinceramente le hubiera dicho que otra vez sería, y hubiera buscado otra, pero en medio de una ciudad ya silenciosa, con todo cerrado o cerrando, pues "from lost to the river"; me tomé un café en un bar cercano y esperé.

Finalmente, tras otros 15 minutos algo confusos y desconcertantes, que si hazme una perdida y te abro, y en vez de abrirme me devolvía la llamada... al poco de la medianoche entraba en su piso.

Se deshizo en disculpas por los retrasos, me djo muy llanamente "soy yo, si no te gusto, dímelo y tan amigos..." pero la verdad es que, entre su actitud azorada y sincera, su aspecto, entre sexy y cómico, con unas botas altas rosas enfundando unas largas piernas y una camiseta que apenas tapaba su culito, y que ceñía dos pechos prometedores (no es que sean muy grandes, pero destacan en su frágil constitución), no tuve ni que pensármelo. Acordamos el precio, me dijo "ponte cómodo", me ofreció algo de beber... ella se fué a la cocina a por la bebida, y cuando me estaba desabrochando la camisa, sonó un timbre. A los pocos segundos, aún más apurada, volvía con la noticia: era... ¡¡¡ la casera, que venía a ver el estropicio de la fuga de agua!!! Más disculpas, y la promesa de que si volvía al cabo de otro cuarto de hora, "me lo compensaría"... la pobre estaba tan agobiada, que hasta tuve que decirle que mejor no recibiera a la casera en camiseta y botas...

El estrecho ascensor, de regreso a la puta... calle me recordó... al camarote de los hermanos Marx. Y decidí que, ya puestos, mejor ver cómo terminaba la película. No lo lamento, en absoluto.

Otro café, un par de pitillos paseando y observando la curiosa "fauna" nocturna barcelonesa y, como 40 minutos más tarde, finalmente me llama. Era casi la una...

No sé si fueron las circunstancias, pero lo cierto es que me recibió aún más amigable y encantadora. Me dijo que no suele mirar el reloj, pero que en este caso, menos. Y ¡vaya si cumplió! Personalmente, detesto follar pendiente del reloj, así que (bien despejadito, gracias a los cafés) me dispuse a "dejarme querer"... empezamos con un delicioso francés natural, que ella parece disfrutar casi tanto como uno mismo. Sin prisas, hábilmente, mirándote y mirándose en los espejos. Si no hubiera decidido yo terminar, acelerando el ritmo y apretando su cabeza contra mí, hasta correme en su boca (no se traga el semen, pero te deja descargar sin prisas, hasta que te reblandeces en su boca, calentito; sólo entonces lo escupe discretamente en una toallita) creo que me la hubiera chupado hasta desgastarla...

Después, no "charlita", sino una prolongada, amigable e interesante charla en la que hablamos de literatura, de música, de sexo, de su vida, de la mía, en fin, de lo divino y de lo humano... aderezada de suaves caricias, y seguida de masajes mútuos, tras pelearnos por quién empezaba.

Ganó y empezó ella (es muy persuasiva) con un excitante tailandés, y haciendo que mi "turno" fuera progresivamente y suavemente transformándose, desde un masaje tradicional, en una prolongada masturbación mutua, deslizando mi polla desnuda sobre su coñito, cada vez más mojado, y subiendo entre sus pequeñas nalgas, resbaladizas por el aceite del masaje (¿cómo llamamos a eso? ¿"culana"?) hasta que, prudente y alegremente, me advirtió ("cuidado, que tengo un coñito muy tragón") de la conveniencia de enfundarla, porque en cada pasada mi capullo se hundía más y más entre sus labios hinchados y abiertos.

Sin pausa, sequimos con un vibrante, casi violento, polvazo; yo embistiendola con todas mis fuerzas mientras la agarraba y tiraba del pelo (le gusta, no es que me haya vuelto maltratador); ella correspondiendo, doblando las piernas y empujándome las nalgas con sus piés, aún enfundados en las largas botas, y apretando su culito contra mí... todo ello, así como su cara y miradas viciosillas, bien visible en los espejos que flanquean su cama. Menos mal que, cuando ya empezaba a perder el resuello, me dijo "no pares, tres embestidas más y me corro...", así que hice un último esfuerzo y me corrí oyendo sus gemidos (ella, o se corrió a la vez, o fingíó lo suficientemente bién como para satisfacer mi ego machista).

Más besitos, más caricias, más charla hasta que apuramos las bebidas (tras varios viajes, ella había traído las botellas al dormitorio) y... decidí ducharme y vestirme, simplemente porque ya me veía "no-durmiendo" toda la noche allí y... me pasa como a Torrente, que ya estoy "mu mayor p'a estas cosas", como ir a currar sin pegar ojo, no porque ella mostrara la mayor impaciencia. Cuando me puse de nuevo el rejoj (prefiero quitármelo para follar, a veces se me clava en la muñeca) ¡eran casi las cuatro de la madrugada! Asi que quedamos para una futura ocasión, con el compromiso de hacer más y más variadas cosas y, eso sí, empezar antes...

Evidentemente, no esperéis que con todos haga lo mismo (ella no ganaría para vivir, y a mí me chafaríais la ilusión de haber vivido algo especial) pero si queréis pasar un buen rato con una madura de excelente ver y mejor conversar, creo que no os defraudará.

A los desconfiados que piensen que es publicidad, pues trankis, buscaros otra, que hay muchas...

Y a los crédulos, si la visitáis, cuidadla, que tías tan majas como Eva hay muy pocas...

Suerte.

Jorge