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Iniciado por Trigger
No soy médico ni tengo ni puta idea de temas de ETS, pero se me ha ocurrido pensar una cosa:
Antes de la epidemia, el que tenía Gonorrea, herpes, clamidia,etc, antes de saber que lo tenía. O algún o cabrona (nótese la igualdad de géneros), hasta sabiéndolo contagiaba a otras personas.
Después de la cuarentena, todo el mundo ha estado aislado y seguramente tratandose estas enfermedades sin contacto con nadie, tanto chicos como chicas. Muchas además se curan sólas (si no se cura sola y encima no te tratas, igual se te cae la polla a pedazos).
Bromas aparte, ¿no os parece que todas estas ETS van a remitir muchísimo?. Desde luego nunca desaparecer, pero sí que creo que van desdender en un porcentaje altísimo durante mucho tiempo.
Corregidme los que sepáis del tema si me equivoco...
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Lamentablemente no. Herpes genital HSV2: de por vida, incurable Hepatitis C: silenciosa en muchos casos, incurable sin tratamiento Hepatitis B: tarda muchos meses en curar, incurable en algunos casos, lo mejor es vacunarse (los jóvenes nacionales lo están) HIV: Silenciosa por décadas, incurable Gonorrea: Tarda muchos meses en curar, puede ser crónica, infección genital asintomática en la mayoría de mujeres y un 10% de hombres, la mayoría de infecciones de garganta son asintomáticas Clamidia: Tarda muchos meses en curar, puede ser crónica, asintomática en la mayoría de mujeres y hombres Sífiilis: silenciosa en muchos casos, síntomas imperceptibles o temporales en otros, incurable sin tratamiento Triconomas: asintomática en la mayoría de los casos, tarda unas cuantas semanas en curarse pero puede ser crónica Si el confinamiento se simultaneara con una campaña de detección de ETS si sería posible detectar y eliminar las que puedan curarse, pero solo por esperar no va a cambiar la prevalencia de estas infecciones, ni la incidencia una vez que se levante el confinamiento. Las viremias y la sífilis son infecciones sistémicas que se detectan con un análisis serológico, el resto son infecciones locales que requieren un frotis. No hace falta ser médico, basta con saber leer (y elegir lo que se lee)