Os leo y se me ocurre esto:
Para el compañero que abre este hilo: Comparto 100% con lo que los otros foreros te han insistido en que debes elegir tu propia vida. Hacerte tu propio modelo para ella y no mirar demasiado lo que otros cuentan de la suya, o lo que aparentan. Mirar alrededor y comparar es el camino seguro a la frustración cuando se siente que faltan cosas, que se creen importantes, por hacer.
Lo de la importancia de las cosas, es relativo. Yo tengo hijos, pero no porque nunca sintiera la necesidad “biológica” de ello, mas bien elección de mi mujer y, bueno, tiras para adelante. Los hijos dan alguna satisfacción y muchos problemas y preocupaciones. Lo de la supervivencia de la especie o de tus genes, a mi me la pela. Somos tantos que lo que no reproduzca yo, lo va a hacer otro. Y en mi casa, de nuestros abuelos ni se habla, estan casi olvidados. Asi que lo de la transcendencia de uno, pues qué decir.
Curiosamente yo debo ser de los pocos hombres que creen en la pareja para toda la vida. Será por mi experiencia y porque la comunicación y comportamiento recíproco con la mia ha funcionado. Lo que pasa es que para mi, (y creo que para casi todos los hombres), mi sexualidad es exclusivamente mia. No le pertenece a nadie mas. Ni siquiera a mi pareja por muy compenetrados que estemos. Creo perfectamente que ames a tu pareja y te lleves bien con ella, y estes dispuesto a morir por ella, pero desees satisfacer tu sexualidad con otras mujeres apetecibles.
Es decir que el sexo es algo mucho mas amplio que el amor que siento por mi pareja. Y no digamos cuando con el paso de los años el cuerpo decae. Para ello no hay otra solución que el sexo de pago. Lo caro sale barato a la larga. Es la unica forma de evitar que tu pareja se entere. Es una locura buscarte una querida, (y ni se te ocurra del trabajo), a menos que voluntariamente quieras romper con la actual. Y ademas admito que es imposible estar de acuerdo con ella porque la mayoria de las mujeres civiles solo entienden el sexo identificandolo con el amor y el cariño. Y ese es el origen de su sentimiento hacia la “traición” y de las consiguientes rupturas. O sea del problema ancestral de la vida en pareja que forma el eje de casi toda la historia y literatura .
Por todo ello hay que formarse el propio modelo de vida y evitar comparaciones.
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